Yo perdoné la primera vez, tenía un bebé de tan solo tres meses, y él la veía desde hacía poco más de seis. Cuando me di cuenta, hablé por teléfono con ella, y me juro que solo eran amigos, luego lo confronte a él, y el se molestó, pero según él, la dejo.
Paso el tiempo, y yo ya me había olvidado casi de ella, pero llego otra. Él fue más discreto al principio, y yo sin saber, por navidad le regalé un celular. Un día mientras se bañaba, sonó su teléfono, y yo pensé en contestar, por qué cuando se bañaba, me encargaba que si le llamaban por su trabajo, contestara. Cuando ví en la pantalla del celular, el nombre apareció, y comprendí que otra vez estaba ocurriendo; para ese entonces, mi hijo mayor tenía un año, y estaba esperando a otro. Esta vez no hice nada, pero luego esa mujer supo de mí, y me llamó para burlarse y ofenderme, y como sabía que él se molestaría si sabía que yo le había llamado, me regalaría, así que mintió y me echó la culpa. Él me reclamó y me prohibió tocar sus cosas.
El tiempo paso, y con él, muchas más. Incluso, llegó a salir con más de una al mismo tiempo. Pero yo no decía nada por qué no quería que mis hijos vivieran la angustia que yo viví de niña, cuando por el alcoholismo y la violencia de mi padre, nos salimos de casa con mi madre en más de una ocasión. Yo sabía lo que era perder el hogar, pero más que solo el hogar, temía que mi suegra se pusiera mal por mi culpa, ya que vivía con mis suegros, algo que no ayudó mucho en esta relación.
Total, que con el tiempo, sus deslices se volvieron más largos, de unos meses, pasaron a un año o dos, y el problema empeoró cuando comenzó a llegar tarde en estado inconveniente. El maltrato hacía mi persona fue mayor, pues él alegaba que jamás me había prometido fidelidad, y así era, nunca lo prometió, por que jamás se casó conmigo, pero la fidelidad no es cuestión de promesas, es cuestión de sentimientos. Cuando uno ama, no lástima a esa persona, al contrario, lucha por qué esa persona esté lo mejor posible. Un día de tantos, me dí cuenta que ya estaba otra vez embarazada, y yo estaba feliz, por que tenía dos niños, y estaba más que segura, que sería una niña; yo deseaba una niña para así sentirme realizada completamente. Yo estaba feliz en mi mundo, mientras él seguía con sus infidelidades, pero después, sin razón aparente, tuve un aborto espontáneo. Me había ocurrido con mi primer embarazo, y eso me hizo caer en depresión, pero salí adelante cuando me embaracé otra vez, y así dí a luz a mi primer hijo. Llevaba cuatro embarazos, de los cuales solo tenía dos hijos; había perdido a mi hija, por qué efectivamente iba a ser niña. Tenía tres meses de embarazo cuando la perdí, y ya se podía saber el sexo del bebé.
Total que él no se interesó por mi dolor, ni siquiera fue por mí al hospital. Yo estaba devastada, pero intentaba dejar ir a mi bebé, pero me era imposible, por que aún que tenía a mis dos niños, me sentía vacía. En todos lados que veía la ropa de bebé para niña, me recordaban mi perdida, y mi deseo de tener una niña se volvía más grande. Mi depresión crecía, y a él no le importaba, se salía de casa, y me dejaba sola, con mi dolor y mis niños, rodeada del desprecio de su familia, mientras él se divertía y salía a pasear con las mujeres con las que salía.
El disculpar una y otra vez sus faltas, lo volvían más descarado, por qué incluso llevaba a sus amantes a la casa, pues luego supe, que cuando estaba en el hospital después de mi aborto, él había llevado a una de las mujeres con las que salía. Tenía un estudio aparte de la casa, en donde daba clases, ahí las llegó a llevar para que yo no me diera cuenta. Dicen que ojos que no ven, corazón que no siente, pero yo he llegado a conocerlo tan bien, que es muy difícil que me engañe, bueno, sin que yo me entere.
En la actualidad, tengo tres hijos con él, y ya son adolescentes, y el hecho de tolerar su comportamiento, me a válido mi dignidad. Desde el principio, deje que me pisoteara; el miedo de que me quitará a mi primer hijo me obligó a soportar sus desplantes, y después yo misma me eche más cadenas al embarazarme en más de una ocasión. Quise creer cada vez que me juró que no había nadie más, por qué mi depresión me volvió esclava de su amor, pero solo me convertí en una persona gris, en un zombie que solo camina por impulso y no por que tenga a dónde ir, incluso yo misma me he mentido, justificando mi presencia con el pretexto de que es por mis hijos, para que ellos no sufran, pero les he hecho más mal que bien, pues con el vicio de las mujeres, el vicio del alcohol y las practicas sexuales descontroladas, así como las agresiones físicas y verbales a mi persona aumentaron, al punto de vulnerar de cierta forma sus derechos.
El pensamiento de ”no me separó para que mis hijos tengan a su padre" no es válido, por qué si él te falla, no hay garantía de no recaer. No se trata de "me voy y no te dejo ver a tus hijos", no, se trata de salvaguardar la integridad de los hijos y la de uno mismo, por que aún que se les perdone, la confianza se rompe, y cuando esto sucede, la relación ya no vuelve a ser la misma, pues con cada fallo, está se va fracturando, y cuando algo se rompe, ya no se puede reparar. Es como una tela que se aja, la puedes remendar, pero la ajada no desaparece, solo está unida con un hilo, mismo que con otro tirón fuerte, puede volver a romperse, y aún que lo vuelvas a remendar, jamás se volverá a unir, pues el hueco de la ruptura siempre estará ahí. Yo le he dado tantas oportunidades, lo he perdonado tantas veces por mis hijos, y aún así, el sigue fallando, escudándose y justificando su manera de proceder con sus pérdidas, pues hace unos años falleció su madre, y luego su padre. Esto me ha venido a complicar aún más la vida, pues siempre dependió de ellos en muchos sentidos, y se que si me voy después de veinte años juntos, sobre todo ahora que mi hijo mayor está por cumplir la mayoría de edad, él podría hundirse más en sus vicios.
Yo tengo muchas razones para dejarlo, por qué hace aproximadamente unos diez años, él tuvo una relación con una chica que era menor de edad, y estuvo a punto de morir en un accidente de auto, el cual provocó esa chiquilla con su inmadurez; intentó matarse y matarlo a él. Esa fue una de las infidelidades que más me dolió, junto con otra la cual inicio cuando aún salía con la chiquilla, y esa relación Conesa otra mujer, sigue vigente hasta hoy en día. Lo peor de sus infidelidades no es solo que me mienta, sino que habla mal de mí con ellas, y me hace quedar como la mala del cuento de esta relación. Mi único error a sido ponerlo antes que mis sueños y deseos, incluso antes le deseaba, pero ahora ya ni el sexo me resulta atractivo, ya no siento deseo. Él se justifica con eso, y me culpa de que tiene que buscar a alguien, por qué yo no le doy, pero la verdad es que el se olvidó de mí, pues dejó de buscarme en la intimidad desde hace mucho. Yo sé que los embarazos y el aumento de peso lo vuelven a uno menos atractiva, pero él igual cambio físicamente, y aún así, seguí deseándole por mucho tiempo, solo que eso cambió cuando descubrí que tenía relaciones sexuales con la mayor parte de mujeres con las que salió.
Resulta vergonzoso admitir que tú pareja sostiene relaciones sexuales con otra persona, pero si no lo has visto, no puedes afirmarlo, aún que sea más que evidente que así es. Un día me hicieron un test de VIH, por mi último embarazo, y me preguntaron que con cuantas personas, desde que inicie mi vida sexual, había tenido sexo, a lo que con orgullo respondí, una, con mi pareja, pero cuando me cuestionaron que el con cuantas personas, no supe que responder, y dije que desconocía la información. Fue duro ese momento para mí, y no por que no estuviera segura si había estado con otras, sino el saber con exactitud con cuantas.
Tal vez a nadie le resulte útil mi relato, por que crean que me considero una mujer abnegada, no lo soy; lo que si soy una estúpida, por soportar por nada esto. Nunca he obtenido un beneficio ni profesional ni económico, pues deje de lado mi vida, para ser parte de la suya, y no para construir una vida paralela a la de él. Yo le he ayudado a crecer, mientras él me hace sentir más y más pequeña; cuando ha caído, le he ayudado a levantarse, mientras él me deja tirada y pasa sobre mí para que no me levante. Es celoso y posesivo, y me acusa de infidelidad por todo. Estoy vieja, y soy poco atractiva actualmente, y aún así, cree que salgo a verme con alguien más, y no soy libre de arreglarme aún que sea un poco, por qué cree que me arreglo por algún motivo específico. Yo solo salgo a comprar la comida o por cuestión de la escuela de mis hijos, o por los pagos de los servicios, y últimamente por mis visitas al médico, pero el sale cuándo quiere, en el momento que quiere y el tiempo que quiere, y yo no le digo nada. Me dice que soy aburrida por qué no me voy a un hotel con él o por qué no le acompaño a beber, pero es que se vuelve agresivo, me lástima e intenta obligarme a realizar prácticas sexuales que pueden poner en riesgo mi salud, además de que me niego a realizarlas por qué no me agradan, y solo por eso me maltrata, me ofende, me sobaja y me humilla, y yo se lo he permitido, por qué desde que le perdoné la primer infidelidad, fue como darle permiso de volverlo a hacer. Dice el dicho:Genio y figura, hasta la sepultura...árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza...perro que traga huevos, aún que le quemen el hocico...
No debemos creer que nuestros hijos van a sufrir por que tomemos la decisión de separarnos, por qué si nos quedamos, ellos van a aprender que este tipo de conductas son normales. Si son hombres, creerán que tienen derecho a tratar a las mujeres de ese modo, y si son mujeres, creerán que tienen que soportar este tipo de comportamientos por el bien de su hogar. Podemos separarnos y dejar que nuestros hijos vean a sus padres, ese es su derecho, así como también tienen derecho a vivir en un entorno familiar saludable. Se que es difícil terminar una relación y evitar los problemas, por qué depende del hombre con el que estemos, y se que los casos son diferentes, por qué hay los violentos posesivos y controladores que lo amenazan a uno, y hay aquellos que aceptan su error y las consecuencias y nos dejan ir sin problemas, y por eso se debe actuar según la situación.
El perdonarle sus fallos no me llevo a vivir una mejor vida, al contrario, ha sido un infierno vivir de ese modo, por qué no tengo con quien hablarlo, pues no obstante que yo me fui a vivir con él donde su familia, yo no pude volver a ver a la mía hasta hace poco, y eso muy muy de vez en cuando, y la verdad me da vergüenza hablar de mi fracaso con mi madre. Me siento sola y vacía en cierto modo, y lo único que me ayuda a seguir, son mis hijos, a los que he sabido educar para que sepan lo que está bien y lo que no, para que no se equivoquen, y esto lo he logrado gracias a su falta de atención para con sus hijos, por qué el casi no conversa con ellos. A mis 38 años, me siento fracasada a nivel profesional, por qué a nivel personal, lo que he logrado con mis hijos, me hace sentir realizada como mujer y como madre que soy, pues considero que los hijos son el mayor logro de una mujer.
Comprendo si no te sientes identificado con mi relato, o si en algún punto se vuelve incomprensible, estás en tu derecho de diferir, solo hablo por lo que hasta ahora he vivido. Se que dicen que entre mujeres debemos apoyarnos, no estoy de acuerdo, pues contrario a lo que digan, no todas las mujeres son engañadas por el hombre. Pues les diré que en alguna ocasión, antes de conocer al que ahora es mi pareja, conocí a alguien más, el cual me aseguró le gustaba mucho. Un día me enteré que él tenía novia, y lo confronte. El se sinceró con migo y me dijo que el amaba a su novia y que quería casarse con ella, pero que se sentía atraído por mí y que solo quería acostarse conmigo por el hecho de que aún era virgen. Yo de inmediato me alejé de el, y aún que yo tenía ciertos sentimientos por él, deje que mi razón los acabará, pues el fue cruelmente sincero conmigo, y me habló con la verdad. Yo decidí alejarme por qué yo no consideraba la posibilidad de ser su amante, cosa que me ofreció. En la actualidad, él sigue casado con la que era su novia, y yo estoy tranquila conmigo por qué no acepté la situación, a diferencia de lo que me ha pasado a mí, pues la chiquilla con la que mi pareja me engañó, sabía de mí y de mis hijos, pero su idea era que mi pareja me sacará de su vida, y la integrará a ella. Y lo mismo paso con otras, que igual sabían de mí, y siguieron con él. Y aún que muchas justifican el permanecer en una relación con un hombre con compromiso, con el pretexto de la promesa que les hacen de dejar a sus mujeres, hay que ser realistas, son mujeres que no se aman a sí mismas, o son mujeres que no les importa la situación y están dispuestas a quedarse con el hombre, o simple y sencillamente les gusta creer que alguien las elegirá por encima de todo. La verdad no sé que pase por sus mentes, por qué yo nunca le haría eso a ninguna mujer, sobre todo, por qué a mí no me ha gustado que me lo hagan.
La mujer con la que actualmente me engaña mi pareja, sabe de mí, y no le importa más que lo que ella quiere. Estoy segura que él le miente sobre nuestra situación, pero esa mujer tiene una hija, no es alguien que no sepa nada de la vida, ella sabe lo que pasa, pero finge creerle con tal de no perderle, con tal de ganar. Yo no me considero vencedora por seguí viviendo con él, pues a final de cuentas, él no se va a arriesgar a perder lo que tiene seguro, por algo que no sabe cómo será. Dice un dicho: Más vale pájaro en mano, que ver un ciento volando.
Tristemente, yo estoy soportando está situación por el miedo a lo que le pueda pasar si me voy, temo que se tire más al vicio y termine tirando a la basura todo su patrimonio, y no es que me interesen sus cosas, me preocupa que termine como un vago adicto, durmiendo en la calle por el poco amor que se tiene él mismo, no se ama a sí mismo lo suficiente como para tomar conciencia sobre lo que le afectaría si se deja caer así, además de que me sentiría responsable de ello a pesar de saber que lo que decida hacer de su vida después, no tendría que ver conmigo, cada quien decide cómo vivir, y se que el terminara mal si me voy. Perdonar a veces significa perder la dignidad, perder el amor propio, reparar el vínculo que se rompió, cuando esté ya no tiene arreglo. Ningún hilo o pegamento puede borrar el agujero o la grieta que fracturó una relación; solo mantiene unido algo que ya se rompió.