Kageyama seguía golpeando sus dedos torpemente por la parte sensible de mis costillas cada vez que ganabamos un partido,pero no entiendo cuando fue que mis gritos de dolor cambiaron a gemidos,no entiendo cuando fue que su toque me daba cosquillas por todo el cuerpo y mi pecho se agitaba.
-Eso duele-Me quejo lanzandole una mirada feroz,-Deja de tocarme así.
-Oye,me gusta hacerlo,-Diciendo eso vuelve a tocarme en el mismo sitio.
Tapé mis labios sorprendido por ese sonido espantoso que salió de mi boca,parecía que me habían cambiado la voz,no conocía ese tono agudo que salía de mi,-No...me toques Kageyama.
-Me gusta escucharte.
-Es vergonzoso
Kageyama me acorraló contra uno de los casilleros y me miró friamente,su mente pensando en algo con intensidad mientras permanecía estático frente a mi.Volvió a incrustarme sus dedos rectos y largos en las costillas pero un poco más suave y raro y volví a gemir sin haberlo deseado.Me asustè porque había perdido el control del habla,tenía miedo.
Kageyama suspiró aún dejando su mano en mis costillas,dedos acariciando mi piel,parecía un desastre sudoroso y raro.Mis piernas aflojaron cuando en un ritmo desesperante comenzó a tocarme por todos lados.