23 de agosto 2013
¡Bienvenidos!, queridos alumnos, aquí el periódico estudiantil de vuelta.
Feliz primer día, y como todo primer día, no hay noticias jugosas, pero tranquilos que la zona de chismes siempre tendrá chismes, aunque este articulo de hoy esta más dirigido hacia informar, ¿informar que?, se preguntará, pues de nuestro querido rey de hielo, o como el gobierno de Inglaterra lo conoce Alonso Gray.
¿Quién es Alonso Gray?
Alonso, es un estudiante de penúltimo año, con tan solo 15 años se ganó el titulo del rey de hielo, y obvio era para él, un titulo que le queda a la perfección.
Debo advertirte, sus ojos grises, su altura de un metro ochenta, su físico, su hermoso cabello negro como el carbón, son un arma de doble filo, él es un arma de doble filo, o mejor dicho un hielo bien filoso, la cuestión de esta advertencia, es que tan solo el año pasado tuvo 58 novias, si queridos como lo leen 58, aquí en la zona chis lo contamos.
¿Cuánto dura sus relaciones?
Ahora que sabes que en un solo año tuvo 58 novias, déjame decirte que la que menos duro fue la capitana de porristas, Liz Palmer, de último año, su relación fue de tan solo 5 penosos días.
¿Pero si es tan despiadado porque lo amamos?
Estoy segura de que la mayoría piensa así, pero como no amarlo, si su belleza es tan pero tan esplendida.
Con esto se despide la zona chis.
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—Esto es tan estúpido—tiro el periódico a la mesa donde me encuentro sentada.
—¿Que es tan estúpido? —pregunta mi mejor amigo Gage, lo vuelvo a ver con ojitos de cachorros—Oh se trata del hielito—rueda los ojos, lo que me hace enojar y darle un golpe.
—Ava, ¿no es hora de mirar a otros chicos? —ahora me pregunta mi mejor amiga Gale, melliza de Gage—Sabes que te quiero, pero cada vez que tiene novia te pones demasiado depre, además de que llevas enamorada de el desde hace 3 años, y no es por ser grosera pero nunca ha notado tu existencia.
—Fue grosero, pero tan realista—suelto un suspiró, vuelvo a ver el periódico con aires de tristeza.
Soy Ava Graham, conozco a Alonso Gray desde los 14 años, he sido su compañera de clases desde entonces, pero el nunca me ha notado, su fama comenzó a crecer apenas el año pasado, un año que catalogo como un asco para mí.
Soy un sol, bueno eso dicen mucho, pero como dije el año pasado este sol anduvo muy pero muy apagado gracias a una cierta personita de ojos grises y con un titulo de rey de hielo, el cual es tan estúpido, pero tan cierto a la vez.
—Sabes tienen razón al decir que me rinda con él, aunque nunca intente nada y eso es lo triste, pero tienen razón—suelto con tono de tristeza.
—Mira Ava, intenta algo, y si no funciona te rindes, para que digas por lo menos que lo intentaste—Gale me da ánimos, acercándose a mi dándome un brazo.
—No estoy de acuerdo, pero es dos contra uno—una vez más Gage rueda los ojos antes de unirse al abrazo.
—Gracias chicos.
—El próximo retoque de mis rayos me lo pagas tu Ava—me dice Lele mientras me da una sonrisa encantadora, le doy una mirada de indignada—¿Qué?, nada es gratis en esta vida.
—Pues que me queda—ahora soy yo la que rueda los ojos y recibe un golpe y queja de Gale que no haga las mañas de su hermano.
El timbre suena iniciando la segunda hora, nos levantamos para poder ir a nuestra aula, lo que queda de la mañana fue tranquila, en lo que cabe, ya que no logre sacar de mi mente posibilidades para hacerme notar en el mundo de Alonso, sin tener que ir y declararme.
La hora de almuerzo llegar como un rayo de luz, de camino a la cafetería varios alumnos de otras clases que fueron conmigo el año anterior me saludan, cuando dije que era un sol, para la mayoría de los estudiantes, lo dije en serio.
—Mira tu hielito esta haciendo fila, vamos apura el paso—Gage me empuja sin esperar respuesta, estoy nerviosa tan solo pensar que me estoy acercando hacia él.
—Gaga estoy nerviosa, para—le suplico.
—No, es tu oportunidad de hablar y entrar al mundo de el—Gage dice cada palabra con mucha seguridad.
En un abrir y cerrar de ojos estoy chocando con la espalda de Alonso.
—Perdón, perdón, de verdad perdón—suelto sin cesar con la mira en nuestros zapatos.
—Oh solcito tranquila, estoy muy seguro de que nuestro sol lo hizo sin alguna mala intención—Wes el amigo más cercano de Alonso me habla, acercando su cabeza hacia la mía—No tengas miedo, su mirada no congela, además eres un sol—dice entre risas, risas que fueron cambiadas por una quejas.
—Bastan y camina que tengo hambre—veo como los zapatos del rey hielo vuelve hacia el frente y da uno que otro paso, suelto un gran suspiro, me sorprendo por la cantidad de aire que contuve.
—Fua, es agua fiesta—escucho a Wes quejarse—Nos vemos solcito.
—Eso no fue tan malo—Gage pone su peso en mis hombros, lo volteo a ver con mi mirada asesina.
—Me las vas a apagar—volteo mi cabeza hacia la fila, dejo un espacio considerado entre Alonso y Wes, para no tener que hablar más con ellos.
Al rato Gale se nos une contándonos que el profesor de historia, el señor Dixon, se negaba a dejarlos salir, solo porque no encontraba su celular cuando lo tenía en su maletín.
—Pero si es nuestro rayo de sol—me sonríe Fiona la cocinera—Que deseas comer hoy.
—Pollo, arroz y ensalada—le sonrió tímidamente.
—Algo más.
—Ummm, eso es pay de queso verdad—pregunto, Fiona me da un si con su cabeza—Eso también entonces.
Cojo mi bandeja, satisfecha con mi elección de comida, espero a los gemelos en una parte de la cafetería donde no estorbe cuando pasan los demás estudiantes.
—¡Oh!, ¿eso es pay de queso? —volteo a ver a la persona que me pregunta, encontrándome nuevamente con Wes y con un Alonso a la par, con quien comparto miradas por unos segundos.
—Si lo es—dijo en un tono de voz bajo, miro hacia los mellizos quienes se acerca cada vez más rápido a mi rescate.
—Alonso, tienes que hacer fila de nuevo, si quieres comer un poco.
—Mmm, era el último Wes—nuevamente le dijo en tono bajo.
—Oh, que pena, te quedaste sin pay de queso Alonso.
—Bueno vámonos.
Nuevamente miro como el duo se marcha, a la vez siento dos presencias a mis dos lados, miro a cada uno de los mellizos y les sonrió. Nos pones en búsqueda de una mesa para comer nuestros almuerzos.
Los mellizos Cox, son mis mejores amigos desde los 10 años, en ese entonces confundí muchas veces a Gale con Gage, por llevar el cabello corto, son rubios, de ojos azules y una piel súper blanca, más que la mía. Ahora sus rasgos han madurado un poco, pero la única cosa que los diferencia es su físico y bueno Gale tiene rayos rosas en su cabellera rubia.
—Te toca francés, con Lele, verdad—Gaga pregunta y le respondo con la cabeza, mientras sigo concentrada con mi comida.
—Sabes Vava, me sorprende que Wes sepa que te dicen solcito—con tono de sorpresa y duda Gale se une a la conversación.
Volteo para verla, tiene en su mirada duda y curiosidad, la cual me pega.
—Pues, no es como que el periódico más específicamente la zona chis, no fuera hablado de mí—le dijo con tono de obviedad—Además, la misma zona chis me puse ese tonto apodo—ruedo los ojos y vuelvo a dedicarme a comer.
—Pues si tú lo dices.
La conversación muere gracias a Lele, el resto del almuerzo fue tranquilo, y la tarde de igual manera. En la salida me despido de los mellizos antes de subir al auto de mi madre, un hola basta entre las dos y un total silencio nos invaden en el camino hasta llegar a mi hogar, le suelto un gracias para luego bajar y ver como se pierde el auto cuando dobla.
La relación con mi madre no ha sido buena desde el año pasado, luego de que mi padre y yo la encontráramos con su amante en nuestra antigua casa, una más de las razones por que el año pasado no fue mi año. Mi custodia se le dio a mi padre y el derecho a verme por 4 días a mi madre, aunque el verme signifique para ella irme a traer solo una vez al mes al instituto y no tener contacto conmigo hasta el próximo mes.
Salgo de mis pensamientos para dirigirme al edificio departamental, saludo al señor Casas, (el guardia de la entrada), subo el elevador para poder llegar a mi piso.
Al llegar a mi departamento tiro mi mochila al sillón individual de sala.
A mi padre le costo vender nuestra anterior casa y los dos decidimos que comprar otra casa no sería una buena opción para nuestra nueva vida de dos, por lo cual la secretaria de mi padre Fanny, nos recomendó este edificio departamental, precio cómodo y buena seguridad.
Mi habitación es un poco más grande que la anterior, pero eso no le quita lo acogedora que es, en si todo el departamento es acogedor.
Veo el reloj que se encuentra en el final del pasillo, marca las 4 de la tarde, una hora para que mi padre regrese del trabajo.
Me adentro a mi cuarto, me cambio el uniforme, poniendolo en el cesto, salgo para ir a la cocina y preparar algo para la cena. La hora faltante se me va demasiado rápido, escucho la puerta de la entrada y pasos acercarse hacia la cocina.
—Mmm, huele delicioso peque—mi padre dice mientras se acerca más a mi y me da un abrazo.
—Lo sé papá, yo cocino delicioso—le dijo entre risas pequeñas mientras le correspondo el abrazo.
—Ese ego tan grande, como el sol—suelta entre carcajadas—A ver dime cual es el menú de hoy.
Mi padre, Louis Graham, un hombre que mide un metro y ochenta y cinco, una jirafa total, ojos azules y cabello castaño, en todo soy su copia, pero lastimosamente soy tan pequeña como lo es mi madre, apenas llego al metro sesenta y seis.
—Canelones y de fresco agua, porque un cierto señor padre no dejo dinero para hacer la compra—le dijo mientras le punzo con mis dedos las costillas.
—Uuuy que delicia y que barbaridad de ese señor padre—me regala una sonrisa, se separa un poco de mi para sacar su billetera y de esta sacar 200 libras—Toma para que mañana hagas las compras peque.
Agarro el dinero y voy a la sala para sacar mi cartera y meter el dinero en ella, ha sido un poco difícil, por el simple hecho que ninguno de los dos hacia compras con mi madre, todo de la casa se encargaba ella, mientras mi padre se mataba trabajando como CEO de las oficinas de Apple, y yo pues siendo una estudiante.
—Bueno ve a cambiarte para poder cenar papá—le dijo mientras busco los platos y poder servir.
—Si capitana.
Papá dura uno 10 minutos en bajar, mientras pongo la mesa.
—¿Alguna anécdota de hoy papá? —le pregunto en tono curioso.
—Déjame pensar—papá se hace el que piensa, lo que me hace soltar una risa—Ya sé, Fanny le rejo café en los papeles de la señora Jones, lo cual hizo que su mirada alzara fuego, pero como estábamos en reunión se quedo cayada, al finalizar Fanny se disculpó con tono sarcástico, y dando unas invidencias tontas de que fue sin querer y no lo hizo apropósito—mi padre suelta carcajada tras carcajada.
—La arpía Jones—dijo mientras hago que mi cuerpo se estremezca—Estoy segura de que Fanny solo cumplió tus órdenes.
—¿Tienes pruebas? —niego con la cabeza—Pues fue sin querer—mi padre alza los hombros.
Los dos soltamos carcajadas, la cena continua con anécdotas viejas y un poco de mi día. Cuando hemos terminado de cenar, levanto, lavo y seco los trastes usados.
Mientas mi padre se fue a meter a la oficina, yo me quedo en la sala pasando canales para matar el rato. Cuando me quedo en un solo canal viendo "¿Dónde están laa rubias?, hace que el resto de mi noche pasé rápido.
Cuando la peli termina, decido que ya es hora de ir a descansar en mi deliciosa cama, así que primero me dirijo a la mini oficina que tiene mi padre en el departamento. Toco la puerta y espero el pase de él.
—Papá buenas noches—le dijo mientras asomo la mitad de mi cuerpo.
—Buenas noches peque, descansa—me contesta sin levantar la vista de los papeles.
—No te acuestes tarde padre—le dijo.
—No lo haré—me dice ahora si regalándome una mirada y sonrisa honesta, la cual devuelvo.
Con eso me retiro de su oficina para dejarlo trabajar, apenas son las 9 de la noche, pero el sueño poco a poco me va ganando. En mi habitación me dirijo a mi baño propio para hacer mi rutina de noche, cuando termino esta, escucho la canción de Wings de Little Mix, viniendo de mi celular, lo cojo y mi acomodo en mi suave cama.
—Lele.
—Vava.
—¿A qué debo tu llamada?
—Uy hablas en un tono muy formal y a la vez sacas la idea como si no habláramos mucho—suelto una risa, la cual se le contagia a ella.
—Tu y tu lectura de tonos.
—Ahora escucho sarcasmo.
—¡Basta!
La noche se me va hablando con Lele, cuando terminamos la llamada me doy cuenta que las luces del pasillo están apagadas y mi reloj de mesa marcas la una de la mañana, me acomodo mejor en mi cama y conecto mi celular a cargar, para poder caer en el dulce país de los sueño.
En la mañana siguiente al llegar al instituto veo un molote en la entrada, trato de pasar entre ellos, pero me quedo congelada en mi sitio cuando veo a las dos personas que están siendo rodeadas por las otras personas. Alonso y si mal no recuerdo Sonny, la líder del equipo de debate.
Los susurros no hacen falta en esa ocasión, todos vemos como Sonny tiene tendida un sobre rosa, lo cual seguro lleva una confección en el interior.
—Me gustas Alonso, ¿Quieres ser mí novio?
De pronto los susurros se detienen a la espera de la respuesta del rey del hielo.
—Bueno—sin coger la carta inicia su camino hacia el interior del instituto, los susurros se convierten en gritos, risas.
Mis ojos se sienten pesados, quiero llorar, pero sería estúpido llorar por algo tan así, de pronto soy un emparedado, gracias a los brazos de Gage y Gale.
—Tranquila Vava—me susurran los dos al mismo tiempo.
25 de agosto 2013
¡Bienvenidos!, ha otra tercera edición del
periódico estudiantil.
Hoy en la zona chis, les vengo a contar dos
chismes, muy grandes.
Primero que todo, no hay persona que no haya
visto el espectáculo que nos brindó Sonny Smith, a la hora de confesarse a nuestro rey de hielo, pero si eres de esas pocas personas que no lo sabían, pues ¡felicidades!, ahora lo sabes. Ahora a lo importante, la respuesta de nuestro querido Alonso, literal fue un “Bueno”, así que si mis queridos lectores, Alonso Gray tiene novia y esa es Sonny Smith.
Por si no sabes quién es Sonny Smith, ella es la
líder del equipo de debate de la institución, en los últimos dos años le ha brindado a nuestra querida institución más de 25 trofeos en esos debates y si
aun así no sabes quien diablos es, pues la típica rubia oxigenada.
Pero no perdamos costumbres, ¿Cuánto apuestan?,
¿Cuánto creen que duren?, espero sus respuestas en el buzón de noticias, color rojo puta.
Ahora al segundo y más impactante chisme, todos
sabes que nuestra institución tiene un sol, y ese sol se vio muy apagado el año pasado, para los nuevos te hablo de nuestra bella Ava Graham, quien
literalmente es un sol, no lo por su bella sonrisa, si no por sus bellas acciones de querer siempre ayudar a su prójimo, algo que su escritora no tiene. Pero la cuestión aquí es que nuestro bello sol, se le vio muy triste en todo el día de ayer, así que me veo a la obligación de que hoy me la hagan reír.
Con esto se despide zona chis.
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—Solcito ¿estas triste hoy igual? —me pregunta Wes
acercándome la edición del periódico de hoy. Leo lo que me señala con su dedo y suelto un suspiro frustrado.
—¡Qué estúpido! —tiro el periódico lejos de mí.
—¡UY!, nuestro solcito tiene carácter.
—Callate Wes—Gage mira mal a Wes, me levanto para sentarme a la par de Gaga y recibir un abrazo de parte de el, siento como alguien más se une al abrazo, volteo mi cabeza encontrándome a Wes.
—¿Qué haces Wes? —pregunto mirando lo extrañada
—La escritora de zona chis dice que hagamos feliz a nuestro sol, eso hago.
—Pero no es necesario que la toques—Gale hace una entrada fabulosa, dándole un zape a Wes.
Antes de que alguien pueda decir algo, Wes se separa de mi abrazo con Gage para poder contestar su celular.
—¿Qué pasa Gray? —me tenso al escuchar el apellido de Alonso—Estoy en la mesa que esta escondida por el árbol de naranjas en la entrada.
Miro asustada a Gage y a Gale, quiero correr, no deseo ver a mi crush.
—Esta bien, te espero aquí—con eso Wes da finalizada la conversación.
Se crea un incomodo silencio que es roto por Lele.
—Bueno nosotros nos vamos.
—Hey, pero tranquilos, pasemos el desayuno juntos, siempre quise desayunar con señor sol—Wes nos mira con ojos de cachorros, lo cual no me puedo resistir.
—Esta bien, solo vamos a traer nuestros desayunos—me rindo ante él.
—¡Oh!, puedo ir con Gage, no me incomoda—miro a Gage en busca de respuestas, el se encoge de hombros—Genial, esperen ustedes aquí al hielito.
Con eso veo como Wes y Gage se dirigen al interior del
instituto para ir a pedir nuestros desayunos.
—¿Por qué le digites que sí? —Gale me pregunta enojada, mientras se sientan al frente mío.
—Puso ojitos de cachorros, ¿Qué querías que hiciera? —le respondo un poco alterada.
—¿Dónde escuche antes esto? —dice sarcásticamente—Oh si, ayer cuando te pidió ayudarlo en biología—suelta de forma brusca doblando los ojos.
Nos mantenemos en silencio, con nuestros ojos teniendo una guerra. Muy pocas veces Gale y yo peleamos, pero cuando lo hacemos, sacamos nuestros tonos sarcásticos y nuestras miradas asesinas, y los temas que siempre soy discusión son mi amabilidad y yo.
Nuestra guerra termina por una garganta siendo aclarada. Las dos volteamos a ver hacia el sonido, mis ojos se encuentran con otros grises, mi mirada con la suya no dura tanto ya que vuelvo a poner mis ojos en los ojos de Lele.
—Wes me dijo que lo esperara con ustedes—suelta en tono serio, mientras pone su mochila en el asiento a la par de Lele, y su lindo cuerpo a la par mía. Mis ojos casi se salen de mí.
—¡Oh si! —suelta Lele.
El silencio vuelve entre nosotros, hasta unos minutos después que veo el cuerpo de Gage y Wes venir con bandejas. Me levanto rápidamente para ayuda a Gaga con una de las bandejas.
—Hielito—saluda Wes a Alonso—Vamos a desayunar con el sol, espero que no te me dé sagas.
Alonso voltea los ojos, los platos son sacados de las
bandejas, vuelvo a mi asiento y esta vez sin ponerle tanta atención a la persona que se encuentran a la par mía, si no toda está en la comida.
—Bueno, el emparedado de jamón para mi hielito y mi
emparedado de carne para mí, el resto de comida no se como se la dividen—suelta Wes—Y no sé porque tanta—Suelto una risa.
—Panqueques para mí, panqueques para ti copia y el resto para ti Vava—Gage me da el plato con huevos, tocinos y pan tostado, con una caja de jugo, además de una ensalada de frutas y dos cupcakes.
—Fua el solcito come mucho—el comentario de Wes me hace volver la vista hacia las nuevas personas en nuestra mesa, y poner mi atención en que me encuentro sentada con Alonso Gray, lo que hace que me sonroje—Awww, solcito no sientas pena.
—Cállate y come—Lele vuelve a darle un zape a Wes.
Todo se vuelve en silencio, un silencio cómodo, pero a la vez incomodo, trato en todo lo posible poder tener mi atención en mi desayuno como la tenía antes.
Ya para cuando casi todos íbamos a terminar de comer, una presencia entre Wes y yo nos hace poner a todos la atención en ella.
—Alonso, soy tu novia, ¿porque no desayunas conmigo? —Sonny Smith, nos ilumina con su presencia, su voz chillona hace que ruede mis ojos.
—Me gusta desayunar solo—Alonso le responde con el mínimo interés, se dedica a seguir comiendo su emparedado.
Inicio a pinchar la fruta con el tenedor, de manera incomoda.
—No te veo solo—vuelve a chillar Sonny.
Para ser capitana del equipo de debates de nuestro colegio, es la típica zorra del instituto de igual manera.
De un momento a otro la mano de Sonny es puesta en mi hombro, veo a Gale con duda y nervios, luego mi vista va hacia ella.
—Quita—me ordena, le levanto una ceja.
—¿Perdona?
—Que eres retrasada o que, dije que te quites.
—No es que sea retrasada, si no que no tienes ningún derecho a venir a perturbar mi desayuno, solo por un capricho tuyo—frunzo mis cejas.
—Alonso, dile a esta chica que se quite—Sonny ignora mis palabras dichas, lo cual hace que me enoje más.
Me levanto con fuerza, agarro mis cosas, los mellizos a ver mis acciones me repiten.
—Wes si justas volver a desayunar con nosotros cualquier día eres bienvenido, pero tu amigo no—Sin esperar respuesta, salgo casi corriendo de esa escena.
Los mellizos vienen detrás de mí, así que bajo la velocidad de paso hasta quedarme parada. Cuando los mellizos llegan a la par mía, me envuelven en sus brazos.
—Todo iba bien—reclamo en susurro.
—Lo siento Vava—se disculpa Gale mientras me acaricia el cabello.
—No es tu culpa—alzo mi cabeza del pecho de Gaga, me separo de los dos y les doy una sonrisa—Vamos a clases—les dijo cuando el timbre suena.
—Vamos—me responde al mismo tiempo.
Se puede decir que desprecie a Alonso, mi corazón se siente algo mal, pero estaba enojada de que su presencia atrajo a Sonny, y tal vez en un futuro si Wes desea volver a desayunar con nosotros y Alonso llegue, su presencia atraiga a una de sus novias del momento.
Mi mente pasa en ese dilema, entre si hice bien o mal, mi corazón paso doliendo todo el santo día.
En la salida les dijo a los mellizos que iré hacer compras, así que caminaré al súper.
No deseo sufrir otro pequeño regaño por parte de mi padre por olvidar rellenar las almacenas, lo cual no tengo excusa por mi despiste.
En el súper me dedico a ver la lista en mi celular e ir echando tono al carretillo, cuando estoy haciendo fila para pagar veo que son muchas cosas, como seis bolsas todo, quedaría más cómodo llevarlo en taxi, pero saldría más caro, en bus sería más barato, pero incómodo.
Sin saber que hacer, me encuentro en la salida del súper con las ocho bolsas en mis pies, en mi celular el reloj marca las 15:30, así que llamar a mi padre queda totalmente descartado.
—¡Solcito! —volteo para ver a Wes acercarse a mí, gracias a Diosito solito.
—Hola Wes.
—¿Ocupas ayuda? —miro las bolsas y a él, le suelto una
sonrisa tímida—Me parece que si—suelta una risa.
—No quiero molestarte, no se si mi casa te queda largo—le dijo tímidamente.
—Dime donde vives y te diré si es largo—me dice Aunque si lo fuera igual te ayudaría—me da una sonrisa la cual hace que sus ojos se achiquen.
—En el edificio departamental de la calle Dowing Street.
—Oh, yo vivo en esa calle igual—me informa.
—No lo dices para que no me sienta mal, ¿verdad? —miro con mis ojos entrecerrados.
—Claro que no, así que vamos.
Wes agarra cuatro bolsas para yo agarrar las otras cuatro.
—¿Si en Dowing hay un súper, ¿por qué vienes a este?
—Queda un poco largo del departamento, de hecho, no paso por ahí, a cambio cuando vengo del instituto siempre paso por este, así no se me olvida hacer las comprar—lo miro—Aunque graciosamente ayer se me olvido—suelto una pequeña risa—¿Y tú?
—¿Yo?
—Sip, ¿por qué vuelves tan tarde? —lo miro con duda.
—Pase por la casa de Alonso.
—Ustedes son mejores amigos ¿verdad? —le pregunto para saciar mis dudas.
Ya que muchos dicen que solo son cercanos, por pertenecer los dos al equipo de soccer y ser Wes el capitán y Alonso el capitán de repuesto, si es que así se le puede llamar.
—Si, pero además de eso somos primos—me dice, volteo a verlo y alza los hombros.
—¡Primos! —siento que mi cara es como un poema total.
—Si primos.
—No se parecen—dijo sin darme cuenta.
—Mi abuelo es hermano de la abuela de Alonso—lo miro asombrada—¿Sorprendida?
—Demasiado.
El camino se vuelve tranquilo después de esa conversación.
—Vivo aquí así que—miro a Wes algo incomoda ¿Muchas gracias?
—Me preguntas eso—Wes suelta una carcajada—No me lo creo que vivas aquí, yo vivo igual, en que piso vives.
Una vez más me asombro, cuando entramos el señor Casas nos saluda a los dos conforme a nuestros apellidos, y eso me deja claro que no me miente.
—Piso 5, ¿tú?
—Piso 9.
En el ascensor nos reímos por el hecho de que nunca nos hemos encontrado en estos 3 meses que llevo aquí, el ascensor para en mi piso Wes me ayuda a meter las bolsas en la cocina.
—Muchas gracias, Wes—le sonrió
—No hay de que solcito—me devuelve la sonrisa.
Se voltea para iniciar camino hacia el ascensor, pero se detiene, frunzo el ceño, cuando vuelve hacia mí.
—¿Qué pasa?
—Solcito, ¿sabes de Gage es homosexual? —su pregunta hace que abra los ojos como platos.
Si que Gage es abiertamente bisexual, pero no si sea mi deber informarle algo así a Wes, porque todos en el instituto lo considera macho pecho peludo.
—¿Por qué preguntas eso Wes? —le respondo con otra pregunta.
—El me gusta.
Su respuesta me deja aturdida. A Wes le gusta Gage, entonces Wes es ¿bisexual? O es ¿homosexual?, ¿me compete a mi en pregunta?, ¿debo decirle que Gage es bisexual?, ¿Cómo respondo?, ¿Cómo se habla?, tantas
preguntas y ninguna respuesta.
—Eso es una información muy fuerte—le dijo mientras suelto un jadeo de sorpresa tardía.
—¿Por qué te gusta? —de un momento a otro la dulce mirada de Wes se vuelve enojada o es de ¿celos?
—Oh no, no, y más no—le dijo, acompañando con un movimiento de manos exagerado.
—¿Entonces? —su mirada ahora cambia a una de duda.
—Simplemente me sorprendió—suelto un suspiro—Gaga es abiertamente bisexual Wes.
—Oh—dice de forma desganada—¿Crees que tenga oportunidad de conquistarlo?
—Eres guapo—y muy guapo, cabello negro como el carbón, ojos verdes como una esmeralda, con una forma de ojos afilada, como la de un dragón, su piel blanca, su físico no es tan músculos, pero si posee de ello.
—¿Me ayudarías? —me pregunta tímidamente.
—Tu solo dime lo que deseas saber de ese grandulón que yo te diré hasta su primer sueño nocturno—le dijo, mientras galo su brazo para que se adentre nuevamente a mi hogar.
28 de agosto 2013
¡TODOS PERDIMOS!
Si bellos estudiantes aquí, otra edición del periódico estudiantil, o sea, la zona chis.
Como leen, todos perdimos, hasta yo perdí 10 libras. ¿Y que perdimos?, pues nuestras
apuestas de cuanto duraría la relación entre Sonny Smith y el Rey de Hielo. Que
por cierto el mínimo que se aposto fue de cinco días de parte mía, pero ese
dinero que todos perdimos ira para mí por ser la más cercana.
Pero mucho bla bla bla, la cuestión es que Liz Palmer ¡felicidades!, ya no tienes que pasar vergüenza de poseer una relación tan pero tan corta en tu historial
de amores, porque tu hermoso titulo de “Flash”, será dado a Sonny, me llaman cuando vayan a hacer el traspaso.
¿Pero cuando se dio esta rotura?
Se que muchos se lo preguntaran ya que ayer todos los vimos irse juntos hacia la casa de Sonny, porque nuestro Alonso es amable y deja a sus novias en su dulce morada, la cuestión que me desvío como un caracol, es que la noticia fue dada por la boca
de Sonny, citare sus palabras.
“Es literal un hielo andante, no lo soporto, nunca habla, no muestra nada de cariño, lo único que hace es irme a dejar a la puerta de mi casa y se va, es el único momento cercano que tenemos, ya que aquí en el instituto no pasa nada de tiempo conmigo”
Pues bella Sonny, por algo es el Rey de Hielo, porque es UN HIELO ANDANTE.
Así que estudiantes del colegio London, feliciten a Sonny por su nuevo título.
No olviden darle las gracias al Señor Sol.
Con esto se despide la zona chis.
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—¡AVA!, ¡AVA! —volteo tras los gritos de Gale.
—¿Qué sucede Gale?, ¿Por qué gritas? —le pregunto cuando llega a mi lado.
—Sonny……..y………..Alonso……..fiu……rompieron—entre
jadeos me cuenta, me entrega el periódico para poder leer—Increíble…¿no?
—Gracias señor sol—me dice un estudiante que nunca en mi vida había visto, y de paso el grupo de este dice lo mismo.
—¡Que diablos! —ignoro la pregunta de Gale para concentrarme en el hecho de que casi todo el mundo me dice gracias señor sol—¿Acaso soy un Dios en esa religión rara de la escritora de zona chis?
—Pues a mi me da gracias que te diga señor y no señora—me dice entre risas Gage quien llega y posa casi todo su peso en mí.
No puedo evitar que me llegué la conversación que tuve con Wes hace tres días.
“—Entonces le gusta el pay de limón, el batido de kiwi, de música le gusta el jazz, no le gusta ningún deporte, su color favorito es el naranja y no tiene ninguna alergia—Wes me repite lo que tiene anotado en un cuaderno.—Además, le gusta el contacto físico, siempre se la pasa encima de Gale o mío—le informo, veo como apunta todo—Por cierto, el restaurante Green es de su madre y es donde más le encanta comer el pay de limón.
—¿¡El restaurante Green!? —le doy un si con la cabeza—El mundo si es chiquito.
—¿Por qué lo dices? —muevo mi cabeza hacia la izquierda.
—La novia de mi hermano trabaja ahí como repostera—me asombro una vez más, hoy si es un día de sorpresa—¿Será que puedas averiguar quién es el que le prepara el pay de limón?
—Claro le preguntare.“
No he podido preguntarle quien es el que le hace el santo pay de limón, aunque no se si pueda ser el mismo o misma que le haga el pay de fresas a Gale.
—Ash, ahí viene nuevamente Wes Gill—voltea los ojos.
—¿Te cae mal? —pregunto con nervios.
Si Gaga no le cae bien Wes, será un nuevo obstáculo que deba saltar él, algo que me pone nerviosa por Wes, se nota que le gusta Gage.
—No es que me caiga mal, sino que siempre que viene pasa muy pegado a mi—suelta un bufido.
—No te has puesto a pensar que le caes bien—Gale habla con tono serio—Es muy bueno a pensar que siempre que quiere algo usa sus ojos de cachorros—ahora la que bufa es Lele.
> >Pero eso no significa que no sea buena persona, además siempre te trae lo que pides cuando no quieres mover ese trasero.
Luego que termina de hablar, Gage se queda en silencio viendo como Wes se hacer donde nosotros.
—¡Hola! —Wes llega justo a romper el hielo.
—Hola Wes—le sonrió dulcemente.
—Wes.
—Vamos a desayunar—suelta de la nada Gage, después de pasar viendo a Wes fijamente.
Gale y yo le damos un si con la cabeza y sin esperar respuesta de Wes, Gage se recarga en el e inicia a caminar, veo como Wes me da una mirada nerviosa, para luego ver su celular y darme nuevamente una mirada, pero esta vez de cachorro, oooh…, va a
pedir algo.
—¿Puedo Alonso venir con nosotros? —me pregunta, veo como la espalda de Gage se tensa y escucho un bufido de parte de Gale.
—Claro—le respondo, porque al fin de cuenta son primos, aunque casi nadie sabe creo, pero me sentiría
mal que mi primo que anda como chicle conmigo me cambia de la noche a la mañana por ir a conquistar a su crush.
—¡Gracias solcito! —me regala una sonrisa que hace que sus ojos se achiquen y se vea adorable.
Y pensar que, en las fotos del periódico, cuando esta en el campo de juego tiene una mirada asesina.
—¡Dios!, y pensar que eres uno de los capitanes más duros entre todos los institutos de Londres—suelta Gale.
Veo como Wes se sonroja, me da ternura, su forma de ser.
—Te sonrojas—le dice Gage, sus caras están muy cerca, lo que supongo que hace que Wes se sonroje más, pero Gage y Gale lo toman por el hecho del comentario de
Gaga.
—No, es tu imaginación, mechas naranjas—Wes afila la mirada.
—¡Dios!, tienes un buen control de tus expresiones—dice Lele toda fascinada.
Aunque yo también lo estoy, nunca había visto a una persona que pasara he una mirada a otra en tan poco tiempo.
—Siempre a sido así—una voz que reconozco muy bien se une a la conversación.
—A que puedo ser modelo, verdad hielito—Wes le dice a Alonso, separándose de Gage para poder abrazar al hielo andante.
—Pues si Wes, me tienes que enseñar, vamos a la mesa—Lele responde y agarra para tirar de Wes.
—Nosotros vamos por la comida entonces—les dijo.
Gage me mira, yo me encojo de hombros, y los dos nos volteamos para ver Alonso.
—¿Qué quieres Gray de desayunar? —pregunta Gaga.
—Lo que sea—Alonso se encoje de hombros, y camina hacia la mesa donde están Wes y Gale.
—Ese hombre si es frio—ruedo los ojos tras el comentario de Gage—Recuerdo que la vez pasada
Wes le compro un emparedado, de que no me acuerdo.
—Te acuerdas a medias de las cosas—le doy un zape—Pide un clásico para el y ya—le dijo desinteresada.
El camino a la cafetería fue silencioso y de la misma manera lo fue la hora de hacer fila. Antes de llegar a pedir, veo que hay pay de limón, creo que es mi hora de poder sacar respuestas sobre quien es la creadora de ese pay de limón que él tanto ama.
—Hielito esta soltero, tal vez sea tu oportunidad Vava—antes de poder pregunta acerca del famoso pay de limón, Gage se adelanta a abrir tema de conversación.
—Sabes que no se como entrar a su mundo—le dijo desanimadamente.
—Sabes que ningún hombre es ciego—me responde el, lo cual hace que mueva mi cabeza hacia un lado en señal de no entender su comentario tonto.
—Pues para tu información, algunos hombres son ciegos—muevo mis manos para recalcar la obviedad en mis palabras.
—Me entendiste mal.
Antes de que pueda decir algo más vemos como la ultima persona que está al frente nuestro se va para darnos pasada a pedir.
—Gage, justo a tiempo, queda solo un pay de limón—Fiona nos da la bienvenida con el tema de conversación
que tanto deseo sacar.
—Entonces bienvenido sea en mi bandeja—dice con alegría Gage.
—¿Algo más?
—Además de ese dulce tan temprano, dos ensaladas de frutas, dos emparedados clásicos y 4 jugos de naranja—le dijo a Fiona—¿Qué vas a pedir de tomar? —volteo para ver a Gage.
—Batido de vainilla.
—Mucho dulce.
—Michi dilci—me molesta Gage hablando en i.
—Infantil—ruedo los ojos.
Cuando recibimos nuestro pedido nos encaminamos hacia la mesa donde dejamos el resto.
—¡Por fin! —nos recibe Lele.
Entrego la comida a cada uno, cuando le entrego el plato a Lele veo la mirada de mamá osa a punto de salir de Gale.
—Gage Cox, eso es mucho dulce para tan buena mañana—le reprende Gale.
—Es le dije yo—miro a Lele.
—Michi dilci—repite la repuesta que me dio a mí.
—¿No crees que te pueda caer mal? —Wes se nos une al regaño hacia Gaga, solo que su tono es de preocupación.
Las miradas que se dan son mucha tensión para nosotras, y dijo nosotras ya que Alonso esta enfocado en comer su emparedado. Las miradas se rompen, cuando Gage se levanta y va hacia el interior del instituto.
—Ush, tan infantil—se queja Gale.
—Dejo la comida—dice Wes mientras señala el pay y el batido perteneciente al niñito.
—Espanta las moscas, ahorita debe de volver—ruedo los ojos, y me pongo a comer mi ensalada.
Y dicho y hecho, Gage vuelve al rato, pero esta vez no con cara de perrito regañado, como normalmente lo hace, si no que vuelve serio y con un plato con huevo, tocino y pan. Lele y yo compartimos miradas de dudas, pero no decimos nadas.
El desayuno trascurre silencioso, para después de escuchar el timbre ir cada uno a su respetiva clase.
—No puedo creer que fuera a comprar comida, para poder comerse el pay, normalmente cuando vuelve de su berrinche se lo come y acepta el golpe que le doy—Lele me dice toda indigna y asombrada, mientras esperamos la llega de nuestra profesora de francés.
—Yo también estoy muy sorprendida—le dijo.
No puedo dejar de pensar, que después de las miradas que compartieron Wes y Gaga, este último halla decidido ir a comprarse un desayuno decente y no tan cargado de azúcar.
—Fue por Wes—dice Gale—Se gustan—la miro sorprendida, tras llegar tan rápido a uno deducción sobre los sentimientos de Wes…..Esperen neuronas, ella dijo “Se gustan”.
Después de eso, paso en las nubes tras las palabras dichas por Lele, el “Se gustan”, paso todo el santo día en mi mente, hasta cuando llegue a casa, mi padre me volvía a ver con cara de “Que te pasa loca”, aunque eso sí lo dijo.
Son las 2 de la mañana según el reloj en mi mesita de noche, y yo sigo aquí sin poder cerrar un ojo, porque mi mente sigue pensando en las palabras de Gale.
Suelto un bufido y me levanto de mi cama para poder a la cocina y calentar un poco de lechecon azúcar.
En la espera veo como mi padre sale de su oficina.
—Te cache rata—le dijo aun sentada en las sillas de alto, veo como mi padre pega un brinco y se golpea con el sillón.
—¡Diablos peque!, me asustaste—mi padre pasa el marco que se para la cocina con la sala, para llegar donde mi y acariciarme la cabeza—¿Qué haces despierta?
—No podía dormir, así que vine hacerme una leche con azúcar caliente—cuando termino de hablar el microondas suena, dando aviso que mi lechita ya está—¿Y tú, papá?
—Estaba en una videollamada con Fanny para poder arreglar unos estúpidos papeles que el Ceo de Francia hizo mal en su estadía en Londres—mi padre suelta un bufido y rueda los ojos.
—Fanny es muy dulce—le dijo ignorando un poco el tema de ese Ceo bueno para nada.
—Y muy joven—mi padre entrecierra los ojos hacia mí, es señal que sabe donde va el rumbo de mi conversación.
—Solo tiene 26 años—le dijo mientras saco mi vaso leche del microondas.
—¡Sorpresa!, y yo 33—me dice mientras sale de la cocina, lo sigo.
—Solo son 7 años papá—le dijo lo que hace que el me mire seriamente—Además estuviste con una arpía por 14 años, date un suspiro y ve por una bella dama, como lo es Fanny—le doy una palmadita en el hombro.
> >Sabes de sobra que te lo mereces, porque eres un buen hombre, y un buen hombre merece tener a una bella mujer con él, así que no dejes ir a Fanny, porque menos de lo esperes ella ya no va a estar disponible, así que ve con todo tigre, que yo apruebo esa relación.
Con ese discurso y otra palmadita y un giño de ojo me despido de mi padre para ir a mi habitación
y poder tomarme mi lechita caliente.
Tal vez lo que deba hacer no es entrar en el mundo de Alonso de una manera diferente, si no entrar con una confesión, como lo han hecho los demás y poder hacer que el se enamore de mí, por todo lo que soy, aunque el índice de fracaso es de un 99%, pero en esta vida nada es fácil ¿no?
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