Héctor Collen es un médico que pasó a ser del montón.
Al venir de una familia donde los médicos han surgido por generaciones, no es de sorprenderse que estudiara medicina. Grandes hombres y mujeres que se destacaron en la medicina surgieron de la familia Collen, contrario a lo que cualquiera imaginaría, su familia intentó vanamente convencerlo de cambiar de carrera y estudiar otra cosa.
-Pasarás gran parte del día de pie, los conocimientos médicos siempre están actualizándose, tendrás que estudiar constantemente, pasarás semanas sin comer, ni dormir correctamente, tu familia no podrá verte con frecuencia en las reuniones familiares, y cuando por fin logres tener tiempo libre, es muy probable que debas regresar al hospital otra vez, debido a cualquier emergencia, sabiendo todo eso ¿Aun así quieres postular para Medicina?.
Haciendo caso omiso a todas las advertencias, logró convertirse en médico cirujano a los 40 años. Su cabello se caía como si tuviera más de 50 y tenía ojeras y líneas de expresión muy bien marcadas en el rostro, pasaba casi todos los días ocupado.
Sin embargo, estaba bastante conforme con su vida, su cansancio y fatiga desaparecería como humo cada vez que salvaba una vida más, si bien no podía salvarlos a todos, porque así son las cosas, siempre lo llenaba de calidez el recibir el agradecimiento de los familiares de los pacientes que si pudo salvar.
Si hay algo que lamentar es el poco tiempo que puede dedicar a su esposa e hijo, lleva varios días seguidos sin verlos. Espera con ansias sus vacaciones, a ahorrado una buena cantidad de dinero, llevará a su hija y a su esposa de viaje a la playa, recuperarán todo el tiempo perdido. Aunque por ahora ve muy lejano ese momento.
Desconoce las razones, pero últimamente ha estado recibiendo varios pacientes de forma consecutiva, la mayoría tienen fracturas en distintas partes del cuerpo, o heridas grandes y abiertas, pero nunca se quejaron del dolor, solo querían ser atendidos rápidamente.
Hoy por ejemplo recibió a un paciente con una herida muy amplia en el tobillo, después de cerrar la herida, le recetó unos analgésicos, pero el paciente lo rechazó y se paró como si nada, quiso hablar, pero fue detenido por Héctor.
-¡No puedes ponerte de pie todavía! Debes guardar reposo hasta que la herida sane por completo, espera aquí, pediré una silla de ruedas para ti -el paciente no cedió y se levantó nuevamente.
-Venga hombre, no es como si todavía estuviera vivo, con las suturas basta, haaa, por fin puedo caminar, no sabes como me ha atormentado ese dolor durante meses, me alegro de encontrar a ese tipo que me recomendó venir contigo, eres muy famoso ¿sabes? realmente haces un buen trabajo, por fin podré partir en paz.
Héctor se quedó momentáneamente aturdido por lo que acaba de escuchar, omitiendo el hecho de que el no es un Doctor famoso, está persona ¿acaba de decir que no estaba vivo?.
-¿Mm?, espera, tu momento también llegará pronto ¿no?, ¿por qué no vienes conmigo?, llevo siendo un alma errante más tiempo que tú, conozco el camino, de cualquier forma ya es hora de que descanses y vuelvas al ciclo de reencarnación.
-¿D- De qué estás hablando? -Héctor lo miró con ojos incrédulos y no pudo evitar tartamudear.
-Como que de qué estoy hablando, hombre, llevas trabajando sin parar desde hace más de un mes, agradecemos tu trabajo, ya que has ayudado a muchos a partir sin dolor, pero ¿no crees que es momento de pensar en ti mismo un poco?.
-N-no sé de qué estás hablando -Héctor cayó al suelo con una mirada asustada en su rostro, se acercó a la pared lo más que pudo.
-¿Qué?... Oh, no me digas... ¿Todavía no te das cuenta?.
Al ver la mirada de sorpresa en el rostro de Héctor, el paciente notó que no estaba actuando así que le aclaró las cosas con calma.
-Doctor, yo no estoy vivo, soy un alma errante, usted lleva muerto desde hace más de un mes y ha estado trabajando como un médico fantasma, tratando a las almas errantes que llegan aquí debido al dolor que los atormenta aún después de la muerte.
Al escuchar eso, las memorias de Héctor volvieron a su cabeza de repente y después de un momento de pensarlo, se dio cuenta.
Estaba tan ocupado trabajando, tan ocupado con cumplir su deber como médico, no tuvo tiempo para notar que ya había muerto, que el agotamiento, hace tiempo que había acabado con su vida.