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La Llave En El Lago

Capítulo 1:

Amelia veía el cuadro de la pared pensando en lo extraño que resultaban las cosas, es decir, su abuelo había sido el hombre más callado que se haya conocido en el mundo y aun así lo recordaba con tanto cariño que no se podía explicar por qué razón en los últimos siete años ella nunca pensó en él, “no, sí pensé en él una vez” se recriminó a sí misma,  de hecho esa vez pensó que su abuelo había muerto hace mucho tiempo y esa era la razón por la que no existe contacto alguno entre ellos y estos pensamientos que había tenido alguna vez le volvían para hacerla sentir la persona más horrible del planeta, podía sentir una sombra negra detrás diciendo lo muy horrible que era, pero apartó el pensamiento para centrarse en el  hombre del cuadro, no era su abuelo claramente aunque sí existía una gran parecido con su hermano mayor, este cuadro tuvo que ser del abuelo de su abuelo o del abuelo de su abuelo y se dijo así misma que pensar en  quién era ese hombre para ella era ridículo, ella podría remontarse hasta la génesis de los tiempos y aun así nunca sabría quién era ese hombre y la relación sanguínea que tenía con ella, así que se limitó a pensar que era un ancestro que habría muerto hace tanto tiempo y que si no fuese por el cuadro nadie sabría que él había existido alguna vez.

-señorita - le llamó la atención el abogado, extendiendo el brazo  para darle un sobre lleno de papeles y ¿algo más? Podía sentir un peso que desentonaba con el peso de los papeles - como puede ver todo está en orden -Hizo una señal para darle a entender que hablaba de la mansión que acababa de heredar de su abuelo.

Ella asintió, el abogado parecía un cliché andante de las películas, era bajo regordete, medio calvo y vestía con un traje algo anticuado, pero aun así era  increíblemente amable, había hecho el proceso más tolerable:

-¿Está seguro que soy la única heredera? - había formulado tantas veces la misma pregunta desde que le llegó la notificación de que su abuelo le había heredado la mansión y cada vez que le decían que era la única en el testamento le parecía imposible, sus padres, tíos y como una docena de primos más seguían vivos ¿Cómo era posible que su abuelo no les dejará nada pero a ella si?

-Si me permite decirle algo -fue la respuesta del abogado, algo que no esperaba y pensó “ja lo sabía” y asintió -He estado en este trabajo muchos años y, por lo tanto, he entregado muchas herencias, hay personas que dejan que sus familiares decidan cómo repartirse los bienes y sus familiares terminan tan peleados que no vuelve a hablarse nunca, otras, en cambio, prefieren dar todo a donación sin dejar ningún tipo de sustento o recuerdo a sus familiares e incluso hay gente tan loca que dios sabe el porqué, pero le dejan todo sus bienes a sus mascotas -En todo ese discurso no parecía figurar que habría otro heredero, pero Amelia lo dejo hablar porque suponía que sería descortés interrumpirlo -Señorita usted ha recibido una mansión tan antigua que el gobierno se encarga de ella por el valor histórico - Eso era verdad, el gobierno había declarado la casa como una propiedad histórica y, por lo tanto, se encargaba del mantenimiento exterior de la residencia, incluido los jardines (que no era poco, el terreno era bastante grande para dejar en la ruina a un propietario y hacer millonario a un jardinero), la pintura e incluso alguno que otro daño que hubiese en el interior, solo a cambio pedían que no se modificara la estructura de la casa y uno que otro tour guiado durante las mañanas por los jardines, ya que su abuelo les había prohibido la entrada a la casa desde que la heredó y fue prácticamente un acuerdo que no se debatió o eso era lo que le había explicado su padre - Puede seguir con su vida y dejar que el gobierno haga un tour más extenso en la residencia -sugirió el abogado - o mantener el trato de su abuelo y mudarse y aun así tendría suficiente espacio y privacidad para diez familias enteras - no sabía si diez era exagerado o no, creía haber escuchado que la mansión tendría alrededor de 50 habitaciones como mínimo y eso sinceramente era aterrador ¿Con tantas habitaciones como vas a saber si vives con algún asesino serial invasor de hogares sin saberlo? -o simplemente venderla al gobierno y seguramente que no tendrá que preocuparse por el dinero más nunca en su vida y cada una de  esas opciones la hará una persona afortunada - noto cierto tono de envidia en la voz del abogado al pronunciar la última frase, aunque sí Amelia lo meditaba ella nunca tuvo que preocuparse por el dinero, sus padres tenían una empresa y les había ido lo suficientemente bien para vivir una vida de lujos y sin preocupaciones y eso era una constante familiar.

-tiene razón -admitió Amelia, ella era una persona afortunada y sabía que nadie en su familia le hacía falta esa mansión o por lo menos no más que ella, que había sido la excepción a la regla en cuanto al éxito familiar.

-Bueno debo irme -Anunció el abogado -oh se me olvidaba -dijo de repente -en el sobre hay una llave, según tengo entendido era la llave de la puerta principal cuando esta casa era nueva, con los años han cambiado las cerraduras, pero parece ser que esa llave es simbólica para los dueños de la casa y debe ser transferida al siguiente dueño -explicó -las llaves actuales están en la cocina -concluyó y después de un saludo se marchó.

Amelia abrió el sobre que eran básicamente las escrituras de la mansión y una llave ornamentada, pero estaba vieja casi oxidada con pequeños colores dorados desgastados, la alzó hasta la altura de sus ojos, no parecía nada especial, pero el abogado dio a entender que para los antiguos dueños lo era, tal vez debería darle la importancia que los anteriores dueños le daban, pero aunque se la colgará del cuello y la llevara consigo a todos lados Amelia no sabía que hacer con la mansión, tal como el abogado le había sugerido ella tenía varias opciones… El teléfono sonó sacándola de sus pensamientos, ella contestó:

-¿lia? -Reconoció la voz de su amiga y compañera de trabajo Hannah al teléfono

-Si -respondió

-¿Dónde estás? -pregunto confusa, pero como era normal en ella no espero una respuesta - Como vi que no llegabas a la reunión, le pregunté a tu padre y me dijo que vendrías más tarde, pero no, obviamente no has llegado - Amelia había estudiado para ser diseñadora, su dueño era dibujar paisajes de videojuegos, pero tan pronto salió de la universidad comenzó a trabajar en la empresa de sus padres, se dijo que era un trabajo temporal mientras ella conseguía algo en el área de trabajo que le apasionaba, eso había sido hace casi un año y no había aparecido ninguna oferta de lo que en realidad se quería dedicar, aunque dio gracias a que estaba trabajando y que recibía un sueldo que le permite de cierta manera estar independiente de sus padres y no ser solo otra niña mimada de padres ricos.

  - En la mansión Wilson - La mansión era un sitio turístico y Hannah sabía lo que había pasado con su abuelo y la herencia de la propiedad, entonces no le vio ningún sentido evitar decir su ubicación… aunque sí su padre no lo había dicho era porque a lo mejor quería ser discreto, ya que más ningún hijo  ni nieto había recibido nada de su abuelo y tal vez quería evitar ningún tipo de incomodidad familiar -Ya voy saliendo de hecho -se apresuró a decir -pero creo que primero pasaré por mi casa a bañarme y a comer algo antes de ir a la oficina

-Entiendo -dijo Hannah compresiva - Pero por favor hazlo rápido necesito discutir algunas cosas del proyecto OMIS - OMIS era un proyecto para una causa ambiental, tenía varias ideas y necesitaban un punto de vista profesional para llevar a cabo algunas de los diseños publicitarios

-Lo haré -dijo Hannah mientras bajaba por una escalera doble de color caoba claro

-Bueno, nos vemos -concluyó Hannah y antes de que pudiera constar ella había finalizado.

Antes de que Amelia pudiera salir de la mansión tuvo la sensación de que alguien la estaba observando, así que se volteó, pero no había nadie, se mantuvo viendo fijamente al segundo piso, pero luego de desechar una loca imagen que había creído haber visto, se marchó.

Mientras iba conduciendo, le pasaron muchos pensamientos por la cabeza ¿Qué haría con la mansión? Fue uno de esos pensamientos lo que desembocó en otro pensamiento oculto que llevaba pensando desde hacía mucho tiempo, Ella y su novio Erick habían sido pareja desde que entraron a la universidad, o sea ya tenían cuatro años juntos casi cinco… nunca le pareció que sería el tipo de mujer que se casaría con apenas veintitrés años, pero lo cierto era que tenían suficientes años de noviazgo, vivían juntos desde hace un año,  ahora tenían una mansión y estaban enamorados ¿Por qué no? Aunque, por otro lado, solo tenía veintitrés años.

Capítulo 2:

 Unos minutos más tarde cuando Amelia se estacionaba tuvo uno de esos presentimientos extraños que le dan a  las personas, esos que te indican que algo está a punto de cambiar, las manos le temblaron un poco y se sentía tan pesada que pensó que podía traspasar el asiento, el carro y el suelo, este sentimiento solo le duró dos segundos, pero fue el tiempo suficiente para que Amelia se quedará pensando en si había sido algún tipo de evento paranormal, desde el carro se quedó observando el edificio donde vivía, una pequeña vocecita le decía que subiera pronto, así que tomo sus cosas y se destinó a subir, el corazón le latía con fuerza, saludo al conserje aunque mientras subía por el ascensor no estaba segura si realmente lo había saludado o si había esperado a que él contestara, solo podía escuchar a su corazón latir y a la vocecita de su cabeza, aun en el ascensor sacó la llave del departamento y antes de que la puerta se abriera escucho la música del vecino, en circunstancias normales se hubiese molestado por el volumen de la música de su desagradable vecino, pero con el latir de su corazón y la vocecita de su cabeza solo siguió caminando y metió su llave en la cerradura y abrió la puerta…

Más tarde en su carro Amelia quiso pensar que había actuado de manera racional e incluso con algo de clase.

Cuando Amelia abrió la puerta vio una mujer mucho más pequeña de estatura que ella con un largo cabello castaño y una piel color chocolate brillante completamente desnudos en su sala ¡Desnuda en su sala! La mujer que estaba de pie la vio y en vez de taparse sus senos se tapó la boca soltando una especie de ruido de sorpresa y entonces vio a Erick también desnudo:

-Lía puedo explicarlo -Se apresuró a decir, pero Amelia levantó la mano para hacerle una señal de que se callara

-No necesito explicación -Estaba claro como el agua -Enviaré a alguien después por mis cosas -Cerró la puerta y se marchó

Una vez en su carro y procesado lo que acababa de ocurrir se marchó directo al sitio de comida rápida más cercano, pidió por el autoservicio y se fue directo a la oficina.

Cuando llegó  y Hannah la vio entrar se apresuró ir hacía ella extrañada y sin saludos y formalidades le dijo:

-¿Pasó algo, supuse que comerías en tu casa? -Su voz era de auténtica preocupación, pero amelia le hizo señas de que entraran a su oficina. Amelia era solo una simple empleada más, no necesitaba una oficina y obviamente tenía una porque era la hija de los jefes y siempre se había quejado de eso, pero ahora en ese preciso momento en que necesitaba la mayor privacidad en un lugar donde el 10% o 15%  de los empleados eran sus familiares, ella lo agradeció con todo su corazón, no quería que ninguno de sus padres, hermanos o algún familiar se enterara de lo que acababa de suceder, la familia se amaba mucho sí, pero uno sería un chisme que durará por años en la familia, dos su padre y sus hermanos serían capaces de ir al mismísimo infierno y matar a Erick y luego bajar aún más entre los círculos infernales y volverlo a matar.

Mientras Hannah cerraba la puerta, Amelia decidió abrir su bolsa de comida rápida y tomó una de las papas que se había rebosado del envase para quedar tirada en la bolsa envoltorio, tal vez era el estado de shock en el que se encontraba, pero se sentía completamente tranquila y racional:

-¿qué pasó? -Pregunto Hannah

-Encontré a Erick engañándome -Hannah soltó un ruido de sorpresa, similar al que había hecho la amante de Erick - no hubo ningún escándalo y preferiría que siguiera así -explicó Amelia antes de que Hannah le pidiera más detalles -Pero necesito que vayas por mis cosas  y que no le digas nada a nadie por los momentos

-Dios mío - Hannah parecía estar procesando lo que Amelia le estaba diciendo - ¿Qué harás? -No dejo que amelia contestara -¿Por qué te vas tú? ¿Es tu apartamento o no?

-No, no lo es, estaba alquilado a nombre de Erick y sinceramente no quiero quedarme en un sitio donde se juntaba con su amante

-oh ¿Los encontraste en el departamento?

Amelia asintió, mientras le quitaba el envoltorio a la hamburguesa, Hannah y ella eran mejores amigas, amelia podía confiarle todo y hablar por horas con ella, pero en estos momentos Amelia sabía que debía estar muy molesta y debía poder quejarse con su amiga  tal vez gritar y maldecir, pero ella solo quería disfrutar de su comida y pasar una tarde trabajando, así que la siguiente conversación de Hannah y ella básicamente se resume en Hannah hablando y Amelia haciendo si o no con la cabeza mientras saboreaba cada bocado de su comida, finalmente Hannah la vio y le dijo:

-¿Necesitas dónde dormir?

-Tengo donde quedarme -Respondió Amelia, ahora era dueña de una mansión con no sabía cuántas habitaciones, pero seguro había más de una cama allí, aparte sabía que Erick no era tan tonto para venir a buscarla a su trabajo después de lo que había hecho, pero seguramente la buscaría donde Hannah

-¿Estás segura de que quieres estar sola? -Entonces amelia entendió que Hannah no le ofrecía nada más su casa para dormir, también le ofrece su compañía en lo que Hannah suponía que era el peor momento de la vida de su amiga hasta el momento y eso definitivamente conmovía en el fondo de su corazón a Amelia, pero en realidad quería estar a solas

-No te preocupes -le extendió su mano para agarrar la de ella -ha sido un día sumamente extraño y largo

-a penas son las 13:45 -intervino Hannah

-¿Ves? Es superlargo -bromeo Amelia -Esta noche solo dormiré y mañana te prometo que te necesito y necesitaré helado y tal vez una o dos botellas de vino

-Está bien - Hannah se paró de la silla y la abrazó tan fuerte que parecía que le sacaría el aire -Te quiero lía

-y yo a ti

Amelia de camino a la mansión hizo casi lo mismo que había hecho desde su partida, primero paso comprando otra comida rápida, esta vez pollo, no mucho porque era ella sola y porque no había prestado atención en el recorrido que le había hecho el abogado, así que no sabía siquiera si había nevera en la propiedad (aunque su abuelo vivía allí, debía haber nevera, cama y cualquier otra cosa que ella podía llegar a necesitar) y no quería que por glotonería la comida se tuviera que quedar afuera y se dañara, luego como el que no quiere la cosa pasó por el edificio muy lentamente sin bajarse de su carro, no vio nada diferente aunque dentro de ella sabía que todo era diferente, el edificio que era de un color amarillo pálido parecía aún más gris, siguió su camino hasta la mansión y se sorprendió al ver que había varios vigilantes en el portón en la parte de afuera de la propiedad:

-disculpe señorita, pero esta es propiedad privada y no puede pasar -le dijo uno de los vigilantes

-Lo sé -dijo ella -soy la dueña -busco con la mano el sobre con los papeles de esta mañana que descuidadamente había dejado en el asiento del copiloto todo el día, pero estos papeles no fueron necesario porque otro vigilante se acercó

-Si David dejarla pasar, el abogado nos la presentó esta mañana -Hizo una pausa y le sonrió -No esperaba verla tan pronto señorita

-Buenas noches -le devolvió la sonrisa aunque claro esa mañana había estado tan distraída por la situación del tour de la mansión y la entrega de la misma que no se había fijado en nada, ni siquiera en las personas que parecía que trabajaban día y noche allí -¿Por qué están acá afuera no deberían vigilar dentro de la propiedad? -pregunto sin pensar

-El anterior dueño, su abuelo -dijo el guardia que lo había reconocido -no dejaba que nadie entrara a la propiedad de noche, así que si se quiere trabajar tiene que ser desde afuera

-¿Cómo van al baño?, ¿y cuándo hace frío y lluvia? -pregunto sorprendida Amelia, los guardias la vieron con ternura como si nunca nadie se hubiese fijado en esos detalles con ellos, pero rápidamente uno de ellos le señaló una pequeña casita, lo suficientemente grande para albergar a dos personas adentro y lo suficientemente pequeña para no abarcar toda la acera y a su lado había un baño portátil

-Adentro está bien equipado, a veces su abuelo nos traía comida y bebidas calientes -dijo el primer vigilante -Hay varias así por fuera de la propiedad, actualmente estamos trabajando veinte personas el día de hoy

-oh… si hubiese sabido les hubiese traído algo de comer - en realidad Amelia sabía que no tenía el dinero suficiente para invitar a comer a tantas personas, ella había insistido en ganar el sueldo que a cualquier otro trabajador y no tener un sueldo superior solo por ser la hija de los dueños

-Como le decíamos a su abuelo no es necesario, ya que nosotros  traemos  nuestra propia  comida.

-entiendo, bueno buenas noches

-Buenas noches -se despidieron los guardias

Amelia no estaba de humor para seguir manteniendo una conversación con los vigilantes y por eso se había despedido tan bruscamente, sin embargo, en la conversación había salido cosas de su abuelo que no sabía, aparentemente era muy misterioso con la propiedad o al menos eso parecía, ya que no quería a nadie adentro después de cierta hora y además parecía que era bastante considerado a pesar de esa excentricidad.

Capítulo 3:

Una vez dentro noto varias cosas de la propiedad, una era que estaba bien cuidada la otra era que estaba bien amueblada y no solo eso todo era completamente moderno, la cocina tenía una nevera inteligente ¡por dios! ¿De dónde sacaba dinero su abuelo? Amelia comió, mientras revisaba sus redes sociales, Erick había tenido la decencia de no escribirle en los muros públicos, pero las bandejas de mensajes privados estaban a rebosar de mensajes y la cantidad de notificaciones que había en el teléfono le habían consumido casi toda la batería y para su desgracia o suerte su cargador estaba en el departamento que compartía con Erick, una desgracia porque por muy moderna que estaba la casa no había seguridad de que hubiese un televisor y si lo había ¿lo encontraba esa noche? Y para su suerte no tendría por qué lidiar con Erick esa noche, ya él había dejado los mensajes para comenzar a llamar y pronto se acabará la batería y no tendría que hacer un esfuerzo por ignorarlo más, pero aun así hizo lo que le parecía correcto en ese momento y escribió un mensaje:

Para: Hannah Banana.

Estoy en la mansión, no tengo ni cargador ni batería, me iré a dormir mañana hablamos. Te quiero

Y si su idea había sido irse a dormir y encontró una habitación perfecta para ello, era una habitación que no olía a polvo ni parecía estar siglos sin usar, pero tan pronto como se acostó se dio cuenta de que esa no era su cama ni su casa, que nunca había dormido allí y poco a poco los ruidos de la casa parecían más aterradores, además que recordó el pensamiento del asesino serial invasor y ¿si tenía razón? Y ¿si estaba esperando a que se durmiera para atacar? Todos esos pensamientos por muy locos que fueran no la dejaban dormir y no dormir significaba que pensaba en Erick y el dolor que estaba sintiendo.

 Había conocido a Erick unas semanas antes de entrar a la universidad e instantáneamente tuvo un flechazo tan pronto lo vio sonreír, para esos días en que se conocieron Erick no había descubierto la vida fitness y era bastante flaco, con los ojos y piel color chocolate y con el cabello en rizos que le formaban un afro, era muy simpático y siempre parecía estar riéndose de algún chiste que él solo conocía, a mitad de su primer semestre ellos ya eran novios y al comienzo de su segundo semestre él había comenzado en el gimnasio y en el cuarto semestre dejo de usar su característico afro para centrarse en un estilo más moderno y ya para cuando terminaron sus respectivas carreras Erick había cambiado mucho físicamente, teniendo un aspecto de un boxeador, pero Amelia sabia que Erick era el mismo de siempre simpático y amable, algo que ahora parecía ser una tortura, ya que si él no había cambiado entonces eso significaba que  ella había cambiado o él siempre la había estado engañando, dio una vuelta en la cama en dirección a la ventana de la habitación, la cortina estaba corrida y se sorprendió mucho al ver que había un resplandor que entraba por la ventana, era un resplandor blanco suave, pero era lo suficientemente fuerte para mantener una luz tenue en la habitación, el efecto de la luz podría ser algo romántico si no fuese por la situación para ella las sombras que se formaban en la habitación eran demasiado aterradoras.

 Amelia se levantó para cerrar la cortina, pero se paró y pensó si realmente quería cerrar la cortina, eso acabaría con toda la luz y seguramente haría mucho más aterradora la habitación, se acercó para ver qué era ese resplandor y se sorprendió muchísimo al darse cuenta de que era un jardín lleno de luces, para ella el jardín parecía un mini jardín de Versalles, lleno de arbustos  podados de forma simétricas y daba la sensación de que todo era mágico nada que ver con la aterradora habitación.

Amelia decidió que si no podía dormir por lo menos podría desvelarse en el jardín que parecía salido de un cuento de hadas, así que se puso su jean y salió, le tomó alrededor de quince minutos encontrar el camino al jardín, ya que la propiedad era excesivamente grande se imaginó a sus antepasados viviendo en esa casa y sin poder llenar todas las habitaciones, aunque, por otro lado, su familia tuvo que ser muy importante en las épocas en que se construyó la casa, tal vez un duque o un conde o algo por estilo, lo que quería decir que la casa estaba llena de personas que servían al dueño… tal vez el hombre del cuadro pensó Amelia.

Mientras Amelia reflexionaba y admiraba el jardín se comenzó a sentir más intrépida ¿había más partes de la casa tan mágicas como el jardín? Las luces que parecían salidas de los mismos arbustos daban un ambiente romántico y las flores y rosas surgían en cantidades extraordinarias por cada paso que daba, se agachó para ver una flor de cala, no era una flor común en la zona y ni siquiera sabia como sabía que ese era su nombre, pero era la flor más extraña y bonita que había visto en su vida, era como si fuese una hoja blanca brillante en forma de corazón cerrada en sobre sí misma con un largo tallo amarillo sobresaliendo de la parte central se quedó largo rato observando la flor, creyó que podría arrancarla, pero la verdad es que algo tan bonito no debía arrancarse para luego marchitarse.

Al levantarse Amelia sintió el sonido de algo metálico cayendo al piso cuando vio debajo de ella era la llave de la mansión, se la había metido en el bolsillo después de haber cenado y haber leído todos los documentos que la declara dueña de la propiedad y los acuerdos que había con el gobierno para el cuidado de la propiedad como parte histórica de la ciudad, tomó la llave del piso y le pareció ver la llave resplandecer de manera muy tenue:

-es mi imaginación- se dijo así misma mientras comenzaba caminar sin rumbo fijo, el jardín era más grande de lo que parecía y caminó alrededor de unos diez minutos para darse cuenta de que estaba subiendo por una especie de colina ¿seguía en la propiedad? Era probablemente que sí, ya que no había pasado por ninguna cerca que limitará la propiedad, cuando estaba en la cima de la colina se acercó al borde del camino para ver qué tan alto estaba, no era mucho, pues no había subido mucho, pero le sorprendió ver un pequeño lago, era tal vez del tamaño de una piscina olímpica, el agua estaba oscura, pero posiblemente era porque abajo no había ningún tipo de luz, lo único que indicaba que era un lago era la luna llena que se reflejaba en el agua, Amelia parecía hipnotizada con el reflejo e incluso le parecía escuchar salir del agua una especie de sonido musical como el de un violín muy suave, dio un paso más para acercarse  al borde y entonces pasó.

Amelia sintió que la llamaban, estaba casi segura que era Erick y podía sentir que con cada llamado se acercaba hacia ella, se volteó tan bruscamente que perdió el equilibrio y antes de que se diera cuenta estaba rodando por la colina, sintió como algunas ramas con espinas le rasguñaron la piel mientras caía y luego como si hubiese saltado de un columpio salió volando para caer en el fondo del lago.

Después del shock inicial Amelia trató de orientarse y encontrar la superficie del lago, pero parecía que no importara a qué dirección nadara nunca encontraría la salida…

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