Esa noche...
Esa noche, cuando papá entro a mi habitación y me preguntó por ella, mi corazón se rompió en mil pedazos, ¿Donde se supone que estaba sino en su cama?
¿Que pasó? ¿Porque no regresó?
Al escuchar de la boca de papá decir que ella no estaba, me desplomé en el piso y procedí a llorar, eran casi las doce de la noche, no entendía nada, solo sentí un mal presentimiento... Ella ya no iba a regresar.
Papá fue a llamar al resto de la familia, a su mamá, la persona más cercana y la única que podía calmar sus lágrimas, por otro lado, la amiga de ella se encontraba en mi casa y con su esposo procedieron a buscar en los alrededores.
Recuerdo que esa noche, no sé ni cómo pude dormirme, las lágrimas quizá ayudaron en eso. A la mañana siguiente como a las seis, específicamente, llegó su amiga a mi casa de nuevo a hablar de la situación, mis ojos estaban hinchados de tanto llorar, ya no lo soportaba.
Ella me pidió explicación, pero, ¿Cómo iba a dársela si ni siquiera yo lo sabía?
Hablamos un rato mientras trataba de esconder mis lágrimas y de tragarme el nudo que tenía en mi garganta.
Ah sí, papá no se encontraba en la casa, había ido con la policía.
Ese día tocaba ir a la escuela pero de qué va, no pude ir, no podía así, me sentía incompleta, un vacío dentro de mí desde la noche anterior.
El fin de semana, llegaron de visita mis tías, hermanas de papá y mi abuela, su mamá. Yo me encontraba barriendo, como siempre, con lágrimas en los ojos, cuando mis tías llegaron una de ellas se acercó a mí y me abrazó, no pude evitarlo y me desplomé en sus brazos y hundirme en el llanto.
Después, les di la bienvenida. No me sentía para nada bien y, ¿Cómo me iba a sentir si la mujer que me dió la vida había desaparecido de la faz de la tierra? ¡Maldita sea! Recordarlo me hace sentir peor.
Mis hermanas solo miraban las acciones, no entendían nada, claro, eran unas pequeñas que aún no comprendían lo que pasaba.
Al terminar el fin de semana, no hubo de otra que regresar a la escuela, no sé cómo ya lo sabía todo el mundo, al llegar la directora hizo una plegaria con la escuela completa, todos los alumnos de todos los cursos se encontraban allí, yo estaba con mis compañeros, pero realmente era mi cuerpo el que estaba allí, mi mente y mi alma no estaban allí presentes.
La directora comenzó a narrar los hechos de mi situación y claramente todo era para mí, no pude evitarlo de nuevo, llore en medio de toda la escuela, ¡ja! Quedé como una estúpida en medio de todos.
Al momento de terminar todo, la directora me llamó y yo con lágrimas aún en los ojos. No sé pero odio las palabras: "No te preocupes, todo estará bien". Cuando claramente eso no será así, ese dolor permanecerá para siempre y como no, mi madre, mi hermosa madre, se fue a otro lugar lejos de mi, dónde no podía alcanzarla ni visitarla de vez en cuando, eso me mata día a día pero, ¿Qué puedo hacer?
Mis días se alargaron , los sentía eternos, yo con 14 años de edad, ni siquiera la tuve en mis 15, para ser sincera ese día para mi cumpleaños, ya tenía planes con ella, pero, obviamente no paso nada de nada. Ese día fue un asco para mí.
La depresión me caracomia poco a poco, mis amigos de vez en cuando me consolaban, pero no lo permitía no podía darme cuenta que volvía a llorar enfrente de toda la clase al recordar momentos inolvidables con mi mamá.
Ella, perfecta y amable, de ojos color miel, en su hermosa cara la adornaban unas pecas que le hacían resaltar su belleza, su cabello largo y ondulado. De verdad, era perfecta y hermosa para mí.
Hice todo lo posible con ser una buena hija para ella, ayudaba en lo que podía, pero ahora sufro con su partida, me mata y no se que hacer. ¿Debería también desaparecer de la faz de la tierra? Tal vez así logré reunirme con ella, es lo que más quiero ahora mismo.
Cada vez que hablo de ella, cuando veo sus fotos o recuerdo momentos divertidos con ella, las lágrimas vulven hacer acto de presencia y no puedo evitarlo. De verdad, no se que hacer. El sentimiento vive en mi día a día, noche tras noche. Lloro cunado estoy sola, lloro en la ducha mientras me baño, lloro en mi cama, en la mesa, en todos lados. Esto es fuerte y me siento sola...
No puedo estar haciendo nada, por qué es allí donde las emociones salen de mi y no puedo detenerlas, debo estar con la mente ocupada para no pensar en ello, de lo contrario vuelvo a caer en el sufrimiento.
¿Algún día desaparecerá esto que siento? No lo sé, pero a ella nunca la olvidaré, por mucho que trate de olvidar lo ocurrido. Aunque extraño esas palabras: "Estaré orgullosa de ti hija, esfuérzate en todo lo que puedas,si yo puedo ayudarte lo haré, si algún día ya no me quieres en tu vida, yo no me opondré, no me meteré en tu vida", y esa sonrisa que me daba, vive en mi mente por siempre... La extraño demasiado y nunca pude decirle lo tanto que la quería y que si algún día yo no había sido buena hija, que me perdonara, pero ahora ya es tarde, ahora ya no está para decírselo...