Sus lágrimas caían en la hoja sucia. Los recuerdos de aquel día invadían su mente.
"No soy de las personas que se acostumbran a decir esto, pero no sabes cuánto quiero escribir pensando en ti.
Comencemos con lo primero: realmente eras mi mejor amiga. Juro que no habia tenido a nadie en toda mi vida que sostuviera mi rostro mientras lloraba. No había tenido a nadie que estuviera chupando frío conmigo en los peores momentos. Alguien que me cuidara... que me hiciera reir con bromas estúpidas.
¿Sabes qué más tuve contigo?
Contigo tuve mi primera desilusión y las primeras melancolías profundas.
¿Quieres saber qué fuiste para mí?
Tú fuiste esa amiga que no preguntó por mí el día de mi intento de suicidio".
Luego bajó el lápiz y mojó la tinta con el agua salada que salía de sus tristes ojos.