Todo comenzó cuando él se mudó a la misma casa donde yo vivía. Él tenía 19 años y yo 16. Pasaron unos dos o tres meses de una relación normal de primos, en realidad yo estaba enamorada de él en secreto, desde que lo conocí.
Después de este tiempo de estar viviendo con nosotros empezamos a hablar un poco más, charlamos de muchas cosas, incluso de amor.
Él siempre me trataba con cariño, continuamente en medio de la charla siempre encontraba excusas para tocarme y por supuesto yo lo permitía, como dije, estaba enamorada de él.
Una noche mientras hablábamos y cuando menos lo esperaba, se dio inicio a lo que tanto deseaba y temía. Nuestro primer beso. No fue suficiente para mí, quería experimentar mucho más que un beso con él, mi primo, con el amor de mi vida y él ya sabía.
Fue cuestión de tiempo para que empezáramos a intimar, era tan maravilloso que no desaprovechamos oportunidad para nuestros exquisitos encuentros que eran casi a diario. Lo que realmente me mortificaba era tener que vivir este amor en secreto para que nadie de la familia lo descubriera, obviamente no lo aceptarían y yo realmente estaba muy enamorada.
Pasamos un buen tiempo así hasta que él consiguió novia, el dolor y tristeza me embargaron. Él sabía que yo lo amaba y yo sabía que él me quería, pero nuestro amor no podía ser y no quedaba más que continuar con nuestras vidas, ya que nuestro un amor imposible y visto con malos ojos.
Ahora después de 5 años solo nos cruzamos de vez en cuando sin volver siquiera a mencionar lo sucedido, quedando solo el recuerdo de aquel bonito amor en una historia más de las tantas que vivimos en nuestras vidas.
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