Mi infancia recorrió las estaciones, entre trenes sin retornos,
soñando castillos fabulosos, ciudades olvidadas de leyendas
entre perfume inolvidable fui yo...
Delgada niña, cuya pálida forma se impregnaba de bosques
vacíos como el éter del olvido...
En la noche perforando la lluvia con un aullido errante y esa
lluvia como catarata despeñaba, ahogando poco a poco mi
mundo y no se oía nada más que la lluvia fatal de mis llantos
peleando con la lluvia...
La lluvia mar de arriba, mi lágrima centro del mar y mi cuerpo
rosa fresca desnuda como pétalos caía mis tristezas y esperanzas...
Mientras la tempestuosa sombra me cubrían se olían a bosque,
a selva pura desde entonces mi amor fue maderero y lo que
toco se convierte en bosque...
Mundo de adobe casas sin ciudad, casas con pasado...
Así era mi infancia...