Algo late, algo crece en el altillo.
Se sospecha verde, se teme con ojos.
Se presume fuerte, blando, traslúcido, maligno.
No debemos, no queremos, no podemos verlo.
Para hablar de ello solamente usamos adjetivos, y no nos miramos a los ojos.
No usamos la crujiente escalera; no nos detenemos a escuchar junto a la puerta; no tomamos el picaporte y lo hacemos girar; no abrimos la puerta del altillo.