_ Al cuarto mes de embarazo, Diana fue diagnosticada con leucemia, obviamente no podíamos creer que después de haber pasado por tantas vicisitudes, el destino aún nos seguía tendiendo trampas.
Lloramos abrazados, recordando el día que nos conocimos cuando apenas teníamos dieciocho años, recién comenzando en la facultad de Odontología.
_Fue amor a primera vista, de una vez quedamos prendados el uno por el otro. No fue fácil nuestra relación, mis padres se oponían argumentando que podía descuidar mis estudios que recién comenzaban.
Sin embargo, les prometí que no iba a ser así, porque primero mis estudios y luego lo demás, pero que me permitieran tener mi novia a la que ya estaba amando. Pues no aceptaron, y me amenazaron con
enviarme fuera del país para que me olvidara de lo que según ellos, sería mi perdición.
Me revele, y me marché de casa, pero aún así en tres días me habían ubicado, y sin poder decir nada, ya me tenían el pasaje listo para viajar al día siguiente a primera hora para Atlanta, allí terminaría mi carrera.
Como pude, logré hablar con Diana, la puse al tanto de todas estas nuevas circunstancias, lloramos abrazados y prometimos no olvidarnos y esperar a graduarnos para volver, y entonces estariamos juntos para siempre.
Transcurrieron los años, terminé la carrera, y regrese al país. Al llegar lo primero que hice fue buscar a la mujer que amaba, por supuesto ella me esperaba, y al igual que yo, aún me amaba.
Pero nuevamente teníamos que afrontar un grave problema, ya que su padrastro por malos negocios estaba atravesando graves problemas económicos, y según él, lo que podría salvarlo de una inminente quiebra, era que mi adorada Diana se casará con un tipo millonario que desde hacía tiempo estaba enamorado de ella.
Eso realmente no me lo esperaba, aunque claro está, que ella no tenía ninguna intención de casarse con ese hombre.
Su padrastro la amenazó, y cuando ella le dejo muy claro que no lo aceptaría, en un arrebato de ira la golpeó, fue tanto que casi le desfiguró el rostro, y no perdió la vida a consecuencias de tantos golpes, porque los vecinos la socorrieron, y llamaron a la policía.
_Respiramos tranquilos cuando el padrastro fue encerrado en un calabozo por toda la violencia que cometió en la humanidad de Diana.
Bueno, una vez que ella pudo recuperarse del todo, decidimos casarnos, hicimos una boda muy sencilla, solamente con mis padres, que por supuesto habían aceptado mi decisión, su madre, familiares y algunos allegados.
_Nuestro hogar será una casita muy sencilla, que alquilamos con opción a compra en la zona colonial de la ciudad. Allí mismo tendríamos nuestros consultorios, ya que ella se había especializado en odontología infantil, y yo en adultos, así que ambos trabajamos desde casa.
Pasaron dos años, y después de haber estado el último año en tratamiento de fertilidad.
_ ¡Lo logramos, estamos embarazados, que alegría tan grande sentimos ese día!
_A partir de allí, todo giraba en torno al embarazo y al bebé, deseábamos que pasara el tiempo rápido para poder tener a nuestro bebé en los brazos.
No teníamos preferencia por el sexo, solo queríamos que naciera sano.
Al cuarto mes de embarazo, comienza a presentar continuas infecciones, debilidad, cansancio, fiebres, inflamación de los ganglios, dolores en huesos y articulaciones.
Le realizan análisis de sangre, y biopsia por aspiración de la médula espinal, y le diagnosticaron leucemia mieloblastica. Fue terrible, nos derrumbamos totalmente.
Los médicos nos dicen que tenemos dos opciones, una, interrumpir el embarazo, por supuesto Diana se negó, y la otra continuar con el embarazo, y comenzar con las pautas de tratamiento con quimioterapia, confiando que pueda tener una muy buena evolución maternal y fetal tras la administración del tratamiento.
No fue fácil, el embarazo fue avanzando, su tratamiento fue individualizado con un equipo formado por obstetra, hematólogos, pediatras y psicólogos.
_Un mes antes de la fecha estimada del parto, fue hospitalizada para poder monitorearla cada 45 minutos.
Antes de cumplir el mes programaron la cesárea, a las 8 de la mañana toda la familia estuvo allí, la vimos cuando la llevaban al quirófano, nos despedimos de ella que iba muy contenta y optimista, los médicos aseguraban que todo estaba bajo control, ella y el bebé están perfectos, yo le dije en son de broma:
_ ¡Ve, y tráeme a la continuación de nuestro amor!
La besé, sonreímos y nos despedimos.
15 años después:
_Apúrate Diana, oye qué broma contigo...
¿Por qué te tardas tanto? te dije que te des prisa. Tenías que levantarte más temprano...
Ya voy, ya voy, ya voy, ¡caramba señor qué apuro tiene!
Anda muévete sube al carro.
¡Ya voy!
vamos a llegar retrasados
No te preocupes vamos a tiempo.
Eso espero, no quisiera que lleguemos y ya haya comenzado la misa por los 15 años de su partida.
Llegaremos a tiempo, papá.