Mis queridos lectores, esta historia se trata de una joven divertida y responsable que se crió en una granja junto a sus padres, Enrique y Liliana. Aprendió desde pequeña a valorar todo lo que sus padres le daban. Más adelante, vamos a encontrar el comienzo de su historia y cómo se enamoró Katherine Fuller de Maximiliano Durand, un joven apuesto y bello, pero mujeriego, y esto llevará a Katherine Fuller a vivir una vida diferente a la que sus padres le dieron...
Veinte años antes...
"Entendí que las personas llegan a nuestra vida por una razón, en una temporada específica, temporada que a veces es corta y otras veces dura toda una vida. Entendí que cada persona que nos rodea tiene un rol que cumplir, que cada rol tiene una categoría diferente... Y que el dolor llega cuando ponemos personas en las categorías equivocadas. Entendí que nunca debemos subestimar lo que sentimos, que aquello que nos hace fuertes puede ser lo mismo que nos vuelve vulnerables. Entendí que no podemos curar una herida para luego abrir otra. Que debemos respetar nuestros tiempos, viviendo sin prisas. Entendí que el amor sin elección no es amor, sino solo una ilusión. El amor es elegirse todos los días, enfrentando todo lo que eso implica. Entendí que la lealtad es más importante que el amor. Que de amores hay muchos tipos, muchos sabores, pero la lealtad es única, clara, simple e imponente. Hay que ser leal y luego amar. Entendí que lo valioso no es lo que decimos, sino la forma en que lo decimos. Entendí que el peor error que podemos cometer es ignorar las señales. Esas señales que nos envía el universo para proteger nuestra alma, esas que decidimos ignorar por consentir a un corazón caprichoso. Entendí que la vida está llena de sorpresas, que no debemos dar nada por sentado. A no ser... no es lo que hacemos, sino cuando lo hacemos. Entendí que las acciones de los demás hacia mí tienen más que ver con lo que son ellos como personas, no conmigo. Porque no se puede dar algo que no se tiene. Entendí que reprimir un sentimiento es una pérdida de tiempo que termina en desdicha. Que al final lo real siempre sale a flote. A fluir con todo, con el viento, con lo que siento, con la vida, siempre fluir sin miedos. Entendí que aún me falta mucho por entender, que no siempre voy a poder entender todo, pero que nunca debo dejar de sentir. Sentir amor, sentir miedo, sentir dolor, sentir alegría, sentir la vida. Porque el día que deje de sentir, dejaré de vivir". El CEO escribía mientras esperaba que Liliana viniera a visitarlo...
"Mi amor, te extrañé tanto. ¿Cómo has estado?", preguntó Liliana con lágrimas en sus ojos.
"Bien, amor. También te extrañé tanto. Te amo, mi bella Liliana. ¿Dime cómo te fue en el control? ¿Cómo está nuestra pequeña?", preguntó Enrique limpiándose sus lágrimas.
"Todo está bien, mi amor. Me duele verte aquí mientras ese infeliz nos hace vivir un infierno. Es injusto, mi amor", dijo Liliana llorando.
Continuará...
Mis queridos lectores, gracias por estar allí. Estoy en la recta final en mi novela sin principio ni final. Seguiré con esta nueva historia. Espero que les guste. Agradezco a todas mis bellas seguidoras que no me dejan siempre firmes, especialmente mi bella Cris. Un beso grande. Gracias a todas. Un abrazo enorme. 🦋 Mary.