El día se hacía presente, la luz alumbraba hasta el más oscuro escondite del mundo.
Gabriela había seguido el sendero pintado de pasto verde que diariamente le llevaba al parque del bosque, todos los días disfrutaba tanto de la paz del parque verde, de la compañía de todos los árboles que la rodeanan, de las pocas plantas coloridas del suelo y la natural belleza verde y floral del magnífico bosque.
Como todos los días, hoy no era la excepción, seguiendo el sendero, Gabriela llegó a su rincón de paz, a su escondite de aislamiento de los problemas, de las personas y de las críticas de la sociedad.
El claro del bosque verde, su lugar de fascinación y su mayor inspiración.
La gran amplitud del claro, la pequeña laguna escondida entres flores marinas, el pasto verde del suelo, las distintas clases de árboles que protegían el claro, las copas verdes repletas de flores coloridas, un espectáculo visual que se aprecia en lo más profundo del alma.
La luz del sol alumbrando en un suave resplandor la naturaleza verdoza y arcoiris.
Cómo siempre Gabriela había echo, está vez la rutina la volvería a repetir.
La chica se sentó bajo la sombra de un sause llorón, de su bolso saco el libro que aún no había terminado de leer, lo habrio en la página 123 y con una suave y dulce voz comenzó a leer, a su público.
--- La princesa Namia seguio su lucha, sin importar que sus compañeros habían caído, ella seguía de pie, dando todo de si, para lograr derrotar a tan feroz y malvari dragón!--- Gabriela leyó en voz alta. Su público verde pareció emocionado y los dulces y agradables olores florales eran la prueba de ello.
--- Con su espada en mano, siguió luchando, tratando de defenderse y proteger a sus compañeros sobrevivientes, de pronto alguien apareció, su hermana Anastacia había llegado para ayudar--- Ella interpretó con emoción, causando la intriga y curiosidad de su público.
--- Namia y Anastacia lucharon en conjuntó para derrotar a tan poderoso dragón, la magia se hagotaba y la fuerza se perdía muy rápidamente, parecía que la victoria era del malvado dragón, pero en una inesperada unión, ambas hermanas con su don, un poderoso ataque genero --- La emoción se grita de todos y Gabriela siguió su facinante lectura hasta el atardecer.
El claro verde se comenzaba a pintar de colores naranja y rosa, el sol se comenzaba a ocultar y los árboles se comenzaban a adormilar.
Gabriela guardo su libro y se levantó del sause llorón y con una reverencia se despidió.
--- Prometo volver mañana, y seguiré mi lectura con ustedes, espero duerman y sus sueños de maravillas se hagan realidad--- Con esas últimas palabras se despidió de quienes la cuidaban y le daban aquel consuelo que se había negado una vez. Los árboles parecieron sonreír y la brisa le despidió con una suave brisa de canción.
Fin.
Espero todos disfruten este pequeño relato.
Cali_23wi.