Primer capítulo
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1° de Abril de 2050
Querido diario: Mi nombre es Mía y soy "dócil". No tengo muchas posesiones personales y tampoco las necesito. Te cuento que no estoy acostumbrada a escribir en un Smartphone, pero me he ganado el privilegio de tener uno por ser la primera de mi promoción, así que espero que seas una buena app para descargar mis emociones y relatar mi vida de ahora en más. Al menos eres mi objeto personal por unos días, luego la familia que me compre decidirá si te puedes quedar conmigo o no.
Lo primero que debes saber sobre mí es que he sido muy aplicada en mis estudios y mi calificación ha sido "A" en las cuatro habilidades principales: liderazgo, disciplina, tolerancia al dolor y docilidad. También tengo habilidades de defensa personal, especialmente con espadas. Aunque, esto último no suele ser común entre nosotras. De todas las jóvenes que de niñas fuimos traídas a la capital para ser formadas en una vida de dóciles, muchas han caído en el camino, algunas de ellas apenas vivieron unos meses. Otras, cómo yo, llegamos a los 17 años para completar nuestra educación. Apenas se ingresa en la academia, a los 13 años, lo primero que hacen es quitarnos la voluntad, transformarnos en criaturas que solo tienen su deber y su obediencia. Esa la parte más difícil y el filtro más importante para ser una dócil. Muchas niñas no lo soportan. Horas de pie sin poder moverse, obedecer, sin cuestionar sea cual sea la tarea, aceptar los maltratos. Para mí no fue tan humillante porque ya estaba acostumbrada, mi tía Beatríz y mi madre fueron dóciles de pequeñas y me educaron de ese modo.
Pero, imagino que te estarás preguntando ¿Qué hace exactamente una dócil? Es simple y a la vez no lo es, somos las ayudantes de las grandes familias Dominem de Metrópolis. Somos quienes se encargan de las tareas más complejas y simples o que nadie quiere hacer en una gran mansión. Nuestras tareas son ilimitadas: limpiar, organizar a otras empleadas, ayudar en la cocina, incluso animar una fiesta, ayudar a los niños ricos en sus tareas, etc. La única regla es nunca cuestionar las decisiones de la familia que nos compra, a menos que nuestra vida esté en serio riesgo. Al ser compradas y firmar nuestro contrato de trabajo pasamos a ser parte de la familia, pero como una especie de objeto con vida, somos un simple complemento para que la familia pueda organizar su vida y ser felices. Debemos trabajar, pero pasar desapercibidas si es posible y guardar los secretos que escuchamos. La intimidad de la familia que nos compra es uno de los pilares que nos guían.
Mañana finalmente iremos a la subasta de subordinados/as y dóciles*. Todas las grandes familias Dominem estarán allí y las dóciles solemos tener los precios más altos. Todas las compras se hacen en Criptomonedas, el dinero de los ricos. Yo espero ser vendida a un precio muy alto, ya que un pequeño porcentaje irá para mi familia en los suburbios. Deseo mucho mejorar su situación económica en el corto plazo, pues mi padre está muy cansado y viejo para seguir trabajando.
Estoy demasiado ansiosa, el sufrimiento de tantos años al fin será recompensado. Y hablando de recompensas, la academia va a regalarme un precioso vestido nuevo para la subasta. Me emociona saber que somos unas pocas las privilegiadas, las 5 mejores de la promoción, quienes vamos a recibir vestimenta exclusiva para destacar. Va a ser excitante vestirme diferente, sin la clásica falda, excesivamente corta y la remera blanca con el logo de la academia. Todos estos sentimientos no los experimentaba hace mucho tiempo e intento guardarlos para mí. Soy una de las líderes y debo dar el ejemplo de rectitud. No puedo ir por la vida demostrando pensamientos propios, debo controlarme lo más que pueda y hacer lo que mejor sé hacer: no tener emociones, no sentir, no sufrir.
Ya es muy tarde, al parecer hay luna llena y se pueden escuchar los aullidos de los lobos, suelen rodear la academia de dóciles por las noches, así que es muy peligroso salir o escapar, si alguna quisiera intentarlo. Sé que todo esto es mucha información querido diario electrónico, así que te dejo en paz por ahora. Extraño mucho a mi padre y a mis hermanas, por lo tanto, deberás ser mi compañía y quién me escuche. A partir de hoy te diré Roy. Hasta mañana.
Tú Mia 🍀
Para más, leer "Diario de una dócil"