Veinte años duró mi matrimonio. Desde el principio, tuve señales y no les presté atención. Comenzaron llamadas de teléfono y al preguntarle, él negaba todo. Dice un refrán que el que busca, encuentra. Y encontré. Intenté divorciarme, tengo dos hijas. Una de ellas tenís 10 años en ese entonces. Lloraba porque la familia se separaría. Él pidió perdón suplicó, se arrodilló para pedir una oportunidad. Sabía que no habría ningún cambio, oorque a qyuen es infiel una vez, lo será siempre.
El día qye cumplimos 20 años de casados, ya tenía más evidencias y se las mostré, diciéndole 3que ya no qyería seguir casada. Creo que pensó era una mas de las veces que se lo decía, mientras que ya se gabía metido la demanda de divorcio. Fue algo difícil pues enbtodos sus esceutos daba a entender que yo no esraba bien mentalmente.
Lo curioso es que estandocasados era nfiel pero hasra ahora 3 años de estar divorciados no anda con nadie