Me siento como un pequeño parásito que no puede sentir algo. Sé que no es así.
"¿Y ya tienes pareja?" me preguntan siempre mis familiares cuando me ven. Carajo. Cuánto quisiera decirles que sí y hablarles sobre alguien.
Cuánto quisiera no seguir observando a las personas.
Todos mis amigos abrazan a sus amores y luego usan mi hombro para llorar. Me usan como un pequeño cenicero.
Yo quiero sentir eso.
Yo quiero sentir labios rozando con los míos.
Quiero sentir abrazos.
Quiero sentir besos.
Ya no quiero estar de pie en la calle mientras observo cien conversaciones sobre el amor.
Ya no quiero estar de pie mirando las personas.
¿Cómo es que pasé de tener personas que me gusten por mucho tiempo a estar esperando a conocer gente nueva?
Odio no sentirme enamorado.
Odio no sentir cosas por alguien.
Odio que siempre hablen de eso a mi alrededor y no pueda ser parte de estas conversaciones.
Odio estar de pie mirando las personas.
A veces me siento como un pequeño parásito que no puede sentir algo. Sé que no es así, porque realmente quiero que me guste alguien y no soñar con personas que no conozco.
No quiero dejar caer lágrimas de melancolía.
No quiero que me sigan viendo como un ser horrible del cual nadie gustaría.
No quiero que me sigan preguntando si estoy pensando en alguien.
No quiero quedarme de pie, porque no quiero ver a las personas.