y allí te vi, en aquel burdel lleno de hombre y mujeres sedientos por el sexo y las drogas que se podían consumir ahí y lo peor de todo es que nadie se los impedía. Sentado estabas con un cuerpo flaco con curvas marcadas sobre tus piernas, aquel cuerpo semidesnudo gritaba por tener alguna atracción sexual contigo, pero tus ojos y los míos se cruzaron cuando el marcaba su territorio sobre tu cuello descubierto.
No puedes negarme que estabas caliente en el momento que me viste bailar sobre ese tubo ante todos aquellos hombres que tiraban plata con desesperación sobre mí, el sudor y mis movimiento exóticos te provocaron y tus expresiones me lo confirmaron. Que estás esperando?
Cuando quieras puedes tomarme y no me opondré ante ese gran juguete que te cargas entre las piernas, a puesto que solo pensando en mí brincando sobre eso te mata. Si al final terminas buscándome, es por qué el que tienes no sabe satisfacer tus necesidades como yo se hacerlo.