Veo la luna al rededor de la media noche y recuerdo el día en el que ví tu rostro por última vez. Recuerdo las lágrimas que recorrían tu rostro, y el silencio de tus labios viendo con lastima hacía el frente.
Me miraste y solo te quedaste así, mirándome por última vez. ¿por qué te fuiste de mi lado? Llorando rogué que te quedarás conmigo, grité que te detuvieras, ¡que mirarás al frente! Pero era demasiado tarde.
Te perdí y te vi irte enfrente de mis llorosos ojos, mientras gritaba que regresarás tu cerrabas los ojos con tristeza, ví como el brillo de esos ojos que tanto amaban verme, me veían con tristeza por última vez antes de apagarse.
Madre, ahora la luna me acompaña por las noches, mientras camino desoladamente por la calle, pidiendo verte otra vez, pedirte regresar a mi lado.
Madre, ahora estoy sola sin una guía en mi doloroso rumbo, ahora te eh perdido y sé, que nunca te veré otra vez.
Madre, hoy es 10 de mayo, y voy a esa calle en la que te perdí, para decirte que es tu día, que te traje un regalo, y que espero a que abras los ojos una vez más.