Eres como la arena.
Caliente y suave.
Puedo vivir en un lugar así.
Puede gustarme, puedo amarlo.
El problema es
Que no importa cuánto te doy,
Tú no me estás dando nada.
Tu sigues corriendo entre tu propio desastre.
Y si el viento te arrastra, tú sigues,
Y no te das cuenta de que me dejas.
Te vas como si no supieras,
Te vas como si yo te hubiese hecho daño.
No importaba tenerte entre mis manos;
Te resbalabas, huías de mí.
Y cuando yo miraba a mis pies
Ya no te distinguía de entre el resto.
Ni siquiera te perseguí
Nunca pudiste estar harta de mí
Porque nunca te volví loca
Tú sólo no me querías.
No me duele,
No me duele que te quieras escapar.
Me duele que sigues sonriendo
Cuando sabes que te estás yendo.
Y yo me quedo aquí.
Solo, viendo cómo,
Estás con todos los que no te dan nada
Y lo entendí, no eras mala.
Sólo eras como ellos.
Como la arena que no deja ni rastro.
Y yo no soy ni el mar que puede borrarte,
Ni el viento que se va contigo.