Todo está casi completamente obscuro, excepto donde me encuentro yo.
Me siento como en una obra de teatro en los momentos en que el iluminador apunta la luz a los actores para llevar la atención a ellos.
En cuestión de nada me encuentro observando la escena desde arriba ¿Qué hago acá?.
Puedo ver una mano tocando a una chica en distintas áreas de su cuerpo, no puedo dejar de sentir asco. Las lágrimas comienza a caer, aparentemente sin intención de detenerse.
Veo como ella empieza a luchar y llorar para sacar esa mano, aunque su esfuerzo no parece funcionar. Comienzo a gritar pero no me escuchan, intento acercarme para ayudarla y tampoco puedo.
Estoy inmóvil, sólo soy una espectadora en este horrible acto.
- ¡Ey, Pilar!
Siento como una voz familiar me llama, poco a poco comienzo a alejarme, "Espera, quiero ayudar", pienso repetidamente sin poder decir nada.
- ¡Ayyy! Mateo, podrías ser un poco más cuidadoso - Digo mientras saco su mano bruscamente de mi brazo para masajearlo- Me duele.
- Estúpida, encima que me preocupo -Reprocho mi hermano- estabas gritando y transpirando ¿Qué te pasa?
- Yo... em...
A pesar de mi esfuerzo por recordar no logre hacerlo.
- Tuve una pesadilla pero no la recuerdo - Dije en voz baja y llena de dudas.
- Deberías, no es la primera vez que me despiertas con esos ladridos de perro.
- Infeliz - Fue lo único que respondí antes de darme la vuelta para dormir.
Pese a todo mi esfuerzo por recordar no pude hacerlo, cuando me despertó mi hermano... estaba toda sudada y agitada.
Imagino que mis gritos debieron ser muy fuertes.
Por lo general Mateo no suele preocuparse por mí, no abiertamente, nuestra relación no es la mejor. Aunque quisiera que esto cambie. Realmente amo a mi hermano, se que vivimos peleando pero daría mi vida por él. Aunque somos hermanos, nuestras personalidades son algo distintas, él es más frío, no se interesa por nada, salvo sus juegos.
Pero supongo que es todo por la diferencia de edad ¿No?, aunque son solamente dos años...
Él de muy pocas palabras, y cuándo se trata de se hirientes es el mejor, a diferencia de mí no tiene empatía ni sentido del tacto, tampoco tiene preocupaciones.
Admito que envidio su relajada vida.
Físicamente tampoco somos parecidos, él es alto, de cabello negro hasta los hombros, piel blanca como el azúcar y de fisonomía delgada. Unos ojos preciosos color negro.
Mientras que yo bueno, soy de estatura baja, cabello castaño, ojos oscuro, no soy ni flaca pero tampoco gorda, me mantengo en un punto medio. Mi cabello es largo, lo tengo pasando mi cola.
Honestamente no soy de las niñas que resaltan mucho, y es algo que agradezco.
- Dios, desvíe de mis pensamientos - Murmure en voz baja.
No puedo recordar que soñé, pero, sé que no es la primera vez.
Sólo quisiera saber de que se trata.
Cada vez... se siente más horrible, despierto con taquicardia, sudada, con mi cuerpo tenso y sensaciones que no puedo describir. Sólo se que no son nada agradables.
La noche transcurrió sin más, no puedo recordar a que hora me dormí, pero me costó demasiado lograrlo.
- Pili, arriba. Tenés que desayunar
- Si maaa -Dándome vuelta- ya voy. Cinco minutos más.
- Hija vamos -dijo mientras me destapaba- tenes que desayunar antes de ir a la escuela.
Pese a mi evidente mal humor y mis quejas me terminé levantando para prepararme he ir al comedor.
- Hola bicho
Que hermano tan dulce.
- Quizás si tragas la galleta antes de hablar podría entenderte mejor. -Dije mientras me servía Té.
- Vamos chicos dejen de pelear, es temprano.
Mi mamá, su nombre es Susan. No tenemos una buena relación pero tampoco diría que es mala.
Mientras ella ponía más galletas en la mesa pude observar un moretón en su muñeca
- Ma, de nuevo...
Incapaz de poder terminar la oración, se me entrecorto la voz y se me hizo un horrible nudo en el estómago.
Mi mamá a pesar de mi pregunta a medias entendió y miro su muñeca. Su única respuesta fue bajarse la manga y fingir que todo está bien, como siempre lo hace.
- Buenos días mis bebés
- Buenos días abuela -Decimos al unísono con mi hermano-
- Buen día mamá ¿Y papá?
- Hoy fue a trabajar temprano hija -Respondió con una sonrisa cálida-
Realmente amo a mi abuela, se llama Jazmín, en el barrio la conocen todos ya que vivió toda su vida acá. Esta es realmente su casa, aunque ella dice que es nuestro hogar y no "su casa".
Somos varios aquí, están mis dos tíos Yair y Yoel, mis abuelos, mamá, Mateo y yo. Mi hermano, a pesar de su personalidad y yo mantenemos una muy buena relación con ellos y mis tíos.
Mi papá no vive con nosotros, por suerte.
Y aunque lo odie, siempre viene. A mis abuelos no le agrada la idea pero después de años de luchar contra mi mamá se rindieron.
Honestamente los entiendo, yo quisiera hacer lo mismo pero por no puedo.
- Llamando a Pilar desde la tierra -Chasqueo de dedo- hija vamos antes que se haga tarde.
- Sí, perdón.
Como todas las mañanas mi mamá nos lleva a mi hermano y a mí a la escuela por suerte vamos a la misma. Y no está tan lejos.
- Otro día, espero que no sea tan largo.
Genial, el día recién comienza y ya quiero que termine.
Hoy comienzo la secundaria, durante el periodo de vacaciones estuve muy ansiosa esperando este día. Extrañé mucho a mis amigas debido a que no las pude ver desde que las clases finalizaron. Afortunadamente las tres logramos pasar sin problema alguno.
Desde luego todo es gracias a la ayuda de Emma, mi mejor amiga, ella es la más inteligente de nuestro pequeño grupo.
A Valentina y a mí nos ha ayudado cada vez que no entendíamos algo, y fueron más veces de las que me atrevería a contar.
-Hija, ¿Estás emocionada?
-Si ma, ya quiero ver a las chicas.
-Mateo, hijo. Espero que también estés emocionado y que este año les vuelva a ir bien a ambos, deben esforzarse.
Ya falta poco para que lleguemos.
Al llegar a la escuela vimos lo de todos los años al comenzar las clases, casi todos los padres con sus hijos esperando.
Así que, sin perder la costumbre, fuimos con mi mamá y mi hermano a buscar a Emma, porque conociendo a Valentina seguro termina por llegar tarde.
No fue difícil encontrarla, a diferencia de mí ella destaca mucho, es hermosa, su cabello es más largo que el mío y es de un negro azabache, tiene una piel perfecta o al menos casi perfecta, es más alta que yo, deportista y muy inteligente.
Mientras nos íbamos acercando pude observar que ella estaba conversando con otra chica.
-Nena, te extrañé mucho -Me dijo Emma emocionada, dándome un fuerte abrazo.
-Yo también te extrañe -Amo los abrazos de ella, no puedo evitar sonreír.
-¿Qué tal tus vacaciones?, mira tengo alguien a quien quiero presentarte. Ella es Luz, una amiga de la infancia, nuestras madres son amigas de toda la vida.
Mientras nosotras nos presentábamos nuestras madres conversaban. Y aprovechando que no faltaba mucho para entrar a clase decidimos acercarnos más a la entrada.
-Ma, nosotras nos acercaremos antes de que abran.
-Si hija, ten un lindo día, su abuelo vendrá por ustedes.
Ante de irme con las chicas no pude evitar darle un fuerte abrazo y un beso en el cachete a mi hermano, se que no le gusta. Pero, yo amo hacerlo.
-Salí Pilar -Quejandose.
No puedo negarlo, la pequeña y casual conversación era agradable, nada de otro mundo. Sin embargo me sentía ajena a ella, pese al esfuerzo de Emma por integrarme.
Luz y ella eran amigas desde la infancia, tenían muchos chistes internos los cuales yo no podía entender.
Decidí no preocuparme mucho, seguro son ideas mías.
Hoy comienza la secundaria, según mis abuelos y mi mamá "la mejor etapa". Así que solamente quiero dedicarme a disfrutarla, al menos el primer día.
El acto de bienvenida no duró mucho pero durante este, no podía dejar de mirar a Luz y Emma, ambas compartían miradas cómplices y se murmuraban cosas mientras contenían sus risas.
Yo por mi parte luchaba por prestar atención al acto, lucha que terminé perdiendo.
-Por suerte estaremos las cuatro juntas -Comentó Emma entusiasmada.
-Sí -Asentí sin mucho entusiasmo. -Valentina todavía no llegó.
-Vamos al aula y mientras le guardamos lugar. -Comentó Luz.
-¡Chicaaaas!
-¿No te da vergüenza llegar tarde el primer día? -No pude evitar soltar una risa- Encima corriendo.
-Alguien me extraño mucho~~~ -Se abalanza a darme un abrazo-
-Valen, te presento a Luz, una amiga de la infancia.
-Hola Luz, un gusto. Soy Valentina, puedes decirme Valen.
Mientras elegíamos nuestros bancos la profesora ingresa al salón.
-Chicos, presten atención antes de sentarse. Como verán este año hay muchas caras nuevas, como su maestra titular este año, pensé en un modo de incluirlos a todos, para que nadie se quede aislado.
Así que para eso, su compañero de banco será elegido al sacar un papelito de este frasco.
Y como si se tratara de una mala broma del destino.
Nos tocó separadas, Emma y Luz se sentarán juntas, Valentina con un nuevo compañero llamado Martín y a mí con una chica, Vivían.
Será un año escolar largo.
Los cambios son inevitables, pero es parte de la vida. Algunas veces solamente se pueden atrasar, pero inevitablemente llegan. Dicen que la amistad también los sufre...
Quisiera que este día haya comenzado de otro modo, se suponía que hoy sería un día "Inolvidable" comenzaría la secundaria, vería a mis amigas y la pasaríamos bien, juntas, como siempre. Sin embargo, nada de eso pasó.
Comenzó de un modo horrible y sigue como tal y acá estoy, con un sentimiento de angustia por un sueño que no puedo recordar y sintiéndome de lado por una de las personas más importantes de mi vida. No puedo evitar sentirme como una idiota, siento que estoy exagerando. Después de todo parte de la culpa de sentirme de lado es mía por no incluirme cuando Emma lo intenta, pero que puedo hacer, me es difícil. A diferencia de ella yo no soy extrovertida, hablar con alguien que no conozco me cuesta, a menudo siento un nudo en el estómago o náuseas, con solo querer intentarlo, mi voz se entrecorta y no sé que decir.
-Piiilaaar, holaaa, hiii. Quiero mi amiga de vuelta~
- Yo, perdón. Me distraje
- Pili ¿Que pasa? -Preocupada - estuviste durante las primeras dos horas de clase distraída. Ni siquiera escuchaste el timbre del receso.
-Es que dormí mal, estoy cansada. -Sé que está mal mentirle a una amiga, pero ella ya se veía bastante preocupada, lo que menos quería era aumentar eso. Después de todo no sé que me pasa.-
- Vamos -Me paré- Emma y Luz nos deben estar esperando.
- Ellas fueron con Julián, les dije que se adelanten.
- ¿Julián? ¿Qué Julián? - Pregunté sin ganas de querer oír la respuesta.
- Hmm, tu amigo desde el Jardín de infantes y tu vecino. El único Julián que conoces. ¿Seguro que estás bien?
- Si, lo estoy. Solamente creí escuchar mal. -Solté una pequeña risa en un intento desesperado de dar por terminado el tema.
Julián, tal como dijo mi amiga es un amigo que va conmigo desde jardín, es mi vecino aunque no vive al lado de mi casa, sino en la misma manzana que yo. A cinco casas. Nuestras madres iban juntas al colegio. Él es el chico más popular de la escuela, se destaca por su apariencia y en gimnasia. Los estudios no son sus fuertes.
Desde que tengo memoria puedo recordar a Julián aprovechando de su apariencia para que las chicas que lo siguen hagan sus tareas o trabajos prácticos. Siempre le digo que en algún momento eso se va a terminar, pero no es que me involucre mucho, tampoco somos tan cercanos. Al menos yo no con él. A menudo se me suele acercar él, ya sea para conversar un poco o hacerse el gracioso con sus chistes malos.
En algún momento, no sé cuando, me di cuenta que me gustaba. Sin embargo noté que a Emma también le gustaba, aunque cuándo le preguntaba me lo negaba, así que nunca quise intentar nada, creo que tengo motivos de sobra para no hacerlo.
Al llegar al patio veía como Emma, Luz y Julián reían a carcajadas. Julián me vio a lo lejos y alzó los brazos para llamar mi atención.
- ¿Cómo anda mi vecina?
- Bien, ¿Y vos?. Veo que ya te estás poniendo al corriente.
- Ya sabes como soy.
Uf, como no saberlo, pensé. Si yo te cubría cuando tu mamá venía a buscarme para preguntarme si sabía dónde te metías.
El recreo terminó rápido, para mi suerte.
Nunca estuve tan incómoda en mi vida, Luz y Julián no dejaban de coquetear, Emma solamente miraba y debes en cuando aportaba algo a la conversación.
Y yo por mi parte intentaba distraerme con Valen, ella por su lado parecía no enterarse de mucho.
Durante la clase fue igual, ambos no dejaban de mirarse y mandarse papelitos honestamente aquella situación, me hacía sentir peor de lo que ya estaba.
Al llegar a mi casa me metí a mi habitación a escuchar música, la música alternativa siempre me lleva a otro mundo, así que agarré mi mp3 y subí el volumen.
Para no escuchar mis pensamientos.
A la hora de la cena mis abuelos preguntaron por nuestros días sin entrar en tantos detalles de como me sentía les comenté por arriba un poco sobre luz, luego de eso me fui a bañar y a conciliar el sueño lo más pronto posible.
- Que este maldito día termine.
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