Lo nuestro fue amor a primera vista, yo era invitado en una fiesta y allí me presentaron a Adri, bailamos un par de canciones y hablamos un poco de nosotros, la noche realmente fue corta pero no queríamos que allí terminara todo.
Después de aquella noche era inevitable no desear sus labios o desear su cuerpo, realmente estaba loco por Adri y yo sabía que ella estaba igual que yo.
No había tomado su número ni sabía donde vivía, esa noche estaba tan perdido en sus ojos y su sonrisa que olvidé preguntarle y ahora no sabia donde o como volver a verla.
Días después me encontré con una amiga a la cual le conté la historia y fue tal mi sorpresa que ella la conocía y como por milagro me dio su número telefónico.
No dude ni un segundo en llamarla y cuando respondió supo de inmediato que era yo.
Nuestra primera cita fue fantástica, tomamos un par de cervezas, hubieron muchas sonrisas y sobre todo mucha magia, misma magia que nos llevó a nuestro primer beso.
Esto no era suficiente, con cada beso deseaba otro mas, eran tan adictivos y excitantes.
Nuestro romance iba de maravilla, nos volvimos adictos a nuestros cuerpos y siempre queríamos más y más.
Llegó el día en que ella debía marcharse de la ciudad, para fortuna ella viviría a una hora de camino lo cual no era tan lejos.
Decidimos visitarnos los fines de semana y así no romper con nuestro amor que tanto bien nos hacía.
Todo estaba funcionando bien, yo iba a visitarla y nos quedamos en un hotel el fin de semana y cuando ella venía de visita se quedaba en mi casa, pero todo empezó a cambiar.
No tenía sentido solo ir los fines de semana para estar con ella, descubrí que yo necesitaba de alguien que me acompañara frecuentemente, pero lo inquietante era que no necesariamente debía ser ella.
Al final parece que lo que sentía no era amor, lo que realmente sentía era la necesidad de estar acompañado, de no estar solo, pero esto lo descubrí cuando Adri se marchó y encontré alguien mas que me acompañara.
Se que no hice bien y que muchos pensaran que soy un maldito egoísta, pero esos son mis sentimientos así nadie los entienda, ni siquiera yo.
