Ser hija no deseada es complicado, aun más cuando ni tu mismo padre te reconoce como hija. He soportado toda mi corta vida sus hirientes comentarios, pero hoy... Hoy la gota derramó el vaso.
Hago cosas solo para complacerlo, pero a cambio solo recibo castigos y críticas disfrazadas de bromas. "Estas gorda", "no sirves", "no eres mi hija" y la famosisima frase "es que yo a tu edad". El no entiende que él es la causa de mi estrés. La causa de mi inutilidad es él, pues la presión que me ejerce me hace sofocar, me hace sentir insuficiente y me desmotiva. El no entiende que él a mi edad ya iba por su segundo hijo.
He seguido las reglas al pie de la letra. He intentado complacerlo en cada cosa que me pide, pero de veras que nada lo complace.
"Haga lo que quiera, yo no soy el que sufre". Es increíble como 10 palabras pueden hacer que mi estado de ánimo baje. Finjo ser fuerte, pero hoy ya no pude más. Lo que más me dolió no fue lo que dijo, sino que el es consiente del daño que me hace y aún así lo disfruta. He aguantado manipulaciones y humillaciones de su parte. No sé porqué sigo...
Quisiera tener un padre que me demuestre su afecto. Quisiera tener ese perfecto padre que le veo a mis amigas al salir del colegio. Quisiera tener ese perfecto padre que se ve en las series. Ese perfecto padre que daría todo por su hija. Ese perfecto padre que a pesar de todo, sigue amando a su pequeña niña, a la niña de sus ojos. ¿Es mucho pedir? ¿Tan difícil es?. No tengo la culpa de nacer, pero según él, yo tengo la culpa de mi estrés, y depresión por la falta de un padre.
Duele... Pero al fin y al cabo esa es la vida de una hija de un tipo machista que cree que al menospreciar a su hija se hace más. Esa es la vida de una hija no deseada.