Natalia y Valeria habían sido amigas desde la infancia. Crecieron juntas, pasaron por la adolescencia juntas y ahora eran dos jóvenes adultas con vidas bastante diferentes. Natalia tenía un novio desde hace tres años, mientras que Valeria acababa de empezar una relación con alguien que conoció en la universidad.
A pesar de sus diferencias, las dos chicas seguían siendo muy cercanas. Se veían todas las semanas, hablaban por teléfono varias veces al día y compartían todo. Desde las tontas peleas con sus novios hasta sus más íntimos secretos. No había nada que no pudieran contarse la una a la otra.
Una noche, después de varias copas de vino, Natalia y Valeria se encontraban en la habitación de Natalia hablando sobre sus respectivas relaciones amorosas. De repente, Natalia confesó que había tenido fantasías sobre estar con otra mujer y que había visto algunos videos de mujeres teniendo intimidad entre ellas. Valeria se sorprendió al principio, pero luego se abrió y confesó que también había tenido curiosidad al respecto.
Después de un momento de silencio incómodo, Natalia se acercó a Valeria y la besó. Fue un beso suave al principio, pero rápidamente se volvió más intenso y apasionado. Valeria se dejó llevar por el momento y antes de que se dieran cuenta, ambas estaban sin ropa y explorando sus cuerpos entre sí.
Después de esa noche, las dos chicas no pudieron evitar sentirse un poco incómodas. Habían cruzado una línea que nunca habían cruzado antes. Sin embargo, tampoco pudieron evitar sentirse atraídas la una por la otra. Decidieron que no podía pasar nada más entre ellas, pero siguieron hablando de ello y discutiendo lo que había sucedido.
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Pero pronto descubrieron que no podían resistirse la una a la otra. Las siguientes semanas se encontraron teniendo intimidad de nuevo y de nuevo. Aunque ambas estaban seguras de que esto no significaba que eran lesbianas, no podían negar lo mucho que disfrutaban estando juntas.
Las dos chicas comenzaron a preocuparse por cómo esto afectaría sus relaciones con sus novios. Natalia se sintió cada vez más distante de su novio, mientras que Valeria encontró que su nueva relación con su novio carecía de la pasión que había sentido con Natalia. Se preguntaron si deberían decirle a sus parejas lo que estaba sucediendo, pero ambas decidieron mantenerlo en secreto.
Finalmente, después de semanas de tener relaciones sexuales secretas, Natalia y Valeria se dieron cuenta de que lo que tenían juntas era algo especial. Era más que una simple atracción física. Habían construido una conexión emocional profunda y habían descubierto que se amaban de una manera que nunca antes habían experimentado.
Fue un momento difícil cuando las dos chicas decidieron terminar con sus respectivos novios y enfrentar a sus familias y amigos con la noticia de que estaban en una relación. Pero al final, el amor que compartían era más importante que cualquier otra cosa. Juntas enfrentaron los desafíos que se presentaron y construyeron una vida feliz y plena.
