—¡Hola! —murmura recostado en el umbral de la puerta
—¡Hola.! —le devuelvo el saludo un poco más emocionada de lo que deseaba
—¿Puedo pasar? —me pregunta y automáticamente me aparto a un lado
—Claro. pasa adelante.
En el instante que pasa por mi lado, La fragancia de su colonia cara invade mis sentidos, sin poder evitarlo dirijo mi vista hacia la prominente retaguardia que se le marca en los vaqueros que lleva puesto y a regañadientes me obligo a apartar la mirada, sintiéndome sucia y pervertida.
—He venido a pedirte disculpas por mi actitud cortante de esta mañana —comenta ubicandose en el sillon
—Te perdonare si me cuentas la verdad sobre Marcos —replico aprovechándome de la situación para salir de mis dudas
—Pues.. tendré que ganarme tu perdón de otra manera porque no sé a qué te refiere.
—Daniel.. —advierto
—Camile.. —se burla
—Hablo enserio —increpo perdiendo la paciencia
—Yo también, así que deja de insistir —dibuja una sonrisa inocente para distraerme —, Mejor hablemos de la proposición que te tengo.