Sueño con su dulzura. Su piel blanca como la nieve y con unos ojos tan preciosos y finos que lucían como perlas mágicas ante la iluminación que emana de la luna.
No hay mejor sueño que estar con ella. Sentir su pequeño y frágil cuerpo siendo resguardado por el mío. Siempre envolviendola para evitar que cualquier mal se le acerque.
La calidez de ambos es algo que no se puede replicar, y en el profundo mundo de los sueños, mi corazón tibio y acelerado está así por ella.
Sea vida real o sueño, siempre la protegeré como su fiel guardián y amante.