Camino sobre una superficie de cristales relucientes que se van tiñiendo de rojo profundo. Su luz ilumina levemente la nada en la oscuridad permitiendo que vea mi reflejo en los trozos de espejo.
Escucho las voces a la distancia; murmullos conocidos que dejan una estela de duda.
Trato de apresurar el paso, mi cuerpo y respiración es normal hasta el punto de aumentar el desespero en mi mente. Como puede mi cuerpo y mi mente ser dos cosas diferentes en una distancia tan grande de lo que es la realidad.
Hay una escalera de solo tres peldaños, al final, hay una puerta.
La brisa que me recuerda algo que no sé que es llega a mi rostro golpeandolo con frescura, como abrir la ventana un día caluroso y recibir la onda suave del viento.
Subo con pies ensangrentados uno a uno los escalones, viendo escurrir la sangre de la piel rota.
Césped.
La sensación fresca de mis plantas me trae a la lucidez. Camino un par de pasos y llego al pavimento. Una calle abarrotada de transeúntes que no tienen rostro, hablan por teléfono, me miran aunque no tienen ojos, sonríen aunque no tienen boca y escucho sus risas.
Al otro lado de la calle como si hubiera estado viviendo en sepia hay una figura familiar.
Miró hacia el cielo topandome con un cemaforo, tiene luces intermitentes que no me dicen si puedo cruzar.
"¡quiero llegar! ¡Quiero alcanzarlo!"
Agarró mi garganta y no sale ningún sonido de mi boca.
Miro en todas direcciones buscando una respuesta.
Él sonríe.
"¡quiero ir contigo!"
Miro nuevamente el cemaforo. La luz es fucsia y brilla intermitente.
Sin importar ni mirar, comencé a caminar lentamente... Mi respiración que estaba agitada se aceleró. Él dejó de sonreír, miró directamente en mi dirección.
Las luces de los autos comenzó a aparecer de la nada, me sentí vulnerable en el medio de la calle.
Los sonidos del viento romperse parecían burlarse de mi. Observe el suelo nerviosa cuando un dolor punzante nuevamente atacó mi piel.
Ya no era una calle, solo eran espejos.
Agua caía desde el cielo en enormes gotas duras de agua. El escenario no había cambiado demasiado, sólo el cielo oscuro y el suelo doloroso.
Llegue un par de pasos hasta él. Quise hablar pero emitía sonido alguno.
Di nuevamente un paso.
Luego otro.
Sus brazos se envolvieron al rededor de mi cuello. Aspiro mi aroma con premura y susurro algo muy cerca de mi oreja.
Algo brillaba entre ambos y su mano busco desesperada la mía una vez bajo, su voz era dulce, me dejaba una sensación cálida que opaco el dolor de mi cuerpo.
Se apartó y me vio directamente a los ojos, podía leer las palabras en sus labios, escuchar algo en mi cabeza como si recordará su voz pero no la oía.
"Búscame"
"recuerda"
"despierta"