Hace poco escuchaba una conversación entre dos clientas del salón de belleza donde trabajo. Una le decía a la otra, que a su hermana la había traicionado su novio, con la mejor amiga de ella.
Su mismo novio se lo dijo, que su mejor amiga había estado en sus brazos. Pero, que le podía jurar por lo más sagrado que quién realmente estaba en sus pensamientos en aquel momento era ella. Que a quién le hacía el amor era a ella, y no a la otra.
Las dos amigas, se preguntaban hasta qué punto hubo traición por parte del novio, ya que físicamente estuvo con la chica, pero su alma y su pensamiento con la mujer que ama.
Yo, que atentamente escuchaba, también me preguntaba lo mismo.
¿Realmente hubo traición?
Pues considero que si la hubo, se traiciona con la mente y pensamiento.
Se traiciona, cuando se acepta coqueteo, cuando se aceptan miradas, o cuando se acepta el mínimo roce.
Porqué cuando realmente amamos sinceramente a una persona, no tenemos, ojos ni pensamientos para nadie más.
Claro, pero si en la relación hay una grieta, una fisura, por donde se está escapando todo lo bello y hermoso, pués allí habrá una traición. Y entonces solo hay dos opciones:
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