Buenos, veamos, ¿continuó, termino o persigo?
Algunas veces, las inseguridades atacan y no perdonan y, eso es lo que hoy me está pasando hoy, perseguí a una ansiana que me robo la cartera y ahora corro tras ella, si percatarme de nada.
Pérdida, en medio de una calle desconocida, la noche está llegando y ahora más que una cartera,perdí mi sentido de orientación.
<<¿Donde rayos estoy?>> pensé.
La desesperación me estaba comenzando a carcome la cabeza...
Más haya de un almacén alejado pude escuchar unos ruidos extraños.
Eran los maullidos de un gato...
Suspiré de alivio.
Por un segundo me asusté.
Tal vez el lugar y la hora no ayudaban a calmar los nervios, todo lo contrario, los sentidos cobraban más vida que nunca.
Miré al gatito, era de un color ocre bastante feo, flaco y con moquillo.
No era muy cariñosa, menos con los animales, por algún motivo nunca les caí bien.
El odio era mutuo.
Pero por alguna extraña razón ese pequeño escuálido tocó este insencible corazón.
Lo levante, cabía en la palma de una mano. Pensé en darle algo de comer apenas llegara a casa. No podía llevarlo al veterianario ya que no tenía dinero.
De pronto recordé.
¡Ésa maldita anciana! Me había olvidado por un segundo el porque estaba en ese lugar perdido y bien tenebroso.
Cuando empeze a caminar para salir de esa calle intrancitada, observe una cartera color lila con una enorme margarita mal dibujada.
Mi cartera... caminé para recogerla y verificar si no estaba viendo mal.
En efecto era mi cartera, la misma,de cuero gastado y tintura desteñida.
Creo que hoy iría a veterinario primero. Y luego a tiende a sustituir con cosas nuevas la casa.
En fin vivía sola, pero por lo menos el dinero no faltaba.
Vivirás bien por un gran tiempo pequeño.
Ya no estarás solo...