Soy Camila una estudiante de la universidad, estoy en una fiesta de la fraternidad.
Les cuento que desde que ingresé a la universidad, me gusta un chico, su nombre es Sebastián, pero él es un chico raro, no me presta atención, a mi ni a nadie al parecer solo viene a estudiar y luego se encierra en su casa de nuevo, él vive al lado de mi casa así que de vez en cuando lo persigo, pero hoy decidió salir y está en la fiesta, aunque solo me mira no se mueve ni nada, debería asustarme, pero al contrario me encanta su mirada sádica que tiene hacia mi, me estoy excitando demasiado así que necesito tomar aire.
Pero, al contrario voy al baño a orinar, al salir tropiezo con alguien derramando mi bebida
~Perdon~ Le digo a la persona que choque y levanto la mirada para que ver quién
~Perdoname tú a mí. ~Su voz es gruesa como de un locutor y su sonrisa causa escalofrío, pero me excita de una manera que nunca pensé que podría sentir.
~Tranquilo,~
~Te daré otra bebida~ Va hacia la cocina y me trae otra bebida, por la que me boto.
~Gracias~ Tomo la bebida.
~Acompañame~ Sé que dirán que estoy loca, pero voy detrás del chico que nunca me prestó atención y salimos hacia el bosque.
~¿Qué hacemos aquí?. ~Le pregunto al darme cuenta de que camine hasta el bosque, pérdida en su mirada.
~¿Te gustó?.~ Pregunta de repente.
~Sí, desde siempre~ Mierda, soy demasiado sincera con él.
~Lo sé, ¿harías cualquier cosa por mi?~ Se acerca a mí, con una mirada sádica.
~Lo que sea~. Esto parece un sueño.
~Bien, entonces tendré que ponete a prueba.
~¿Qué quieres que haga?.
~Ya lo verás. ~Va hacia la oscuridad del bosque y trae a una chica consigo.
~Mátala. ~Me suelta de repente, resultó que el chico que amo es un psicópata asesino.
~De acuerdo. ~ Me acerco a la chica, tomo una piedra y me abalanzó sobre ella, hasta que ya no le queda vida.
~Eres digna de estar conmigo.~ Me besa.
~Al fin, puedo estar contigo. ~Le devuelvo el beso.
~Creía que no serías capaz. ~Comienza a tocar mi vagina.
~Por ti haría lo que fuera.~Jadeo ante su tacto.
~Lo sé, vivamos en el bosque, ¿quieres?. ~Mete sus dedos dentro de mí. Arqueó la espalda.
~Contigo hasta el fin del mundo. ~Lo beso, me devuelve el beso y nos tiramos al monte.
Me bajo y le saco su polla y se la chupo.
~Eres tan rica, como la sangre y tan hermosa como la muerte misma. ~Grr~ gruñe cuando absorbo más fuerte su polla en mi boca.
~Sabes, cada noche te observaba, veía como me seguías, veía como me mirabas y decía si es capaz de hacer cualquier cosa por mí, entonces es digna de mí.~ Toma mi cabello y lo mete más profundo a mi garganta, termino de chupar y él ahora es el que está jugando en mi clítoris con su lengua.
~Siempre te desee, soñaba con este momento, estar entre tus brazos mientras tú me hacías tuya. No me importa el mundo me importas solo tu, y complacerte a ti.
Y así pasamos la noche y cada día de nuestras vidas fundidos uno del otro, jugando con la vida de las personas, resultó ser que yo era tan sádica como él, no me importaban los humanos con tal de estar a su lado, si me pedía que me cortará, lo haría por verlo feliz, mientras yo sangraba. Si me pedía que me lanzara de un barranco lo haría con tal de que me hiciera suya, me volví adicta, adicta a un psicópata.