Hoy puse una Rosa en tu tumba, como hago todos los lunes. me permite comenzar la semana con una sonrisa, sabiendo que eras mortalmente alérgica a ellas.
Pase mucho tiempo intoxicada. Detestaba las Drogas, Pero no podía evitar consumirlas. Las alucinaciones eran Insoportables y los malestares nunca acababan. Una noche, finalmente, mí cuerpo ya no soporto. Por la mañana, A mí madre no le sorprendió qué mí cadáver saliera de su vientre
Papá, siempre fuiste un ebrio violento qué me hizo mucho daño cuando niño. y viene aquí, Después de tantos años, Parado frente a tu tumba. - pero hijo...¡Sacame de aquí todavía no estoy muerto! - Lo se -Dijo el, mientras lanzaba tierra con una pala.
Cuentos para monstruos