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Destinity

Un nuevo comienzo

Gloria Negrete 

Tengo los nervios de  punta, estoy dentro del baño y  ansiosa me encuentro por la respuesta de embarazo. Cristian está afuera esperándome. Llevamos dos años juntos y pronto nos casaremos, en julio por nuestro aniversario.

—Amor, sal por favor. Estoy esperándote y ya no puedo con mis pensamientos. 

Salgo del baño con el rostro cubierto de sudor y en mi mano sujetando el resultado. 

—Hay dos rayas. Perpleja lo miro y solo quiero llorar. 

—¿Esto qué quiere decir? Toma la prueba y la observa con curiosidad. 

—Estoy embarazada. Y rompo en llanto. Cristian abre sus grandes ojos azules y da un fuerte grito de euforia. 

—Si, si, si. Lo logré. Seré papá. Cristian resbaló sus rodillas sobre el suelo tal como celebrara un gol en el fútbol. Mis ojos se abrieron de par en par. 

—Creí que no querías ser padre. Suspiro un poco luego de mi sorpresa. 

—Siempre te mentí. Quiero 3 hijos, todos corriendo por la casa. Porque tendremos casa, no este  apartamento tan pequeño. 

Mis ojos se abren de par en par, no podía creer sus palabras. Me fui en mis pensamientos presenciando aquella escena que Cristián me narraba con orgullo. 

-Seré papá. Me haces el hombre más felíz del mundo Gloria. Un fuerte abrazo y un beso en nuestras bocas relajó mi tensión. Yo siempre quise ser madre, más ahora que empecé mi pequeña empresa con el fideicomiso de mis padres. De repente recordarlos me llenó de melancolía, ya no estaban conmigo, ellos murieron en un accidente que para mi infortunio fui la única sobreviviente. 

-No estés triste amor. Sé que extrañas a tus padres. Pero ahora tu, yo y nuestro bebé seremos la familia que se nos fue negada.  Sus palabras me dieron consuelo, Cristián a diferencia de mi, sus padres no murieron, pero jamás aceptaron que se inclinara por las artes y no por la medicina y menos que estuviera con una huérfana como yo, sin un apellido reconocido o cosas que para nosotros eran solo rellenos de una falsa jerga donde ellos solo eran marionetas. Juramos siempre apoyarnos y Cristián gozaba de prestigio por su talento. 

-Mañana iremos a un lugar. Quiero para mi futura esposa y mi hijo lo mejor. 

-¿Puedo saberlo?. 

-No por ahora, pero lo sabrás.

Gloria Negrete

Cristián de Alcanzar

Leandro Pardo

Ha llegado un nuevo día, es el día de nuestro matrimonio, soy muy felíz, me casaré con Rosy Restrepo el amor de mi infancia, la pequeña Rosy que me cautivó con su sonrisa y grandes ojos grises, como no estarlo si va a  darme un hijo, en la recepción daremos la gran noticia.

—Felicidades hijo por este gran paso.

— Gracias papá yo también estoy feliz. Soy el hombre más completo en el mundo. 

—Me alegra por ti, lo merecen,  es hora de ir a la iglesia, la novia no debe llegar antes. 

—Lo sé padre. 

—Leandro pardos  ¿Acepta a Rosy Restrepo como su esposa?

— Acepto.

—Rosy Restrepo ¿acepta usted a Leandro pardos como su esposo?

— Acepto.

— los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia. 

—Que vivan los novios. 

—Te amo Rosy. 

—Yo te amo más. Vámonos de aquí. Quiero que escapemos. Una sonrisa apareció en su rostro y no pude negarme. 

—¿Y la noticia?. 

—La daremos cuando regresemos. Ahora solo quiero que escapemos. 

—Está bien. Tú ganas. Pronto hemos aparcado nuestro auto y desaparecemos a la vista de los invitados. 

Leandro P

Rosy R

Un accidente

Gloria (mayo 10)

-Deberíamos quedarnos. No quiero salir. Además el bebé está bien. No tengo ningún antojo. 

-Mi cielo, a los padres también les da antojos. Ahora soy yo quien te lo pide.  Cristián hace un puchero al cual Gloria no se puede negar a sus peticiones, después de todo ya han pasado tres meses. 

-Vamos, maneja tú. Cristián pasa las llaves del auto y Gloria divaga por un momento.

 -Vamos amor, haz caso a la terapeuta, debes superar esa etapa. Sé que puedes hacerlo. 

Tomo las llaves y mis manos tiemblan por un momento, empecé a pensar en el accidente y pronto vi a mis padres sonriendo para aplacar mis nervios . De repente abrí la puerta del auto y lo encendí, Cristián ha subido por la puerta del copiloto y me regala una cálida sonrisa. 

-Eres una valiente mi vida. 

Sonrió a su halago y salimos a la heladería más cercana. En el camino pasamos por la hermosa capilla que se halla decorada con delicadas flores símbolo de que allí se está festejando un matrimonio. Printo Cristián se sonríe

-En un mes estaremos aquí dándonos el «sí acepto».

-Si yo quiero. Le sonrió con picardía. 

-No lo quieres. Lo deseas y anhelas. Tu y nuestro hijo. Me tomó de la mano y me besó los nudillos. 

Hemos comido una cantidad de helado que presiento que Cristián tendrá un coma diabético. Jamás había comido tanto helado. Juntos conversábamos acerca del nombre de nuestro hijo y sus incoherencias con su significado. Reíamos de sus ocurrencias, hasta que una luz enceguece mis ojos y solo sentí un fuerte impacto. 

-Cristián, Cristián. Despierto y veo a Cristián inconsciente. Me duele el vientre y se me dificulta respirar. Escucho personas llegar al auxilio y sirenas de ambulancia. A lo lejos otro auto está en las mismas condiciones y vuelvo a quedarme inconsciente. 

Leandro Pardo. 

Es temprano, acabamos de celebrar la boda y  estamos huyendo de nuestros invitados. No estoy del todo convencido pero Rosy y sus grandes ojos grises me hacen siempre decir «si». 

-Escaparemos al lago. 

-¿Está segura de ir allí? No sé, deberíamos acompañar a los invitados. 

-Solo quiero ir al lugar donde todo empezó.  Cuando éramos niños y nos vimos por primera vez. 

-Recuerdo tu cabello alborotado y  tu voz dulce. Unas risas salieron de ellos y pronto un estruendo se dio en el auto y Leandro pierde el control. Despierta un momento y ve a Rosy cubierta de  sangre, grita su nombre y pierde la conciencia. 

Pronto las ambulancias llegaron al lugar y auxiliaron los dos autos, Rosy muere en el impacto, Leandro es trasladado al hospital con lesiones leves e inconsciente. Cristián se encuentra gravemente herido y es llevado a cirugía ya que tiene varios órganos comprometidos y Gloria  se encuentra sedada ya que tiene fuertes golpes, una fractura en la pierna y hematomas en su cuerpo. 

Gloria N

-¿Dónde estoy? Gloria se trata de levantar pero una fuerte jaqueca la ataca. 

-No se preocupe srta, está en el hospital, sufrió un accidente. Contesta la enfermera. 

Gloria recuerda el choque del auto e imágenes aparecen en su mente. 

-¿Dónde está mi novio? ¿Dónde está Cristián? Gloria insiste en levantarse y una fuerte punzada aparece en su vientre. Un jadeo de dolor sale de su boca.

-Srta, no se preocupe, su novio está en cirugía. Pronto sabrá de él. 

-Quiero verlo por favor. Déjeme verlo. 

-Le repito ahora está en cirugía hay que esperar. 

Pronto a la habitación llega el Dr encargado el Sr Romero. Revisa a Gloria y da indicaciones a su cuidado. 

-Srta, vamos a hacerle un ultrasonido, queremos saber el estado de su bebé.  

-Me duele mucho el doctor. Por favor mi bebé debe estar bien. 

-Espero que así sea. El accidente fue muy aparatoso. Hasta el momento hay un deceso.

Gloria entra en pánico.

-Dr, mi novio ¿Cómo está?

-El sr Leandro está en cuidados intensivos. Pero presenta mejoría. 

-No doctor, él no es mi novio. Cristián P. Es mi novio. 

-Oh, el Sr Cristián P acaba de salir de cirugía y está en coma inducido. Perdió mucha sangre. Estas horas serán vitales para él. El rostro del Dr se ve con poca confianza y eso altera a Gloria.

-¿Mi novio sobrevivirá? Gloria lo toma de la mano y sus ojos se cristalizan. 

-Solo un milagro srta. No puedo darle esperanzas. 

-No, por favor no. Salvelo. Ayúdenme por favor. Es el padre de mi hijo. Quiero verlo. Por favor. Gloria se halla desesperada. El dr sugiere un tranquilizante y pronto ella refuta. 

-No, por favor. Quiero verlo. No me quite eso. No me sede. Tenga caridad por mi. 

-Esta srta. Le pediré a la enfermera que la lleve ya que su pierna está bastante mal y es necesario llevarla a hacerse el ultrasonido. Gloria sorolla desconsolada pero tranquila por poder ver a Cristián. 

Pronto Gloria es llevada a cuidados intensivos pasando cerca de Leandro, él se encuentra inconsciente y ella prosigue a encontrar a Cristián.  Éste se halla dormido e irreconocible por los grandes hematomas. 

-Dios, Cristián, por favor, no nos dejes solos.  Te amamos. Gloria toma la mano de Cristián y la siente fría. Gloria suelta unas lágrimas y pasa su mano por su rostro dándole un beso. -Recuerdas que serás papá. Hazlo por nuestro bebé. Pronto su mano apretó la suya , Cristián abrió sus ojos, dio una sonrisa a Gloria y sufrió un paro cardiorrespiratorio.  Gloria empezó a gritar por ayuda, los enfermeros llegaron a auxiliar a Cristián mientras retiraba a Gloria del salón. Gloria llora desconsolada. El dr Romero sale del salón con su rostro decaído. Gloria siente un frío bajar por su espina dorsal. 

Malas noticias

-Lo siento srta Gloria. El Sr Cristián ha fallecido.

-No, por favor. Esto es una pesadilla. Él abrió los ojos, me sonrió. Él no puede estar muerto. Los cristalinos ojos azules de Gloria se llenaron de ríos. No. Por favor.  Gloria se levantó de su sillas de ruedas y pronto cayó al suelo sintiendo un fuerte dolor en su vientre y de inmediato empezó a sangrar en sus partes íntimas. 

-Enfermera.  Por favor, llevenla pronto a ecografías, esto no es nada bueno. 

Leandro P

Leandro ha despertado con una fuerte jaqueca, pronto recuerdos llegan como destellos en su mente, trata de levantarse y desconoce el lugar donde se encuentra. Una enfermera lo detiene y le aconseja guardar reposo ya que ha sufrido un accidente. Leandro pregunta con impaciencia por su esposa Rosy, la enfermera lo evita aconsejando que debe descansar. La paciencia de Leandro se convierte rápidamente en ansiedad y sostiene la mano de la enfermera con fuerza.

-Dime dónde está mi esposa. ¿Se encuentra bien?. Pronto llega a la habitación el Dr Romero y la enfermera aprovecha para escapar de la presencia de Leandro ya que siente un gran pesar por aquel hombre. 

-Dr, mi esposa ¿Cómo se encuentra?¿Puedo verla?

-Sr Leandro, temo ser portador de malas noticias. Pero, el Dr divaga por un instante, ha sido un día cruel para él, acaba de notificar a una joven la pérdida de su novio, ahora la de este chico que hace unas horas se casaba y ya era viudo. Su rostro se desencajó por unos instantes hasta que las palabras de Leandro lo hicieron volver. 

-¿Qué le pasó a mi esposa? Dr ella está bien?¿Mi hijo está bien? Leandro suplicaba que aquellas palabras salieran de la boca del Dr Romero, pero su corazón se encontraba atormentado.

-Lo siento. Fallecieron en el accidente. Ella llegó sin signos vitales. 

-No, Dr, Ud me está mintiendo. Ud está mal, ella no puede estar muerta, mi hijo. Leandro estaba perdiendo la cordura, pronto lágrimas salían de sus ojos sintiendo como se desgarraba su alma. Leandro se empezó a quitar las agujas y exigió ver a su esposa. El Dr Romero llamó a las enfermeras para rodearlo y sedar ya que Leandro tenía fuertes hematomas que comprometían su cerebro. Leandro luchaba por no ser sedado hasta que inútilmente cerró sus ojos.

-Debe descansar al menos por el día de hoy. ¿Queda claro?

-Sí señor, respondieron las auxiliares que le acompañaban. 

El Dr Romero salió de la habitación y en los pasillos se encontró con su colega la Dra Castro especialista en ginecología.

-La srta Negrete perdió su bebé. No se puede hacer nada por él. Se ha desprendido de la placenta. Hay que hacer un legrado. 

-No puede ser. ¿¿Ella ya lo sabe?

-Si. Tuvimos que sedarla. Supe que perdió también a su novio. 

-Así es. El joven de la habitación 512 también estuvo implicado en el accidente, perdió a su esposa e hijo. Ella también estaba embarazada.

-Qué fatalidad. 

-Siento pena por ellos. Son tan jóvenes. 

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