Hace un tiempo que te ví,
fue hace tiempo que te ví aquí,
te fuiste y no dijiste adiós,
aún recuerdo, yo estaba feliz.
Quiero confesarte algo,
nada me distrae aún
de tu destello único,
quiero verte y abrazarte al fin.
No me explico por qué,
todavía no sé,
si es que esto no lo decidiste,
o es que algo no hice bien.
Pero te extraño un montón.
Y sigo recordando
lo que fuiste para mí.
Siempre ando sola con una mitad,
es que la otra te la di.
En mis adentros se escucha el eco
del vacío que hay ahí.
Sentada en la cama,
siempre pienso en tu mirar.
Y no te preocupes por mí,
me refugio en mis brazos,
no trato de escapar.
Pero ya como ves,
siempre recordándote.
No me explico el por qué
alguien querría alejarte.
¿Dónde estás, mi destello?
Quiero un último abrazo,
¿puedes dármelo a mí?,
llorar sosteniéndote en mis brazos
porque sé que estás aquí;
que te acuestes en mi regazo
y volver a ser feliz.
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Esto lo escribí en honor a mi gato, Mittens. Fue hace bastante que se perdió, pero su ausencia todavía duele.
