ELLA:
A Haru nunca le gustaron las flores, sin importar el color o el tipo. Pero aún así, compraba rosas negras para ella porque ella las amaba. Una vez le preguntó que veía en ellas y solo obtuvo como respuesta "me gusta cómo se ven".
Por ello, a lo largo de su relación no faltaron rosas negras, cuando le pidió salir, en su primer beso, en su primera cita y otras primeras veces que Haru siempre recuerda. Solo en una ocasión las rosas negras faltaron y esa vez fue cuando la observó cerrar los ojos para siempre.
Después de perderla no pudo ver a las rosas negras por un tiempo, mandó a eliminar todas las que hubiera en la base incluida la de su oficina la cuál fue destruida por el mismo apenas la vio.
Al año de aquel acontecimiento, Haru buscó una rosa negra por primera vez y la colocó sobre donde el cuerpo de ella se encontraba mientras la sonrisa en su cara se borraba por primera vez desde su fallecimiento mostrando sus sentimientos mientras lágrimas caían de sus ojos.
Cuando sus lágrimas cesaron unas palabras salieron de los labios de Haru en forma de susurro "intenté ser feliz como me lo pediste pero... solo puedo fingirlo. No puedo ser feliz sin ti".