No importa cuánto mire el atardecer pensando si algún día nos encontremos de nuevo, de alguna forma u otra, aún no sé si quiero irme.
Te prometí sin importar que pasara, siempre iba a seguir hacia delante, e iba a vivir solamente por ti.
Pero, es difícil seguir si simplemente no logro poder olvidarte, ese día, todavía lo mantengo en mi mente, si solo en ese momento te hubiese detenido, ahora seguirías junto a mi.
Aún recuerdo ese día, lo recuerdo muy bien, ¿cómo podría olvidarlo? aquel día era nuestro aniversario, se cumplían 2 años desde que nuestra relación comenzó, te propuse ir a cenar y tú aceptaste felizmente, estabas emocionada, incluso decidiste usar aquel vestido el cual compraste solo para ocasiones muy especiales, una vez en el restaurante, luego de algunas comidas y un poco de vino, decidimos que todo era muy elegante para nosotros y nos dirigimos hacia el bar que siempre íbamos, jugamos billar, cantamos, eras mejor que yo en casi todo, lo único en lo que podía ganarte era en la resistencia de alcohol, aún sigo sin saber si estar o no orgulloso se eso.
Luego de un tiempo nos dirigimos rumbo a casa, ambos entramos a la bañera y nos dimos un cálido baño, al salir nos preparamos para acostarnos y pensé que así iba a acabar uno de los mejores días de toda mi vida, pero cuando estaba casi listo para dormir me dijiste que tenías algo que decirme, tu cara lucía triste, y de tu mesa de luz sacaste una carta la cual me diste, al leer la carta supe de que trataba, lo que habías luchado tanto por conseguir, la beca de una prestigiosa universidad en Europa, supe de inmediato porque parecias tan triste, si aceptabas la beca tendrías que mudarte.
Aún recuerdo el silencio que había en la habitación, ninguno quería decir nada, o simplemente no sabía que decir, pero recordé lo mucho que te esforzarte por ello así que lo único que pude pronunciar en ese momento fue:
—Felicidades—
El tiempo pasó y la hora de partir había llegado, tu vuelo era en dentro de dos horas, tenias que irte pero, por alguna razón no quería soltarte, sentía que si te soltaba nunca podría volverte a ver, pero pensé que solo era mi miedo a que te alejes de mi así que te solté y te di un beso mientras mirándote a los ojos jure que siempre te amaría.
Al principio todo era extraño, tan solo una semana había pasado y ya extrañaba el poder abrazarte y besarte, por más cursi que suene, te extrañaba tanto.
Pasaron algunos meses y la distancia no nos afectó ambos hablábamos seguido, incluso teníamos pensado encontrarnos, un día te llamé pero no respondías el teléfono, llame varias veces aquel día, pero por más mensajes y llamadas que dejase nunca respondiste.
Fue una semana sin saber de ti, mil cosas pasaban por mi mente hasta que recibí una llamada, era de tu hermano, nunca nos llevamos bien, así que su llamada me había sorprendido, al contestar supe que algo estaba mal, su tono de voz era vacío, se sentía completamente triste, me dijo que habías tenido un accidente automovilístico, el cual luego de dos días en el hospital, no lograste sobrevivir, por un momento pensé que era algún tipo de broma, pero me dijo que fuese a su casa, y una vez ahí tus padres lo confirmaron, de un momento a otro simplemente te habías ido.
Llore y llore, mientras pensaba que todo era algún tipo de pesadilla, pero simplemente te habías ido, recuerdo que aquella noche tome tanto que juro haberte visto sentada sonriendo en la cama antes de dormir.
Luego de tu funeral, no supe que hacer, vagaba por las calles, entrando a cada bar y sin rumbo alguno termine aquí, parado en el borde de este puente recordando todo lo vivido contigo.
— FIN —