Cuando se trata de sueños solía tener muy presente aquella frase "Los sueños, sueños son " pero hay que prestarles atención.
Desde una corta edad me di cuenta que con mis sueños ocurre algo extraño, siempre me adelantan a algo que ocurrirá. He llegado a pensar que cuando dormimos abrimos una puerta a otra dimensión, una en la que ocurren cosas y que muchas veces recordamos al despertar, me ha ocurrido que al contar un sueño luego ocurre, quizás pasa que al compartirlo con alguien más abro esa puerta dejando que aquel sueño escape y haga de las suyas, por esta razón hace tiempo no cuento mis sueños malos, aquellos que me producen dolor o tristeza allí quedan, bajo cien llaves.
No terminaría de compartir los sueños que se han hecho realidad, incluso tengo una amiga que suele decir "tengo miedo de tus sueños, soñas cosas que pasan", muchos sueños los he tomado como una guía para tomar algunas decisiones, otros sueños lindos, que involucran personas cercanas me he tomado el atrevimiento de contárselo y es así como luego me miran raro.
Como una noche en la que soñé que la persona con la que estaba saliendo llegaba en un auto rojo, incluso pude ver como venía vestido, me pareció algo lindo para contar por lo que en esos días le pregunté si tenía pensado cambiar de vehículo a lo que respondió con una negación, y le dije tu próximo auto va a ser rojo, no pasó mucho tiempo que me dice no se cómo supiste, entonces llame a mi hermana y le digo en mi sueño venía vestido de tal manera y así fue.
Pero así como he soñado a los demás he tenido sueños que han marcado mi propia vida, a los veintidós años me encontraba embarazada de mi primer bebé, siempre deseé tener un niño, pero en las ecografías no se lograba ver el sexo, una noche tuve un hermoso sueño con una belleza de niña, de unos seis años, cabello largo, rubio, en mí sueño hable con ella como si fuera mi hija, desde entonces supe que sería una niña y lo confirme recién al nacer, la sorpresa se dio con los años cuando mi pequeña bebé se convirtió en la niña de mis sueños, no se como aquello ocurrió, no he podido explicarmelo aún.
También he tenido sueños tristes que han calado en lo más profundo de mi alma, cuando recuerdo aquella madrugada del catorce de octubre, cuando descansaba de un largo y agotador día, en un sueño repentino pude ver al mayor de mis sobrinos alejarse caminando por una plaza, agitandome la mano en señal de despedida y con una gran sonrisa , muy propia de él, para ser despertada por una llamada en la que me avisaban que él nos estaba dejando, se adelantaba a algún lugar donde algún día lo volveré a ver y a sentir entre mis brazos.
Quise no volver a soñar, no volver a mencionar los sueños pero siguieron haciéndose presentes y continúe aprendiendo de ellos, cuando me encontraba nuevamente embarazada de mi segundo bebé volví a tener un sueño que rallaba en la realidad, un recién nacido, bastante grande para haber nacido recién, sus enormes he inflados cachetes, su cabello, todo de ese niño grabé en mis recuerdos, y se lo describí a detalle a mis allegados, el día del parto, cuando pude ver a mi bebé solo sonreí, aquel macrobebe que apenas cabía en la incubadora, su rostro, con aquel pequeño ya nos habíamos conocido.
Hasta el día de hoy no he encontrado una explicación lógica a los hechos, pero puedo sostener que: "Los sueños, sueños son, pero hay que prestarles atención ".