—Me voy, es mejor que terminemos, y que cada quien busque otro camino.
—¿Por qué? — No entiendo nada — dije asombrado.
—Mira, éste noviazgo ya no funciona, ya no hay emoción, siento que ya cumplimos un ciclo, y ...
...y se acabó el amor — ¿no es verdad? dilo tal cual, vas a estar disfrazando la situación. No trates de subestimarme, me conoces bien y sabes que entiendo perfectamente lo que te ocurre.
—No sé porqué no eres sincera. ¿Por qué no dices que lo que pasa es que estás enamorada de otro? — Dilo, dilo, asúmelo de una vez pues.— ¡Sincérate!
—Eso no es así, pero tú cómo siempre, sacando conclusiones a priori.
—¿A priori? — ¡Pero que cara dura eres!... Tienes más de tres meses con una actitud hacia mi tan diferente, tan distante, tan fría. No quieres ni siquiera que te toque. Siempre con una excusa distinta, y entonces dices que saco conclusiones a priori. Una vez más te lo digo... ¡Sincérate!
Bueno chico, si eso es lo que quieres escuchar, pues ahí te va. Te dejo porque estoy cansada de todo ésto, me siento tan aburrida de lo mismo, tu cada día que pasa pareces un viejo de espíritu, ya no salimos a divertirnos, nunca tienes tiempo, siempre alegando que estás cansado, claro para eso si, pero para pedir sexo, incluso todos los días no. Así que me cansé, y sino te gusta, pues triste. No quiero saber más nada de ti. Estoy aburrida de ésta relación
—Le rogué, le supliqué y hasta me arrodillé y llorando le pedí que no me dejara. Que no hiciera pedazos todo el amor que le había dado. Pero no quiso escucharme, y entonces solo le dije:
"Está bien, terminemos". Pero te aseguro que cuando pase el tiempo, y te des cuenta de tu error, querrás volver de nuevo a mi. Y quizás ya no estaré, quizás ya éste hombre no sea el mismo.
Ella se marchó, ha sido un duro golpe, creí morir, jamás pensé que nuestro amor se terminara. Bueno, de parte de ella. Porque de mi parte no, la amaba con toda mi alma. Y siempre creí que podía ser para toda la vida... ¡Pobre diablo, que iluso fui!
El tiempo pasó, poco a poco fui superando el dolor. Me recuperé de nuevo. Una tarde me llamó, me dijo que estaba arrepentida, que la perdonara, que nada le salió bien, y que nunca me había olvidado. Y si no había otra persona en mi vida, entonces que la aceptara, y que lo intentáramos de nuevo, porque ella estaba segura que yo aún la amaba, ya que nuestra historia de amor ha sido muy hermosa.
Me reí, y solo le dije:
«Así quería verte, suplicando»
Pero ¿Sabes que? — Lastimosamente, ya es tarde, ensuciaste mi amor, heriste mí corazón y pisoteaste mi orgullo de hombre. No me mataste, pero una parte de mí murió el día que te marchaste. Busca a otro a quién puedas hacerle daño. Otro al que no hayan dañado jamás.
«Porque a mí, a mí, me destruistes por completo»