He descendido hasta lo más profundo de este océano maldito con la intención de comprenderte para después desterrarte de una vez y para siempre.
Tú que ínsitas el mal en las personas no me causas temor.
Puedo tragar tus aguas negras, puedo dejar que mi mente se diluya como la de aquellos a los que arrastras. Pero yo no caeré porque esta ha sido mi meta desde el comienzo.
Me he perdido voluntariamente y no pudiste verlo.
Tu soberbia es precedente a tu razón al punto tal de que eres capaz de carecer completamente de ella.
Tú, necio.
Tú, músculo y corazón del mal.
Aquí estoy y aquí me tienes.
Cada parte de mí. Cada pensamiento. Los más perversos horrores de mi consciencia.
Aquí me tienes y aquí estoy.
Demuéstrame lo que eres capaz de hacer, si en verdad eres capaz de hacer algo.