Nos conducimos a un camino tan ancho y estrecho que nos dirige a un precipicio oscuro y claro como un atardecer, con un profundo y corto vacío, en donde estamos a punto de alejarnos el uno del otro, donde las cadenas que me amarran a tu amor están a punto de colapsar, nuestro amor paso de ser tan puro como el agua, a ser tan simple y rutinario, todo cambio en un abrir y cerrar de ojos, y no puedo luchar con tu indiferencia, ella es mucho más fuerte que yo y tú no haces nada por evitar que esto termine, el dolor de saber que solo miras como me ahogo con mis lágrimas, es lo que me atormenta en la noche, para ti solo fue un simple juego, donde la perdedora fui yo; en mis más oscuros y tenebrosos sueños mi alma grita tu nombre, pero tu voz me dice que ya no estarás más y te alejas hacia las más profundas montañas de la desesperación.
Y al llegar la noche, regresan la soledad y su cortejo de sueños funerales, quisiera que tú por un corto y rápido minuto te quedaras junto a mí, y poder mojarte con mis lágrimas para que sientas lo frio que se siente. Sin saberlo nos conducimos paraíso del olvido, y al rincón de las ilusiones rotas, y donde nuestros más bellos recuerdos ya pasan al más bello y feo olvido, tiendo a perderme a mí mismo cuando estoy aquí fuera sola; parece que nunca puedo hacerlo bien, pero supongo que así es como va desde que apareciste; nunca voy a encontrar mi camino si no corro a ese objetivo. Hay cosas que no puedo controlar, Los círculos debajo de mis ojos dicen la verdad que he estado tratando de ocultar, me siento como una flor sin sol que está destinada a marchitarse, sin una oportunidad para florecer. Este mundo me oprimió, humilló y degradó. Soy basura arrojada a lo más hondo; te odio porque pudiste volver tantas veces, pero nunca lo hiciste.