La noche era tranquila y refrescante las estrellas brillaban con más intensidad.
Y la luna parecía un reflector que dirigía su luz a la estrella más grande de esa noche.
Una niña danzaba con alegría saltos y giros cada paso que daba era espectacular. Las estrellas bailaban con ella seguían sus pasos el sonido de la orquesta no dejaba de sonar.
La escena a llegado a su final. Se escuchan los aplausos y termina agradeciendo.
La niña mira a su alrededor no es el escenario solo es el pasto, y la orquesta un par de grillos que no dejan de cantar.
Solo es un sueño pero la luz de la luna sigue iluminando como un gran reflector las estrellas no dejan de brillar y su mamá la mira entusiasmada y no deja de aplaudir.
Ella sonríe y vuelve agradecer da gracias por que al menos la luz de la luna es real y los aplausos también.