cuantas veces nos hicieron sentir menos solo por ser de distinto sexo? cuantas veces escuchamos que nuestro lugar es la cocina, la casa, los hijos y nada más?
somos guerreras que elevando nuestro umbral de dolor damos vida. somos maestras de hijos propios y ajenos, enseñándoles el respeto, el amor y el cariño por sus pares. somos la vida y la muerte en un solo cuerpo.
no quiero flores ni bombones, quiero que mis hijas, sobrinas, hermanas, tías y todas las mujeres puedan ser libres y felices, que nadie apague sus luces.
somos como el ave fénix, renacemos de nuestras cenizas y nos volvemos más fuertes.