Se encontraban en una clase, era un día lluvioso y con mucha humedad, pero sobre todo muy aburrido.
Los protagonistas de hoy, estaban sentados al fondo de la clase, donde pasaban desapercibidos, las luces del aula estaban apagadas, el profesor lo hizo ya que puso un documental la cual iba explicando a medida que avanzaba el vídeo.
La chica de nombre Ariel, suspiró de forma aburrida y su amigo que estaba sentado al lado suyo, de nombre Rey, se dió cuenta, ya que él también estaba tan aburrido como ella.
Entonces, con una sonrisa maliciosa una idea perversa se le pasó por la cabeza.
Rey pasó su brazo con suma discreción por el cuello de Ariel acariciandola con suavidad provocando pequeños escalofríos en ella. Esta soltó un suspiro.
Adoraba sus caricias.
El chico no se detuvo y siguió un poco más, apoyando de forma inocente la mano en el muslo de la contraria.
Ariel llevaba falda pero no se alteró, pues ya estaba acostumbrada a su amigo hiciera ese tipo de cosas, pero lo que no sabía ella, era que él no se iba detener con unas simples caricias como de costumbre.
Su compañero de mesa, siguió frotando su muslo con la yema de sus dedos, subiendo su mano cada vez más a la zona de la intimidad de la chica.
Ariel no pudo evitar soltar un jadeo de sorpresa, cerrado las piernas para que Rey no continuara con lo que estaba haciendo.
—oye...—se quejó él, haciendo leves pucheros, al quedarse su mano atrapada en los muslos de su amiga.
pero Ariel, le negó con la cabeza con una sonrisa, indicándole que no iba liberar su mano, por lo que Rey dijo.
—sabes que eso no me detendrá—aclaró él.
Dandole verdad a sus palabras, movió su mano aún atrapada entre sus muslos, hasta la entrada de sus bragas, rozando estas con sus dedos.
Estremeciéndose por sus caricias, Ariel aflojó sus muslos entreabriéndolas, dejando de aprisionar la mano de Rey. La mano del amigo siguió su recorrido, frotándose cada vez más, logrando que ella sin poder evitarlo, humedeciera sus bragas.
Los jadeos de la protagonista se ibas haciendo cada vez más altos y audibles.
—shhh...tientes que mantener la boca cerrada—susurró Ren en su oido, con una sonrisa traviesa sin dejar de torturarla con los dedos.
—E-es…es tu…culpa—murmuró Ariel entre jadeos.
Rey solo se rió, apartando sus bragas e introduciendo dos dedos dentro de su vagina, más que mojadas.
—wow…estás tan húmeda que mis dedos se deslizan dentro de ti sin problema—decía provocándola.
Las palas de Rey solo lograban que su calor creciera, por lo que cubrió su boca con sus manos para no gemir y evitar que toda una clase la viera de una forma tan vulnerable, debía contener sus gemidos y tragárselos.
Rey observaba a Ariel retorcerse de placer y cómo intentaba contener de forma desesperada su deseo, lo que lo estaba volviendo loco y excitaba como nunca.
Verla así lo hacía querer seguir y no parar, su erección le estaba apretando el pantalón, empezando a molestarlo y dolerle, pero luego se encargaría de ese problema ahora quería centrase solo en Ariel.
Con la otra mano que tenía libre, Rey la deslizó por debajo de la camisa de Ariel llegando a su pecho que manoseó, sin piedad alguna.
Rey siguió sus caricias, combinando ambas manos, provocando que ella se retorciese más en la silla, él sentía que su amiga estaba apunto de venirse, por lo que decidió parar, retirando sus manos con mucha discreción, llevando los dedos que habían estado dentro de ella a su propia boca, provocando el sonrojo y casi la corrida de la chica.