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Mis Concubinos

Usted es la emperatriz.

Mi nombre es... era Nicolle Smith, era una cantante mundialmente reconocida, estaba en la cima de mi carrera, lo tenía todo, era hermosa, era amable, tenía un sin fin de fans que me amaban y yo a ellos; tenía a una familia hermosa, mis padres me amaban y yo a ellos, era hija única. Vivía bien, no me hacía falta nada... hasta que...

Un día después de terminar un concierto me puse en marcha a casa de mis padres, ese día era mi cumpleaños, estaba feliz por lo bien que terminé mi concierto y porqué vería a mis padres, a veces puedo pasar meses sin verlos debido a las giras. Estaba emocionada, de repente el cielo se volvió oscuro y empezó a llover muy fuerte, era horrible, mi mánager manejó lo mejor que pudo, pero a medida que avanzaba el tiempo la cantidad de agua que caía del cielo aumentaba también, comencé a tener miedo, tuve un presentimiento, era una sensación horrible, estaba tan sumergida en mis pensamientos que no me di cuenta cuando un carro nos golpeó y nos sacó de la carretera, caímos en un barranco. Tenía miedo, pedí a los cielos para que pudieramos salir bien de ahí, quería ver a mis padres, quería abrazarlos, quería estar con ellos...

Desafortunadamente los golpes que recibí fueron demasiado fuertes, me sentía débil, todo me dolía, al final no lo soporte más y perdí el conocimiento. Me quedé en la oscuridad bastante tiempo, cuándo reaccione para mi sorpresa no estaba en un hospital, era una habitación bastante parecida a la de los castillos de las películas que había visto, todo era nuevo y... raro.

Giré mi cabeza y una mujer como de unos 40 años tomó mi mano y llorando me preguntó.

???: ¡Su majestad!, ¿se encuentra bien?.

La miré con los ojos entrecerrados, ¿me llamó "su majestad"?, ¿quién era está mujer?, ¿por qué me decía así?, ¿en dónde estoy?, ¿dónde está Diego (mi mánager)?. No entiendo nada, y aquella mujer parece notarlo.

???: Su majestad, por favor respondame, ¿aún duele mucho?.

¿Quién eres tú?... ¿p-por qué me llamas "su majestad?. Le hablé, quería respuestas, quiero ver a mis padres, ¿dónde estoy?.

El rostro de aquella mujer palidecio, soltó mi mano y salió corriendo. ¡Genial!, se fue y nisiquiera me respondió. Traté de levantarme pero la cabeza me dolía, y... ¿qué es esto?, tengo vendado mi hombro izquierdo, casi dónde queda mi corazón, mis manos y el resto de mi piel son mucho más blancos que la última vez, ¿qué...?.

Enseguida regresó aquella mujer con un hombre como de unos 60 años tal vez, él traía instrumentos parecidos a los de un doctor, pero se veían muy raros.

???: Su majestad, ¿cómo se siente?.

¿Quiénes son ustedes?, ¿dónde está Diego?, ¿dónde están mis padres?, ¿dónde estoy?. Solté todo de un sólo respiró, necesito respuestas.

???: Su majestad, esté hombre es el médico del palacio, por favor dejé que la revise.

El doctor empezó con su chequeo y comenzó a hacerme preguntas.

Doctor: Su majestad, ¿recuerda cuál es su nombre?.

N-Nicolle... Nicolle Smith. Respondí sin más, ¿por qué siguen llamándome majestad?, ¿están locos?.

Doctor: ¿Sabe quién es usted?.

Ya le dije, Nicolle Smith, soy cantante, tengo 20 años, y se supone debería estar en casa con mis padres.

El doctor negó con la cabeza y dejó salir un largó suspiro, mientras que la mujer sigue sin dejar de llorar.

???: Doctor, ¿qué le ocurre a mi señora?.

Doctor: Todo parece indicar que la emperatriz tiene amnesia, y debido a que olvidó quien es, su cerebro está dando este tipo de respuestas un tanto... extrañas.

¿QUÉ?, yo no tengo amnesia, acabó de decirle mi nombre, mi profesión, mi edad, recuerdo todo, ¿por qué dice que tengo amnesia?. Grité enojada, no sé quienes son ellos, y me toman de a loca.

???: Su majestad calmese... Doctor ¿cómo se puede curar mi señora?.

Doctor: Me temo que sólo el tiempo lo dirá, puede ayudar contándole todo lo que le gusta, que era lo que más hacía, todo eso podría ayudarla.

???: Está bien doctor, gracias.

NO, ¿"gracias" por qué?, él miente, no tengo amnesia, dije la verdad, ¿por qué hacen esto?, quiero ver a Diego, quiero ver a mis padres, ¿quiénes son ustedes?. No lo pude evitar y comencé a llorar, ¿por qué hacen esto?.

Doctor: De todo corazón su majestad, esperó que se recupere pronto, ha sido una gran emperatriz y me gustaría que lo siguiera siendo, todo el pueblo ha estado pendiente de su estado de salud, les alegrará mucho saber que ya despertó, pero los pondrá tristes saber sobre su amnesia... (dejó salir otro suspiró) Por favor tome bastante reposo, sus doncellas ya saben cuándo y cómo darle su medicamento, recuperese su majestad. Guardó sus cosas, hizó una reverencia y salió.

Me quedé sin palabras, ¿ese tipo está loco?, me giré para voltear a ver a aquella mujer que sigue llorando y me mira fijamente.

???: Su majestad, haré todo lo posible para ayudarla, lo prometo.

Empieza diciendo ¿Quién eres?, ¿cómo llegué aquí?, ¿dónde está Diego?...

???: Su majestad yo soy Berta, su doncella personal, está en ésta situación debido al maldito del emperador, entraron a tacar el Palacio y el muy... y el emperador prefirió proteger a su estúpida concubina, antes que a usted, por eso resultó herida; y... ¿Quién es Diego su majestad?.

¿De qué habla está mujer?, ¿estará bien?, ¿no necesitará ella al médico?.

¿Qué dice..?, yo...

Berta: Usted es Victoria Alles Trovi, emperatriz del Imperio del Norte, esposa del emperador Nicolás Alles Trovi.

¡¿QUÉ?!, ¿Emperatriz... qué?.

El emperador está aquí.

Berta: Mi señora usted es la emperatriz Victoria Alles Trovi, emperatriz del Imperio del Norte, su esposo el emperador es....

Victoria: Eso ya lo dijiste... Pero me confundes, yo no me llamó Victoria, ni soy emperatriz de no se dónde, ni estoy casada, ya se los dije mi nombre es Nicolle Smith. ¿Está mujer ésta loca?, ¿cómo es que me confunde con una tal Victoria?.

Berta: Entiendo que esté confundida mi señora, pero esperemos que con el tiempo sus recuerdos regresen. Me miró de manera tierna.

Comienzo a estresarme, necesito echarme agua en el rostro.

Victoria: Ayúdame a ir al sanitario, por favor...

Le estire la mano, pero ella frunció el ceño.

Berta: ¿Al sani... qué?.

¿De verdad no lo entiende?.

Victoria: Ayúdame a ir al baño.

Berta: Ah... Si su majestad. Me ayudó a levantarme y me guió por la habitación, ahora que la veo mejor la habitación es muy grande y bonita, los muebles tienen un estilo antiguo pero estaban bien conservados, llegamos al baño y la mujer no se iba, ¿qué hace?.

Victoria: ¿Qué estás...?

Berta: La ayudaré con lo que tenga que hacer su majestad.

¿QUÉ?, ni loca dejaría que me ayudara.

Victoria: No, gracias pero puedo hacerlo sola.

Berta: Pero...

Victoria: Pero nada, yo puedo, espérame a fuera.

Berta suspiró resignada, pero terminó accediendo y me dejó sola, cerrando la puerta.

El baño también tiene un estilo antiguo, pero bastante lindo. Con la mirada examine la habitación y de repente ví algo que me dejó estática, no, no puede ser verdad... ¿Esa... soy yo?. En el espejo del cuarto se reflejaba la figura de una mujer que obviamente no soy yo... su piel es mucho más blanca que la mía, su cabello es negro cuándo el mío es café, sus ojos son grises y los míos eran azules. Está mujer es muy hermosa sin duda alguna, pero... no soy yo. ¿Qué está pasando?, ¿cómo pasó todo esto?, entonces... ¿lo que dijo aquella mujer es verdad?, ¿es eso posible?. Me lave la cara con agua fría esperando que todo esto sea un sueño, desafortunadamente todo seguía igual, supongamos que ese accidente provocó esto, ¿podré algún día regresar a mi vida de antes?, ¿volveré a ver a mis padres?, ¿podré volver a los escenarios una vez más?. Sin quererlo lágrimas corrían por mis mejillas al recordar a todos los que tal vez no vuelva a ver.

Berta: ¿Su majestad, está bien?. Ella tocó a la puerta, parecía preocupada.

Aún sin poder controlarme abrí la puerta y salí, al verme llorar esa mujer se acercó a mí muy preocupada.

Berta: ¿Por qué llora su majestad?, ¿duele en algún lado?.

Victoria: No... sólo quiero estar sola, por favor.

Berta: Pero...

Victoria: Por favor, déjame sola, si te necesitó te llamaré.

Berta: ... Está bien su majestad, estaré afuera. Hizó una reverencia y salió.

Caí de rodillas al suelo, me dolía recordar a todos mis seres queridos, ¿de verdad nunca los volveré a ver?. Pasé toda la tarde llorando, hasta que por fin me calme y llegué a una conclusión. Voy a fingir ser Victoria y trataré de encontrar una salida de este lugar, de ser posible recuperar mi vida.

Ya un poco más tarde regresó Berta con mi cena, le pedí que me contará todo sobre mi "pasado". Me dijo que mi padre es el primer ministro y que me casé por conveniencia con el emperador, y que aunque yo no lo había dicho abiertamente era obvio que yo amaba al emperador, pero que este sólo me ignora y que le da preferencias a sus concubinas. También me dijo que espera que yo haga mi propio harén, pues al parecer si el emperador tiene una la emperatriz también puede tenerlo. Eso es un poco gracioso, estábamos hablando cuando alguien anuncio.

???: Su majestad, el emperador Nicolás Alles Trovi está aquí.

Sin tiempo de nada las puertas se abrieron y Berta hizó una reverencia; por la puerta entro un hombre hermoso, muy hermoso, ojos verdes, cabello negro, piel blanca, alto y con una buena complexión. Así que él era "el maldito emperador" del que hablaba Berta... Interesante.

Soy tu esposo.

Aquel hombre me miraba muy atentamente, no había emociones en su mirada, ni positivas ni negativas, por lo que me ha dicho Berta, Victoria se caracteriza por ser inteligente, bondadosa y caritativa, es por eso que es aclamada por el pueblo entero, desde los nobles hasta los más pobres adoran a Victoria... Es una lastima que ya no este. Sin embargo, hay una persona que no trata bien a Victoria y ese es el emperador, tiene concubinas a las cuales pone antes que a su emperatriz. Victoria lleva 3 años casada con él, pues se casaron cuando Victoria tenía 18 años y actualmente tiene 21, el emperador tiene 25. Bueno supongo que tengo que aprender a sobrellevar al emperador si es que quiero continuar viviendo bien y encontrar una manera de salir de aquí. Le regresé la mirada inexpresiva, tal vez Victoria lo amo, pero yo no soy ella, yo no lo amo.

Al parecer se dio cuenta de mi cambió pues tosio algo apenado y luego habló por fin.

Nicolás: ¿Cómo te sientes?, me han informado de tu estado, yo...

Victoria: Me encuentro bien, gracias por preocuparse su majestad.

Él me miró detenidamente, frunció el ceño.

Nicolás: ¿De verdad tú... no recuerdas nada?.

Victoria: Si... no recuerdo nada. Sé que estoy mintiendo pero es mi única opción, tendré que buscar la manera de vivir en este mundo hasta que encuentre como regresar.

Berta: Es verdad su majestad, mi señora perdió sus recuerdos, el médico dijo que con el tiempo sanara.

Nicolás: Ya veo...

Victoria: ¿Tienes algo que decir?.

Nicolás: Bueno... si, el Consejo creé que esto es mi culpa, quieren que estés presente para aclarar lo ocurrido.

Victoria: Bueno... Yo no puedo aclarar nada puesto que no lo recuerdo, pero Berta puede testificar lo ocurrido, ella lo vió todo.

El rostro de Nicolás se puso pálido, parecía que acabará de darle un golpe, ¿qué le pasa?.

Berta: Si me lo permite su majestad, estaría encantada de narrar lo sucedido ante los señores del Consejo. Dijo mientras hacía una pequeña reverencia.

Nicolás: No me entienden, no pueden contar lo sucedido, si se enteran de que no la cuide como es debido se irán sobre mí.

Ahora entiendo, este desgraciado sólo está aquí por conveniencia no porque esté preocupado por Victoria, pobre de ella, tener que aguantar a un tipo así, ¿de que le sirve ser hermoso si es un idiota?, ¿acaso está ciego?, Victoria es una diosa en toda la extensión de la palabra, ¿cómo puede sólo ignorarla?.

Victoria: No puedo ayudarle, ya se lo dije no recuerdo nada, y aunque lo hiciera no mentiría, diría la verdad absolutamente.

Los ojos del emperador temblaron, su mandíbula cayó y parecía confundido, inclusive Berta parecía muy sorprendida.

Nicolás: No puede hablarme así, soy el emperador... soy tu esposo.

Victoria: Y yo soy la emperatriz y su esposa y aún así prefirió a su concubina antes que a mí, así que no tengo porque tener misericordia de usted, ahora si me disculpa su majestad me duele la cabeza y quiero descansar.

La verdad no es como que me importe que él me quiera o no, pero no me va a traer de su mensa, ¿él quiere a sus concubinas?, bien que afronte las cobsecuencias.

Su rostro palidecio todavía más, pensé que en cualquier momento se desmayaria, tal vez Victoria fue tonta al dejarse tratar así por este hombre, sin embargo, yo vengo de un lugar donde las mujeres somos empoderadas, no pienso dejar que las cosas sigan así, no mientras esté aquí.

Por su parte los ojos de Berta brillaron y me dedicó una sonrisa enorme llena de orgullo.

Sin más que decir el emperador salió de la habitación y Berta se acercó a mí y tomó mi mano.

Berta: Su majestad, no sabe lo feliz que me hace su nueva actitud, de verdad esperó que no siga dejando que el emperador la traté mal.

Victoria: Tranquila Berta, eso no volverá a pasar... por cierto ¿tenemos alguna biblioteca en el Palacio?.

Berta: Por supuesto mi señora, ¿le gustaría ir?.

Victoria: Si, mañana quiero ir, hay cosas que necesito investigar.

Berta: Así se hará su majestad.

Berta recogió todo y salió de la habitación, tengo que averiguar ¿en dónde estoy?, ¿qué año es?, tengo que averiguar todo lo posible acerca de este lugar, y quiero ver si encuentro algo que me ayude a salir de aquí.

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