Cuando recuerdo aquellos años, se me vienen a la mente un sin fin de emociones que se entrelazan. Fue ya hace tanto tiempo que se me es difícil recordar...
Los años me han cobrado factura, ya no soy esa joven aventurera, tenaz y llena de ilusiónes... Iluciones que precedieron mi espectativas, un esposo que a la vista era perfecto caballero y como remate a mi me llegó un maravilloso ángel, cuando apenas tenía veinticinco años de edad y a tres años de dejar la escuela.
Era tan joven y a la vez tan optimista, sentía que podía hacerlo todo con la ayuda de el, a mi pensar en aquellos tiempos fuimos la pareja perfecta, por algunos años...
No sé que pasó realmente...
¿Tal vez... fui yo?
¿Tal vez... fue el?
No sé que fue el factor destructivo, pero se perfectamente que no fue mi hijo...
El no pudo haber destruido una relación de años, apenas sabe hablar y hace algunos meses puedo dar sus primeros pasos...
Fue maravilloso ese momento, recuerdo que cuando lo ví dar sus pasitos caí en llanto...
Sentí tanta felicidad y tristeza...
Me niño estaba creciendo y mi esposo estaba con alguien más....
Probablemente fui yo... tal vez descuide muchas cosas por estar en el trabajo, pero el también desatendió sus deberes.
Fuimos separando lo que construimos, hasta el punto de ya no darnos afectos, ni siquiera mirarnos...
Fue duro saber que el "Amor hace que el tiempo pase más lento, pero también el tiempo hace que el amor pase y muera de igual manera"
Los tramites del divorcio llegaban con la misma velocidad que tenía yo al tiararlos.Con la esperanza de que mi niño no se enterará de la situación, esfuerzo inútil ya que con el tiempo el dejo de venir a casa, hasta que con el paso de los días, el solo llegaba a la puerta junto a su abogado...
Mi retoño me preguntaba por su padre y yo no podía decirle que el estaba con otra mujer en una casa más grande...
Su mirada me destrozaba el alma, el sabía que está pasando pero no conocía las palabras para decirlo, no tenía una manera de decírmelo, pero si me lo demostraba.
Sentándose en las escaleras, ancioso de que su papá apareciera después de un día de trabajo duro...
En sus cumpleaños, su salida de la escuela y torneos de fútbol se quedaran el el pasado, me ví forzada a hacer algo. No podía dejar que pasará por eso, el es un buen niño, gentil y entusiasta. Me recuerda a mi cuendo salí a conocer el mundo, no puedo dejar que a su corta edad se destruya su corazón. Es mi instinto de madre, quiero protegerlo y siempre dejarle lo mejor, por qué yo sé que lo merece ...
Sin más, tuve que ir al territorio enemigo y en precencia de aquella mujer, plante cara a aquel que en su momento fue mi vida, con la frente en alto y lágrimas en mis ojos deje en claro que podemos destruirnos de las peores maneras posibles, por mí estaba bien, pero por piedad...
- Deja que tenga un futuro, el se merece lo mejor de ambos. Yo me ocuparé de todo, no quiero tu dinero, ni nada por el estilo.
- Solo quiero que estés como su padre, aún que sepamos los dos que es una mentira, el sabrá la verdad con el tiempo... pero no es el momento.
Creo yo que en ese momento fue algo impactante para los dos, no sé tú pero yo pasé por desgracias y torturas después de ese día, pero te diré que valió la pena. Ahora que mi hijo es un adulto, puedo ver el resultado que predije hace muchos ayeres, solo puedo ver a un caballero hecho y derecho. Criado por mi y su padre para poder ser la mejor versión de nosotros...
Es hermoso, ver a mis nietos y a mi hijo pelando con pañal en mano, tratando de ponerse lo a su niño más joven. Tengo fe en que el será mejor que su padre y mejor que yo a la vez, que cuando tengan problema en su matrimonio recuerden este resultado y aquella frase que cabio el final de una historia...
- ¡ Mamá, no se queda quieto...!, Ayúdame por favor...
- Claro hijo, es igual que tú cuándo te ponía tu ropa, de tal palo tal astilla...
- Disculpa mamá, por esas molestias...
- No tienes que disculparte de nada mi niño, siempre fuiste un ángel... de principio a fin.