Cierro los ojos para luego despertar en una inmensa pradera verde, con flores pequeñas de color blanco que poseian una delicada belleza, pues parecían tener vida propia, abrían y cerraban constantemente, los capullos nacían, florecían y al unísono se marchitaban para luego caer y devanecerse en la tierra, creciendo nuevamente de ésta iniciando nuevamente el ciclo.
El cielo es hermoso, mostrando un azul intenso acompañado de nubes carismáticas que paciaban libres en dirección del viento.
Junto a mi, de pie, hay un hombre alto, fornido, con un traje de gala negro que hacía juego con un sombrero de copa, que usaba algo inclinado. Era difícil identificar su color de piel, pues sus manos se encontraban enguantadas con una fina tela blanca que parecía seda, su rostro era imposible verlo, pues se encontraba cubierto en su totalidad por una flor gigante de color rojo sangre que exageraba su presencia cubriendo cualquier rastro de piel desnuda. Inclino mi cabeza para dirigir mi mirada a dónde deberían encontrarse los pies o zapatos en caso de llevarlos, pues este ser extraño se encontraba muy bien vestido. Un terror inminente cubre todo mi cuerpo, pues el hombre se encontraba flotando en el aire sin rastro alguno de extremidades, desde la rodillas hasta los pies era sólo espacio vacío.
- ¿ Que está pasando ? ¿ Quien eres tu ?- Le pregunto al enigmático ser que se encontraba a mi diestra.
- No importa donde estás, ni quién soy, solo importa tu salida de este lugar - Una voz fuerte y masculina retumbó en el ambiente como si de un trueno se tratase , mientras levantaba su mano en dirección a el norte, mostrando a lo lejos una grata arboleda que parecía desvanecerse.
- ¿ Como salgo de aquí ? - Pregunto con miedo y ansiendad.
- La salida está al frente, si quiere salir, solo debes caminar y seguir adelante, nunca devuelvas tu mirada, eso señorita sería fatal - Una carcajada explota en el ambiente, mientras que aquel hombre desaparece sin dejar rastro.
Sigo las indicaciones dando inicio a la travesía que garantizaba ser completamente difícil, al dar el primer paso, aquel día tan maravilloso se transformó en una gran catástrofe.
El cielo cambio su color mostrando un rojo casi como el fuego, las nubes que en un principio se mostraban suaves, se convirtieron en una masa gris, grande y grotesca de dónde emanaban rayos y relámpagos que iluminaban todo. Aquella pradera llena de vida se mostró seca y marchita, mientras que grandes vientos levantaban las pocas flores que quedavan en la tierra.
- No podré lograrlo - Pensé mientras luchaba por dirigirme a aquel bosque que parecía estar casi inalcanzable, cubriendo mi rostro con mis brazos y utilinzo todas mis fuerzas para batallar contra aquellos vientos torrenciales que no paravan de invadir el ambiente.
En cuestion de segundos y sin darme cuenta, se formó un gran huracán tan grande y estruendoso que por un momento pense que me mataría - Ahora si que no podré salir - Vino a mi mente este pensamiento negativo, el tornado paso cruzándose en mi camino barriendo todo a su paso pero sin hacerme ningún tipo de daño y desapareciendo después de pasar. El camino que dejó este fenómeno natural fue inimaginable, era impecable, todo estaba limpio y en orden, los vientos se habían calmado, pero el cielo seguía en tono furioso, mayor fue mi sorpresa cuando ví mi objetivo a unos metros de mi, la arbolada que en un principio estaba tan lejana, ahora estaba a unos cuantos pasos, como si ese gran tornado en realidad hubiera sido un artefacto teletransportador.
Cuando aquel hombre me la señaló el bosque, se veía verde, frondoso y ahora viéndola de cerca, parecía un cementerio de árboles, pues todos estos estaban marchitos y sin vida.
Continúe con las indicaciones, seguí adelante, tenía que entrar en aquel conjunto de árboles muertos. Por un momento, sentí ganas de girarme, quería saber cómo había quedado aquel desastre que fue en algún momento una hermosa pradera, pero no lo hice, las palabras del hombre gritaron en mi mente, ignore estos deseos y continúe.
Me adentro más y más en aquel mundo, que cada vez era más tenebroso y oscuro, causando en mi algo de pánico, solo puedo ver a los lados, cuando me percató que a lo lejos y desde todas las direcciones se pueden ver rostros casi transparentes que me observan fijamente, como esperando cualquier paso en falso para devorarme, aquellas imágenes espeluznantes no se movían solo miraban con grandes ojos tan oscuros y sin vida que parecían cuevas en plena noche.
A medida que caminaba, el terror me invadía y aquellos seres parecían estar más cerca, no podía hablar, no podía gritar, de mi garganta no salía ningún rastro de sonido, el miedo aumentaba aún más.
Dentro de aquella penumbra, puedo divisar a lo lejos alguien familiar, una flor roja se dejaba ver y un traje negro se difuminaba con el entorno.
- Es el hombre - pensé, mientras me acercaba aún más a aquel individuo que parecía estar esperándome.
- Parece que lo haz logrado, no creía en que pasaras esa prueba, pero bueno hay retos mayores para ti - Dice el hombre en tono burlón y desepcionado.
- Pues ya ves que si y ¿ ahora que sigue ? - contesto en tono desafiante orgullosa de mi triunfo.
- En la vida hay serpientes, que se ocultan detrás de inocentes mariposas, crees que son inofensivas, pues solo te percatas del bello insecto que se encuentra ante tí, pero no miras más allá, no ves las malas intenciones, tienes que luchar y sobrevivir, para poder salir - Dice el hombre con voz estruendosa, mientras se desvanece y a su vez una luz completamente blanca ilumina el lugar, borrando cualquier rastro de oscuridad, borrando todo a mi alrededor.
El suelo que con la luz se convirtió en un piso de porcelana blanca, se abre dejando salir de ella una gran Mariposa que al extender sus alas me dejó completamente maravillada, despedía tonos azules, púrpuras, dorados, rosados, naranjas, parecía un arcoiris vivo, se acercó a mi con sus alas abiertas como si me quisiera abrazar.
Alrededor de mi cuello una gran cola con rayas rojas y negras en espiral me apretaba, unos ojos amarillos incandescentes me miraban directamente al rostro como si quisiera estar seguro de que no estuviera respirando. Cerré mis ojos, tratando de tomar fuerzas de dónde ya no había, como pude y con un apretón la tome de la cola safandola de mi cuello para luego lanzarla lejos, ésta se alzó sobre mi, era una serpiente gigante, como podría yo ganarle a una bestia como esa, pero dentro de mi había algo que me decía, tu puedes, hazlo, lo lograrás.
El terror nuevamente invadió cada parte de mi cuerpo, sintiéndome paralizada, pues aquella bestia empezó a transformar su cabeza en rostros humanos, algunos conocidos y otros desconocidos, que constantemente empezaron a cambiar, cada rostro cuando les tocaba su turno de verme muerta del miedo, me transmitían el mismo sentimiento, odio.
No sé cómo lo hize, solo se que tome impulso y trepe el lomo de la gran serpiente como si fuese una escalera llegando a su cabeza y golpeándola hasta que la vi tendida en el suelo, convirtiéndose en un gusano pequeño e insignificante.
Un camino negro y luminoso comenzó a pintarse en el Gran piso de porcelana, indicándome que lo siguiera y así lo hice.
El pequeño camino, parecía interminable, la oscuridad de lado y lado era abrumadora, nuevamente después de tanto seguir, ví que alguien me esperaba al final, una flor roja que a diferencia de la ves anterior estaba algo marchita.
- Te veo nuevamente - Dice aquella voz estridente algo desepcionada.
- Si aquí estoy, dime cómo salir de aquí - Respondo en tono altanero.
- Está vez, serás perseguida, no te dejes alcanzar porque está es la única oportunidad que tienes - Levanta su mano enguantada señalando nuevamente el norte mostrandome un pequeño punto blanco - ¿ Vez aquel punto blanco ? es una luz, la luz de la salida, tienes que llegar hasta allá sin dejarte alcanzar, de lo contrario te quedarás conmigo - Dice el hombre con tono emocionado. Por primera vez señala al sur pidiéndome que me diera vuelta para que viera a mis espaldas. Una figura palida, con la piel como la de un cerdo, con poco cabello en la cabeza y cara deforme estaba detrás de mí, se paraba en cuatro patas, su anatomía era la de un humano pero salvaje, una completa bestia, de su boca salía baba y grandes colmillos y su mirada se componía por dos cuencas vacías.
El miedo que generó en mi ese ser extraño y aparentemente irracional fue escandaloso.
- Cuando yo cuente 3 saldrás corriendo, si llegas a la luz, sales, si te dejas atrapar te quedas - Dijo el hombre mientras se desprendía una pétalo de su rostro dejando ver una piel gris.
1.. 2.. 3.. Contó el hombre
Al escuchar el 3 salí disparada corriendo, haciendo lo mismo la feroz bestia que me seguía despidiendo sonidos ensordecedores, me estaba alcanzando y la luz se veía casi que infinita. - Tu puedes - me dije a mi misma mientras la velocidad en mis piernas se incrementó logrando dejar atrás a aquella criatura. Ya la luz estaba frente a mi, antes de cruzar gire mi cabeza a la derecha, para observar al hombre de pie con la mitad del rostro descubierto el cual era gris y sin expresión alguna sus ojos blanco como una hoja de papel, y con sus manos hacia un gesto de despedida dirigido a mi.
Cruce la luz, saltando al instante de mi cama quedando sentada en ella.
Pude salir de aquel mundo extraño.
*Más relatos en la Novela: El mundo de mis pesadillas*