Todo comenzó cuando la tristeza y la desilusión fueron la chispa que encendió y desató la locura en esta historia.
Ryan estaba muy enamorado de Valeria, una chica que decía amarlo, pero que en repetidas ocasiones solo conseguía lastimarlo con sus desplantes, hasta ese día.
Una llamada lo cambió todo. Valeria tomó la decisión de quedarse con otra persona y, aunque tenía sus razones, no pudo explicarlas. Con lágrimas en los ojos, Ryan solo podía gritarle las cosas que tenía atascadas en el pecho y se despidió con un “lo siento mucho”.
Ryan fue a un bar para ahogar su tristeza con alcohol y allí, por sorpresa, se encontró con Carla, una de las amigas de Valeria, quien lo invitó a sentarse en su mesa. Allí había otra chica y un chico, y por supuesto, Ryan no paraba de hablar y lloriquear por lo sucedido con Valeria. Sin embargo, Carla parecía ya cansada de escuchar la situación y cambiaba de tema.
Ryan ya estaba ebrio y solo quería seguir bebiendo, pero el lugar estaba a punto de cerrar. Carla sugirió comprar más licor y continuar bebiendo en la calle, y Ryan aceptó de inmediato.
Entre trago y trago, los amigos de Ryan decidieron marcharse, dejando a Ryan y Carla solos en la acera. Se reían y coqueteaban mientras escuchaban música en el celular de Ryan.
De repente, justo cuando estaban a punto de besarse, apareció un hombre que los despojó de sus pertenencias, amenazándolos con un cuchillo. Ryan estaba demasiado ebrio y se quedó paralizado por un momento, hasta que el ladrón tomó un taxi frente a ellos. Fue entonces cuando Ryan reaccionó y gritó que habían sido robados.
Afortunadamente, el taxi se detuvo en la esquina y unos policías lograron detener al ladrón. En ese momento, Carla y Ryan fueron invitados a acompañar a los oficiales a la estación para declarar y presentar una denuncia.
Al llegar al lugar, los policías les pidieron que permanecieran en la patrulla mientras ellos llevaban al ladrón adentro de la estación.
En ese momento, Carla y Ryan quedaron solos en la patrulla. A pesar de la situación tensa, se miraron fijamente y comenzaron a besarse apasionadamente sin pensarlo dos veces. Las manos de Ryan no dejaban de tocar el cuerpo de Carla.
Justo cuando Ryan tenía las manos debajo del corto vestido de Carla, sin darse cuenta, un policía abrió la puerta de la patrulla, los miró con sorpresa y preguntó en voz molesta: “¿Qué están haciendo?” Ellos simplemente intentaron cambiar de tema y preguntar sobre el ladrón para evadir la pregunta.
Luego, los policías preguntaron si querían presentar una denuncia y decidieron no hacerlo para poder irse rápidamente. Querían continuar lo que habían iniciado dentro de la patrulla y así lo hicieron.
Después de esa noche inolvidable y loca, Carla y Ryan se volvieron inseparables durante casi un mes. Sin embargo, finalmente ella decidió que era mejor alejarse porque sentía remordimiento por estar saliendo con el ex de su mejor amiga, quien resultó ser la chica de la que Ryan había estado enamorado y por la cual inició toda esta historia.