Las lágrimas invadieron mis ojos al enterarme de aquel engaño, entendí que tenían razón quienes repiten el refrán "Quien busca encuentra" y claro yo no fui la excepción, revise su celular con dudas pero con la esperanza de que toda mi desconfianza no tuviera fundamento, lamentablemente me equivoqué las evidencias fueron innegables, en ese momento mi mundo se cayó a pedazos y un dolor indescriptible inundó mi corazón, Miles de cosas pasaron por mi cabeza desde separarme hasta dejar pasar a este incidente.
Pasaron las horas pensaba en mi hijo que aún era pequeño quien se desvelaba por su padre por llamar su atención y como reaccionaria al enterarse que su hogar jamás sería el mismo.
Pasaron las horas y en la oscuridad de la madrugada el dolor fue más, a gritos lloraba mi desgracia y maldecia mi suerte, hasta que mi esposo escucho todo se acercó a mí se justifico, aunque no acepto nada prometió mejorar porque ama su familia y sobre todo me ama a mí.