Quisiera saberlo. Quisiera saber la manera de cómo acercarme a ti sin parecer una acosadora. Por culpa de mi timidez no pudo expresar mis sentimientos hacia ti. Estos sentimientos que llevó guardando varios años en mi corazón. Suena tonto que me haya enamorado de ti con tan solo observar tus acciones. Tal vez, si me atrevo a decirte lo que siento se que me dirías: "No sabes nada de mi.", o, "Eres rara. Alejate de mi".
Creas o no, conozco mucho más allá de lo superficial que es este chico. Su cambio a ser alguien introvertido a querer encajar en un grupo de amigos en el colegio siendo alguien más extrovertido pero manteniendo ese aura de misterio o de chico malo. Te cambiaste de color de cabello a un gris platinado. Tuviste más de dos novias y con las chicas populares. Creo que serían las chicas que siempre has fantaseado tener. No voy a juzgarlo. Lo amo de manera ciega o de manera que llegue a admirarlo. Cómo cuando admiras a un ídolo famoso. Solo que para mí, él destaca entre los otros jóvenes estudiantes.
Todos ven ese lado extrovertido pero yo ví sus inicios, cuando era invisible para los demás. Cuando él se sentía invisible y quería que alguien se diera cuenta que existía. Yo me daba cuenta solo que no tenia la valentía suficiente de acercarme a él y acompañarlo en esos momentos que necesitaba un abrazo. Moría por correr y abrazarlo con fuerza, pero me vería mal y como una acosadora. Yo no quería eso. No quería que me viera como algo que no soy.
Lo he observado por mucho tiempo que perdí la noción de cuánto tiempo me quedaba perdida en sus ojos, viendo su espalda, su cabello, sus idas y vueltas en diferentes clubes o actividades extracurriculares. También lo he visto pelear cuando un día intentaron molestarlo. El momento que ví esa escena, me asusté muchísimo por él. Tenía miedo que lo lastimen pero no fue así. El odio y enojo se habían apoderado de él que no dudo en levantar su puño y golpearlos una y otra vez. Pude escuchar el ruido de su mano chocar contra el rostro de esos sujetos que no volvieron a molestarlo. Entendí que era su manera de defenderse. Aún así, lo seguí amando por su fortaleza. Enfrentar, atacar, y no retroceder, es algo admirable en una persona. También ese fue el factor de su cambio a alguien más llamativo. Lo que yo quería ver, es una sonrisa genuina cosa que no ví a pesar de su cambio de apariencia.
El destino es tan desgraciado conmigo que se burla de mi amor no correspondido o platónico que lo encuentro en un paseo con mi perro que hago los fin de semana por la tarde, y me lo encuentro a él agachado acariciando a un pequeño gatito. Su sonrisa. Esa sonrisa tan bella que tiene él al ver ese gatito. Es difícil describir los latidos de mi corazón, el rubor en mis mejillas e imposible mantener mi rostro serio que sonreí de manera tonta. Me pareció aún más lindo cuando sonríe. La malo de esa situación es que mi perro ladra en la dirección dónde está él. Lo veo rápidamente sujetar al gato en sus manos en modo de defensa y sus ojos se clavaron en mi. Me paralice. Es la primera vez que él me miró. Apenada incline la cabeza y continúe mi camino con mi perro. No fui capaz de decir ni una sola palabra. Huí.
Los años escolares terminaron y sabía que nunca más lo volvería a ver. Sigo pensando en la manera de acercarme a ti. Tenía que buscar el momento indicado y elegí el peor momento. En la fiesta de graduación. Todos extravagantes hasta yo puedo decir que llevé puesto un hermoso vestido color rosa pastel, maquillaje y peinado. Quería sentirme hermosa a pesar de que mis años escolares fueron de acosar al chico que me gusta, estudiar y tener un pequeño grupo de amigas muy cercanas a mi.
Entre bebidas, la música fuerte y el baile me atreví a acercarme a él. Mala idea. Porque en ese momento descubro que su supuesta cita al baile le fue infiel con su mejor amigo. Él se fue de la fiesta. Era mi último día. El último día que lo iba a ver. Me importo poco y nada, encima que cargaba en mi sistema alcohol, mis defensa bajaron corri hacia la salida. Lo busque con la mirada y él se oculto en su auto. Toque su ventana. De seguro parecía una lunática y borracha. Esa noche no la olvidaré jamás.
—¿Qué quieres? Lárgate. —dijo después de bajar la ventanilla de su auto.
—Esteban... —me incline apoyando mi mano a la ventanilla asomando mi rostro. —¿Puedes escucharme un momento?
—No quiero hablar con nadie. Vete. Si eres amiga de Gabriela, no quiero escuchar sus excusas ni mucho menos sus porque. —decidí interrumpir haciéndole un ruido de silencio con una sonrisa que me atrevía, gracias al alcohol, a llevar mi dedo índice a sus labios en señal de silencio.
—No soy amiga de Gabriela. No vengo a hablar de ese tema. Vengo a decirte que no perderé la oportunidad de decirte que me gustas. Se que no sabes quién soy y de seguro te estarás preguntado "¿que quiere está loca? ¿está borracha?" y cosas así pero no me importa. Tenía que decírtelo. Me gustaste desde primer año hasta el último. Me gustas, Esteban.
Me sentí tan bien en confesarle mis sentimientos que no dejaba de sonreír y mis mejillas se ruborizan. Él quedó en silencio. Acto seguido aplaudí y salte de alegría.
—¡Si! ¡Si! ¡Por fin pude! —saltaba con mis zapatos de tacón aguja que pise mal y caí al suelo. Me reía exageradamente que eso debió asustarlo pero no, abrió la puerta de su auto y me levanto del suelo.
—Estas demasiado borracha. Deja de decir estupideces. Te llevaré con tus amigas.
—Esteban... me gustas. Pienso que el cabello negro que tenías te quedaba muy bien en ti. Resalta tus ojos. No digo estupideces, digo la verdad, mi verdad. Mis verdaderos sentimientos hacia ti. Te observé a distancia porque no me atreví a acercarme a ti. Eres muy lindo y no estuve a tu alcancé. Y si esa zorra no fue capaz de amarte... yo no sé si podía hacerlo mejor... yo solo fui una espectadora de tu vida...
Me abrazaba a su cuerpo mientras tenía hipo momentáneo y entre otras risas.
—Perdón, no pudo corresponder tus sentimientos. Ni te conozco.
—No importa. De alguna manera sabía que me dirías eso. Aún así, tenía que sácame las dudas.
Lo solté. Al final, mi borrachera de graduación hizo que ese momento sea vergonzoso como inolvidable. De alguna manera pude confesar mi amor ahora sí, no correspondido. Después de eso, me aleje de él regresando a la fiesta. Continúe bailando con mis amigas hasta que llamé a mi padre para que me pasará a buscar. Al día siguiente apareció la resaca.
Los años pasan. Actualmente estoy estudiando. ¿Enamorarme? No, sigo soltera. Decidí no acosar a nadie o ser la admiradora secreta de nadie. Me enfoque en mis estudios. De Esteban, se muy poco. Decidí alejarme de sus redes sociales aunque de momento flaqueaba en querer husmear que hacía. Se que tiene un hijo. Muy bonito por cierto. Y es el calco de su padre ambos con el cabello negro.
Me preguntó hasta el día de hoy, ¿habré influenciado ese día con que conserve su cabello negro?.