Bella, querida Bella.
Después de haber jurado por todos los cielos que nunca más iba a estar con un hombre, al menos que éste le diera una importantísima razón para que cambiara de opinión. Pero ese juramento se había esfumado esa noche. Noche, que por más que intentaba recordar, no lo hacía.
Con mucho pesar se levantó de aquella enorme cama en silencio tratando de comprender cómo diablos había llegado hasta allí, y aparte al lado de su jefe; él por su parte seguía en un sueño profundo sin atisbo de querer levantarse aún. Se vistió a la velocidad de un rayo, tomó sus pertenencias y salió antes de que su jefe despertara, no quería mostrar su vergüenza y mucho menos dejar en evidencia que había fallado a su ahora derrotada promesa.
Una vez en su apartamento preparo café, prendió la TV y se tiró en el sofá tratando de recordar, solo silencio y oscuridad se tornaba en su mente vacía, llena de rabia, decepción de si misma, miedo y horror fue a tomarse una ducha fría para calmar los nervios que empezaron a florecer en ella. No podía entenderlo. ¿Qué la había convencido de hacer algo como aquello?
Fue a la biblioteca, lugar donde pasaba sus ratos libres, se sentó en una de las mesas vacías, abrió un libro que escogió sin siquiera mirarlo y empezó a meditar en lo ocurrido. Pequeños fragmentos empezaron a asomarse pero no decían nada en especial. Una imagen surgió de la nada, el día que su primer y único amor la había dejado después de haberla usado como su conejilla de indias.
Herida, y con lágrimas en sus ojos, maldijo el día en que se enamoró de aquel chico pelirrojo, ya que él fue la razón de su rota promesa.Una llamada la sacó de su burbuja imaginaria, era su jefe.
Se negó a contestar, incluso fingió estar enferma para no ir al trabajo en la siguiente semana, se moría de vergüenza. Y si alguno de sus compañeros la había visto? ¿Y si su jefe la estaba llamando para reclamarle? ¿O si se presentaba al trabajo la mirarían feo? Muchas preguntas empezaron a surgir en su loca cabeza, hasta que se llevó una gran sorpresa.
Una semana había pasado y no fue al trabajo, pudo justificarla con su supuesto malestar pero ya dos semanas se le iba a hacer difícil, mientras pensaba en algo creativo alguien tocó a su puerta con mucha insistencia, presa del pánico intentó fingir que no había nadie pero no pudo resistirse cuando escuchó aquella potente voz del otro lado de la puerta.
"Sé que estás ahí, necesitamos hablar" decía su jefe, con voz ansiosa, temblorosa quizás, no tuvo otra opción que abrirle, su atuendo siempre impecable pero unas ojeras bien marcadas se notaban en sus ojos, era raro, nunca antes le había visto así. Después de unos minutos solo lágrimas bañaban su rostro, él le contaba cómo habían pasado las cosas, cómo de un momento a otro terminaron en ese cuarto de hotel dejando emanar todo el deseo que en ambos había.
Pero eso no era todo, había algo más.!!
Él informó a los demás empleados que su compañera estaría de viaje por asuntos familiares por dos semana, tiempo necesario para borrar todas las evidencias de aquél derroche de pasión. Nadie sospechaba de nada, Bella era una chica muy responsable, culta y emprendedora a pesar de tener 23 años, mostraba toda su madurez y profesionalismo en todo cuanto hacía.
Los siguientes días fueron precisos, ir al médico, comprobar lo inevitable y tomar una decisión. Aunque él ya la había tomado de ante mano sin importar lo complicado y arriesgado que sería aquello, todo por no dejar cabos sueltos.
Y efectivamente, sus sospechas había sido acertadas, un trío de miradas sorpresivas miraban en una pequeña pantalla la diminuta masa que en poco tiempo se llamaría bebé. Del miedo a la alegría se llenó el rostro de aquél ser humano que sin importar el resultado que fuera lucharia por aquella chica que en cuestión de tiempo no dudó en entregarle y confiarle su vida entera. Él comprendía que a lo mejor no era lo que ella esperaba pero lo que ella no sabía es que él desde el mismo momento en que ella empezó a trabajar su alma se apegó a la de ella.
Las siguientes semanas se dieron la tarea de enfrentar al mundo, ella por su parte no quería hacerlo pero él no descansó hasta convencerla de cuánto la amaba; reconocía que no fue la mejor manera para llegarse a ella pero no pensó que un par de copas le daría aquél victorioso resultado. La deseaba pero ella siempre mostró una barrera impenetrable; poco a poco fue ganando su confianza y dejando entrever pequeñas emociones y sentimientos de amor pero ella reacia no lo notó. Pero ganó.! La obtuvo a ella y no para satisfacer sus deseos carnales, sino para amarla hasta el final de sus días.
Ocho meses después, una hermosa y risueña niña daba su primer llanto de vida, y sus padres dejaban rodar sus primeras lágrimas de amor puro y sin precio. No había sentimiento alguno que pudiera opacar aquél momento.
Una promesa se había quebrantado, pero una nueva había surgido, en compañía del viento con olor a mar...
"Prometo estar con ustedes en la salud, en la enfermedad, en el dolor, en la alegría, en la tristeza, en la pobreza, en las riquezas, en lo mucho y en lo poco, amarlas, valorarlas, cuidarlas y respetarlas hasta que la muerte nos separe".
Desde entonces no piensan en cómo surgen las cosas sino en cómo hacer bien las cosas.!.
..Fin..