La noche llegaba, Sara entró lentamente a su habitación, cómo cada noche después de llegar de su trabajo, sin embargo, esta no era cómo todas las anteriores.
Al entrar a su habitación, intentó encender la luz, pero, se percató de que alguien más había invadido su privacidad.
Sara quería llamar a su madre, ya que era la única persona con la que vivía desde que era una bebé, sin embargo, su madre sería incapaz de entrar a su habitación.
Al estirar su mano y encender la luz, Sara miró muchas gotas de sangre debajo de sus pies. Se asustó demasiado al ver gotas de sangre en la alfombra y en cada rincón de su habitación.
Sara levantó la mirada, las cortinas de su habitación, estaban cerradas. Eso no solo era extraño, ya que ella nunca hubiera hecho eso...
Miró con miedo a la ventana que se encintraba delante de ella. Apretando su mano con fuerza, Sara avanzo hasta llegar a la mitad de la habutación.
En ese lugar, Sara notó más gotas de sangre. Eso ocasionó que ella se cubriera la boca para no hacer más ruido.
__ Ffffffhhh....
Ruidos extraños se escucharon salir del interior del baño... Sara tuvo más miedo, ya que el sonido que salía del baño, eran cómo miles de murciélagos.
El cuerpo de Sara se quedó paralizado, no logró mover ni un solo músculo de su cuerpo, el miedo congeló hasta sus huesos...
__ Sara... _ La voz de su madre comenzó a salir del interior del baño.
Sara intentó relajarse, la mujer al interior era su madre. Eso solo debería ser una broma, pero no...
Sara caminó lentamente acercándose con cada paso más al baño; colocó su mano en la manija y cuando estaba por girarla y abrir la puerta, sintió una presencia detrás de ella...
_ Hola cariño... _ Una voz extraña se escuchó detrás de Sara.
En el momento en que ella iba a voltear, un poderoso golpe en su cara, provocó que Sara perdiera el conocimiento.
El hombre agarró a Sara, y la sacó de la habitación, sin antes haber abierto la puesta del baño, para que todas las criaturas sobrenaturales salieran de allí.