• SUPERMÁN •
*llaman a la puerta con insistencia*
Cuando el propietario de la habitación abrió, pudo ver del otro lado a un chico vestido con un traje blanco y una pequeña rosa en el costado derecho; tenía una cara muy arreglada pero llena de pánico.
Narra When.
Cuando el hombre abrió la puerta, me di cuenta que había interrumpido su rutina de la mañana, pues no traía puesto nada que cubriera su ejercitado torso, me miró confundido con un rostro serio e intimidante
-A-Ayuda- dije mientras entraba a la habitación con desesperación y cerraba la puerta detrás de mí
-oye, oye, ¿qué te sucede? ¿Quién eres tú?- preguntó mientras me miraba algo molesto por entrar de esa manera
No pude decir nada cuando empezaron a llamar a la puerta de nuevo, él suspiró irritado y la abrió cubriendo con su cuerpo el interior de la habitación
-Busco a mi prometido, ¿lo ha visto?- preguntó una voz conocida con un tono molesto en sus cuerdas vocales
El hombre se quedó en silencio un par de segundos y luego contestó -Me pareció haber escuchado pasos apresurados yendo a esa dirección- alzó un brazo y señaló el fondo del pasillo
-ya veo... gracias- agradeció el otro hombre poco convencido y se fue
-¿Quién eres?, ¿Por que tocaste mi habitación? Y ¿por qué parece que escápaste de tu boda?- preguntó mientras cerraba la puerta y alzaba una de sus manos con claro desagrado
-Shh, ya no grites por favor, podría escucharnos y vovler- dije con lagrimas en los ojos y las manos temblorosas al igual que mi voz
-¿qué pasa contigo?- hizo una mueca
《Nunca pensé que este desconocido me salvaría la vida, soy When, y esta es mi historia de amor.》
-P-por favor deja que me quede, cuando se haya ido te prometo que me ire, por favor- Insistí y di la vuelta para ocultarme en alguna parte
-espera- pronunció y sostuvo mi brazo -si... quieres pasar desapercibido tienes que cambiarte- argumentó y fue a su armario
-Si... es verdad- afirme aún exalto -p-pero yo... no tengo ro- no termine cuando me interrumpió
-Toma esto- me lanzó con delicadeza una sudadera gris casi tres tallas más grandes que la mía al igual que un pantalón de pijama rojo cuadriculado -Se que no es de tu talla, pero... servirá- afirmó
-gracias...- solté una leve sonrisa ante su acto -¿dónde está tu capa? ¿Y tu capa? ¿Está aquí? ¿Dónde está?- hice varias preguntas mientras me asomaba a su armario
-Oye, ¿que capa?- se alejó y me miró mientras alzaba las manos como si fuera a ser arrestado
-¡La de Supermán! Me estás salvando, eres un... eres mi Supermán, ¿cierto?- sonreí agitado mirándolo
-Ah... comprendo- dijo y desvío la mirada apenado
-Eres mi héroe así que...-
-Soy tu Supermán... sí- afirmó con una leve sonrisa acompañando su calidad voz
Nos miramos por un momento y un silencio inmenso cubrió la habitación
-ah... esto es incómodo- dije mirando a todas partes
-si...- miró abajo
-sabes, estoy apenado pero gracias...- caminé a la cama y tome la sudadera que previamente me había dado -No dudes que te devolveré esto y te... te... hornearé algo porque... yo soy muy bueno horneando- argumente
-dime, ¿por qué tuviste que huir de tu boda?- preguntó él sin rodeos
-oh... eh...- desvié la mirada dudando lo que respondería -me voy a cambiar...- le di la espalda -ah... disculpa, se que es tu habitación pero... ¿tú podrías darte la vuelta?- hice la petición aunque sabía que era algo exagerado de mi parte
-oh, sí por supuesto... lo siento- accedió y fue al ventanal dándome la espalda
Me cambié de ropa lo más rápido que pude dejando el traje blanco desordenado sobre la cama y los zapatos tirados; al terminar, me di la vuelta y le agradecí de nuevo por la muda
-gracias... gracias, joven...- me detuve, pues no sabia su nombre, él capto de inmediato y me lo dijo
-Richard- informó
-Richard... pues... gracias eres un...
Eres un buen Supermán- excalmé y levanté un puño como si alabara a alguien, el hizo lo mismo con un poco de vergüenza en sus ojos profundos
De repente se escucho un golpe afuera, como si algo se hubiera caído; se escuchó también la voz de mi "esposo" preguntando por mi a una mujer de la limpieza. Richard, al oírlo me indicó que saliéramos por atrás así que lo seguí, pasamos corriendo por recepción un poco agachados; continuamos así hasta toparnos con el carro de servicio de una trabajadora, había una tarjeta así que la tomamos y seguimos hasta encontrar la bodega del hotel, abrimos la puerta y entramos.
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Ahora ambos nos encontrábamos sentados en el suelo con un montón de estantes con toallas rodeándonos
-Am, bueno... creo que ya deberías regresar a tu habitación, yo esperaré aquí- dije mientras abrazaba mis rodillas
-No, No... tranquilo, Creo... que es mejor que me quede contigo- me miraba con tranquilidad
-¿por qué estás haciendo esto? Lo haces por lastima, ¿no es así?- pregunté desconfiado, había olvidado la sensación de ser ayudado por alguien
-En realidad es porque tu prometido está rondando por mi habitación. Con un arma- justificó
Había conocido a Richard solo un par de horas, pero me sentía tan tranquilo y confiado a su alrededor como si lo conociera de toda la vida. Quería estar cerca de él...
-¿por qué fue... que huiste de tu boda?- preguntó una vez más
-am... y-yo... yo solo me arrepentí- intenté mentir con ingenuidad
-Escucha... te vi la espalda, ¿Él te hizo eso?- interrogó con seriedad
-Fue por el strudel de manzana...- ya no valía la pena intentar mentir
-¿qué?... ah... yo no... disculpa, no comprendo... ¿por qué?- miró al suelo confundido
-lo dejé en el horno mucho tiempo y se quemó y... los moretones son consecuencia...- dije esto último con gran rapidez para después mirar mis piezas descalzos
Richard despeinó su cabello hacia atrás con molestia por lo que había revelado
-¿por qué soportas eso?- preguntó con un fuerte suspiro
-¿Sabes?... cuando... cuando nos conocimos, yo trabajaba como conserje y, y ahí estaba él... citas, regalos, la vida en la gran ciudad. Era como... sí fuera la Cenicienta y hubiera encontrado al príncipe azul... eso es lo que parecía desde afuera- me expresaba como un niño inmaduro y las lágrimas volvieron a aparecer
-¿por qué no le contaste a nadie lo que pasaba?- me miró
-Oh... por qué el es perfecto en público- solté una risa sarcástica y fruncí el ceño -Pero cuando llega a casa se vuelve un verdadero monstruo- frote mi nariz
-hiciste bien en huir- afirmó Richard y se puso de pie
-¿Lo es? Tal vez debo pagar ese precio para no limpiar nunca mas- le di la espalda e intenté tomar unas toallas del estante
-Tu no le perteneces- pronunció mientras me ponía sobre los hombros un suéter rosado que, supongo, tomó de entre la ropa limpia que había allí -Y tampoco le debes nada seamos honestos, cualquier hombre sería afortunado de salir contigo- sonrió
-no he tenido una cita hace mucho tiempo- dije mientras aún le daba la espalda
-oh... no debiste decir eso- exclamó
-¿qué?- me giré desconcertado y pude ver un sencillo escenario que él había construido con un montón de toallas, parecía una pequeña tienda de acampar triangular
《En segundos, Richard convirtió un cuatro de almacenaje en el escenario de la cita perfecta. Éramos como... dos adolescentes y... al instante me olvidé de todas mis desgracias. En ese momento me sentía muy, muy feliz; y no quería que la noche acabara. Y ni siquiera me di cuenta que me estaba quedando dormido en sus brazos...》
A la mañana siguiente, desperté dentro de la tienda triangular sin notarlo a mi lado. Me senté y segundos después escuché la cerradura abrirse, era él
-Oh... oh... lo siento, yo... ¿cómo es que nadie nos vio aquí?- me levanté y toqué mi cabeza
-en realidad, una mucama nos vio esta mañana, pero le di una generosa propina- sonrió astuto y me dio la taza de té que traía en las manos, le agradecí y la tome
-Bueno... lo siento mucho. Todo esto es mi culpa, tuviste que dormir en el piso, y no en tu lujosa habitación- excalmé
-No... para mi fue un placer, pero... tienes que ir a buscar tu traje y... yo debo dejar la habitación, así que...-
-si, eh... discúlpame por entretenerte- dejé la taza sobre el estante
-No, no, no, no, solo quería preguntarte...- me miró a los ojos, pude notar timidez en su voz grave -¿quiere venir conmigo?-
Me sorprendí y miré abajo -¿qué? Em... ¿a dónde?- pregunté con balbuceo
-A... mi ciudad, a... mi casa, a mi vida...- dijo directamente si apartar sus punzantes ojos de mí y acarició mi mejilla, la cual se encontraba ruborizada
《Fue como una descarga eléctrica. Había escuchado esas mismas palabras de mi esposo cuando creí que era el hombre perfecto. Tal vez Richard al final sería igual que él...》
-No, yo... lo siento, pero no puedo, yo... Richard, tengo miedo- movía las manos como si quisiera apartarlo
-¿miedo de qué?- se acercó
-Tengo responsabilidades, y tengo cosas que hacer y... además debo devolver el traje a la tienda- estaba por decir otra tontería cuando él dijo
-Si, claro lo entiendo- se apartó y se dirigió a la puerta -Solo quería ayudar, pero, olvídalo...oh... entonces...- suspiró y continuó -Espero que tengas un día maravilloso. Tan maravilloso como tu...eh..
Creo que debería irme, adiós-
-g-gracias...- dije cabizbajo y vi como se marchaba
Me tiré dentro de la tienda y cubrí mi rostro con ambas manos...
《¿y si él es mi alma gemela?, No fue casualidad que tocara su puerta... Pero, ¿qué tal si estoy inventándome todo esto?... No, no, no. Nunca sentí nada parecido con mi ex... Entonces, ¿qué? ¿Acabo de dejar ir al amor de mi vida? Dios, dame una señal 》
En ese momento, mientras pensaba, metí mi mano en el bolso del suéter rosado que ahora estaba usando de manta y sentí unas llaves, supe que era lo que tenía que hacer.
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-¡Richard!- caminada por el pasillo en dirección a su habitación -¡oye, Richard!-
Cuando entré, noté la puerta del baño abierta así que entré, pero solo vi a una mucama doblando toallas; Le pregunté por el dueño de la habitación y dijo que recién se había ido. Rápidamente bajé hasta el primer piso y pude ver a un hombre detrás de la cajuela abierta de un taxi estacionado frente al hotel
-¡Richard! ¡Richard! ¡Richard!- Me acerque, pero al estar lo suficientemente cerca... me di cuenta de quien era en realidad
-¡Cariño, aquí estás! Te he estado buscando por todos lados- era mi esposo, quien me miró con una sonrisa hipócrita y cerró la cajuela para después acercarse a mi y tomar con fuerza mi brazo
-¡oye, no me toques!- intenté apartarlo sin éxito
-voy a hacer lo quiera contigo. Te saqué de esa vida miserable y deprimente que llevabas. Te di todo, ¡soy tu dueño!- exclamó con dominación
-¡no, no lo eres!- forceje
-No eres nada sin mi, ni siquiera pienses huir- apretó mis mejillas, yo solo miraba alrededor esperando que alguien nos viera
-oh, ¿buscas a tu salvador? Nadie vendrá por ti sube al auto- me jaló hacia el taxi y me empujó dentro, después entró él y se sentó a mi lado cerrando la puerta
-¿A dónde se dirigen?- preguntó el conductor, de inmediato reconoci el tono cálido y a la vez grave de su voz
-Él extraño de la habitación, que gusto verte- dijo mi esposo quien también lo había reconocido -Es hora de que mi prometido y yo nos vayamos a casa- sonrió
-Déjalo ir- dijo Richard como una orden
Mi "esposo" rió sarcástico -No sé cuál es tu problema, pero... él y yo nos amamos, estamos bien- afirmó hipócrita
-¿intentas jugar la carta del esposo perfecto de nuevo?, eso no funcionará conmigo. Si no dejas salir a When ahora mismo, voy a hablar con todos tus amigos, colegas y conocidos... Cada persona en la ciudad sabrá la clase de basura que eres en realidad. Arruinare tu reputación y tu vida, ¿queda claro?- dijo Richard confiado de sus palabras
El hombre a mi lado comenzó a buscar con irritación el arma que llevaba en el cinturón, pero la voz de Richard interrumpió sus movimientos
-Eres patético, ni siquiera notaste cuando te la quité- exclamó
Me incliné un poco y pude notar el arma de mi esposo dentro de una bolsa de plástico sobre el asiento de copiloto
-Bien, aquí viene la policía- anunció después de que se empezaron a escuchar las sirenas de las patrullas viniendo hacia nosotros, sonreí
-no, no, no puede ser- dijo el hombre mientras era jalado por los oficiales para sacarlo del auto
-¿se encuentran bien?- preguntó un oficial asomándose por la ventana abierta
-Todo bien- afirmó Richard
El oficial tomó el arma que estaba en el asiento y se la llevó, después simplemente se retiró y se llevaron a aquel hombre horrible. De inmediato me pasé al asiento del copiloto y miré a Richard
-Oye, ¿qué estás haciendo aquí? Pensé que te ibas a ir- sonreía mientras lo miraba
-Si, pero tu me mentiste- dijo Richard mirando al frente
-¿Te mentí?- lo miré confundido
-Me dijiste que ibas a hacer un strudel- me miró y sonrió
-oh...- reí y desvié la mirada
-Y no me iré a ninguna parte hasta probarlo- exclamó sonriente
-Yo estoy... listo para ir a cualquier lugar contigo. Incluso... hasta el fin del mundo, Supermán- sonreí al igual que él y me incliné hasta rozar nuestros labios
Sus labios cálidos y carnosos me regalaron un beso tan tranquilo y dulce que no había probado en muchísimos años, me... me sentí seguro una vez más.
F I N ♡